Pacientes oncológicos: “El éxito en la vida se basa en valorar la buena salud”

Como aquellas personas que padecen física e interiormente alguna enfermedad o trastorno, los pacientes oncológicos necesitan fundamentalmente empatía. El poder hablar y expresar sus sentimientos son parte de la medicina, del alivio y la esperanza. Conversamos con la Dra. María Eugenia Medina

En nuestro país la psicooncología no tiene el desarrollo que debiera, las autoridades pertinentes, gobierno y Estado tienen la obligación de apoyar toda iniciativa a favor de esta especialidad. Un buen consejo y una buena compañía son valiosos, pero no compensan la falta de un trabajo profesional.
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María Eugenia Medina (40), nació en Ñeembucú. Se recibió de médica en la Universidad Nacional de Asunción (2011). Se especializó en oncología en el Hospital Universitario y Politécnico La Fe, Valencia-España (2019).

Actualmente forma parte del staff de médicos oncólogos del IPS, además de ejercer en el sector privado. Su trabajo incluye vivir el día a día de sus pacientes, fue así que decidió lanzar un libro que reúne testimonios de pacientes oncológicos: el libro Soy más que un diagnóstico se lanza el sábado 16 de noviembre, 18 hs. en la Conmebol. “Las ganancias serán destinadas a otros proyectos que apoyen a los pacientes” aclara la doctora.

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La Dra. María Eugenia Medina es miembro de la Sociedad de Oncología Médica, la Sociedad Europea de Oncología Médica y la Sociedad Paraguaya de Oncología Médica. "La empatía con las personas enfermas es un tema que requiere que nos unamos como sociedad para contribuir al bienestar de toda la población".

Psicooncología, testimonios que enseñan

Hay momentos difíciles en que deseamos fervientemente contar cómo nos sentimos y nos reconforta encontrar con quienes hacerlo; de la misma manera, en muchos casos, también debemos involucrarnos como oyentes activos para escuchar a otras personas que sufren.

La Dra. Medina se inspiró en un libro que trataba sobre el efecto positivo que genera la empatía en aquellas personas que atraviesan por una importante carga emocional. “A partir de entonces empecé a reclutar los testimonios de los pacientes, pidiéndoles que escribieran su historia personal. No solo recopilé las historias de mis pacientes, también las de otros colegas”.

-¿Qué aporta la empatía a la cura o al alivio de la enfermedad en sí?

El diagnóstico es solo un área en la que hay que trabajar, pero nosotros no tratamos solamente una enfermedad, sino a un ser humano. Es importante considerar todos los aspectos de la persona, el físico, el psicológico y el espiritual. Cuando empatizamos con un paciente, le hacemos sentir comprendido y eso produce un gran alivio a su malestar.

-Médicos comentan que muchas veces los pacientes no saben cómo explicar lo que les pasa, menos en el plano emocional.

Aquí todos aceptaron contar su historia, ninguno se negó. Me los hicieron llegar de todas las maneras escrito a mano, en pendrive, por medio de Whatsapp o correo electrónico. Hubo una que hice netamente en guaraní a un señor en su casa de Ybycuí, así lo dejé en el libro (con su correspondiente traducción)

-En los tratamientos interdisciplinarios se incluye el tratamiento psicológico, ¿se da también en hospitales públicos?

Sí, los psicooncólogos también participan de los comités en hospitales públicos, pero la verdad es que aún falta mejorar en ese aspecto.

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-¿Cómo trabaja la oncología la sensibilidad del paciente?

Realmente participamos poco de ese tipo de formaciones, creo que hace falta que nos involucremos más en ese aspecto. Es uno de los objetivos de este libro.

-Revelemos, ¿quién es la persona “más allá de un diagnóstico”?

Un ser humano como cualquiera de nosotros, que tiene familia, vida social, un trabajo. Es muy importante entender esto, que ellos también lidian con los mismos avatares de la vida al igual que cada uno de nosotros, pero con la diferencia de que llevan puesta una mochila pesada: la del diagnóstico de cáncer.

Más allá de un diagnóstico las personas siguen teniendo las mismas necesidades que todos: trabajo, familia, vida social, etc. La diferencia es su gran valentía y su diagnóstico: cáncer.

-De toda su recopilación, ¿cuál es la frase que más le impactó?

Hay muchas, de hecho, cada testimonio tiene una frase destacada. Algo que me impactó fue una paciente que dijo que para ella el éxito era poder sentarse sin dolor, como una persona normal. Ella tiene cáncer de recto y sufre mucho dolor. Nosotros medimos el éxito de otra manera, cuando en realidad el solo hecho de gozar de buena salud ya es un tesoro incalculable.

-¿Cree que el animarse a dar un testimonio ayuda también a toda la familia del enfermo?

Los familiares dan también un mensaje sobre lo que están atravesando. Toda experiencia tanto de pacientes como de sus familiares deja profundas enseñanzas

-¿Siempre debemos enfocar hacia la sobrevivencia o también hacia la resignación y el final...?

Cada caso es único, pero siempre se puede renacer después del cáncer, hay un antes y un después. Llegar a ese estado espiritual, depende mucho de la fe de cada persona. Pero definitivamente los 35 testimonios de este libro nos muestran que siempre hay algo positivo detrás de esta experiencia.

Entre el avance de la ciencia y el desarrollo de lo humano

-¿Tuvo casos de cáncer en su familia?

Tuve casos pero fueron después de decidir ser oncóloga. Realmente es una especialidad hermosa, completa, por un lado, contempla una arista tremendamente científica, reflejada en las más recientes innovaciones, y el otro extremo es sumamente humano, en él contactás con personas que atraviesan su peor momento, y a quienes podés brindar esperanza y consuelo con tu acompañamiento. La oncología es un desafío apasionante.

La oncología se nutre de dos caminos: el científico y el humano. Es una especialización que moviliza el alma de los médicos por vocación. "En mí despierta mil ideas que quiero llevar a cabo, siempre con trabajo y fe" (Dra. Medina)

-¿Qué meta profesional cumplió este año?

Es el mejor año de mi vida. No hay una meta, es un proceso que va a continuar. Este libro es solo un puntapié para seguir trabajando en esta área tan deficiente y que necesita que nos unamos en sociedad para contribuir a mejorar la calidad de vida de la población.

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-¿Qué mensaje atemporal y saludable nos puede dejar?

Les invito a interiorizarse con estas historias, a que escuchen la voz de estos pacientes, a formar parte activa de grandes cambios que pueden surgir tras conocer sus relatos, que no solamente están para captar nuestra atención del momento, sino para enseñarnos la verdadera esencia de la vida.

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