La infidelidad se interpreta como una traición, a veces física o con el pensamiento. “Una infidelidad implica una traición a lo acordado con la pareja. Este acuerdo dependerá mucho de la confianza que ambos tengan y sobre todo de las reglas puestas dentro del compromiso”, explica la psicóloga María Luisa Barboza.
Según la profesional, “cada pareja determina si la pareja será de a dos, habrá exclusividad o, de lo contrario, si es una pareja abierta, se hablará sobre cuáles son los límites. Y en este plano entra la infidelidad emocional, lo cual implica pensamientos, ideas, ilusiones, deseos, necesidades”
-¿A la par del amor ha existido siempre la infidelidad?
La ciencia demuestra que el ser humano por naturaleza es polígamo, esto indica que ha existido siempre un deseo del otro, generando una ilusión.
-¿A riesgo de perjudicar una relación estable?
El peligro latente está en que no se sepa diferencia la realidad de la fantasía. Hay que tener en cuenta que la etapa de inicio de una relación de pareja se da con el enamoramiento, la exaltación e idealización del otro. En una relación comprometida, la pareja se autorregula poniéndose límites para no caer en la infidelidad. Depende también de qué edad hablamos, no es lo mismo la adolescencia, que ser adulto, ambos tienen características diferentes.
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-¿Por qué se traiciona al ser amado?
Está directamente relacionado a las costumbres de un grupo de personas que viven en la comunidad, con sus reglas, normas, valores, cultura, tradiciones, prohibiciones, etc. Pero, sobre todo, está relacionado con las expectativas que tiene cada persona.
Hay etapas en las que uno se encuentra vulnerable por malas experiencias, rechazo o alguna pérdida; y si no encuentra una contención que le sea válida, si siente que no puede confiar en su pareja, puede caer en la infidelidad. Aunque, muchas veces, se es infiel por el solo hecho de no desaprovechar una oportunidad momentánea. La infidelidad tiene muchas variables e innumerables posibles orígenes.
A veces está normalizado que el hombre tenga muchas mujeres, y eso le da una imagen de poder. También puede deberse a falsas creencias que se repiten a lo largo de la Historia: “todos los hombres son iguales”, “de la infidelidad nadie se salva”, “en la pareja hay que aguantar para sostenerla en el tiempo”, y muchas otras que siguen vivas como grandes verdades.
-Se le atribuye históricamente al varón, pero, hoy día, también hay mujeres que presumen de su infidelidad.
A través de los años la mujer ha logrado tener más protagonismo y derechos a decidir qué necesita y qué quiere. No está puesto todo sobre el hombro de uno solo. La noción que tiene de su individualidad y de su rol como pareja, posibilitará que el vínculo sea dinámico, adaptable, flexible.
-¿Cómo influyen las redes sociales en las parejas?
Responsabilidad y compromiso dan solidez a la pareja, desafíos habrá siempre, la diferencia con las generaciones pasadas es que antes tenían que salir a buscar, hoy las oportunidades llegan a uno.
Las redes ofrecen una avalancha de tentaciones. Si se está con un estrés crónico acumulado por años y no hablado, el mal uso de las redes puede llegar a alterar el amor de la pareja. La falta de diálogo hace más probable que se lance a ver qué puede encontrar en las redes.
-¿Qué señales considerar para darse cuenta de una infidelidad mental de parte de nuestra pareja?, ¿puede esa fantasía animar a una infidelidad física?
Existen señales muy obvias y otras que no. Si la pareja está más pensativa, si trata de evitar conversaciones de intimidad emocional; quizás podría cambiar de actividades, está cansado, no desea compartir momentos, tiene cambios repentinos de humor, etc.
Tengamos en cuenta que, si la pareja cela, si es insegura y tiene miedo a ser abandonada, verá fantasmas en todos lados. Pero, efectivamente, hay muchas maneras de pasar del pensamiento a la práctica, por ejemplo, los mensajes de texto pueden despertar el deseo de querer conocerse.
Favorece a los infieles que, en la actualidad, ya no hay cita a ciegas, fácilmente se encuentra información sobre la persona.
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-¿Es bueno hablar abiertamente del tema infidelidad?, ¿aclararía o ensombrecería la relación?
La sinceridad dependerá siempre de los acuerdos hablados, los permitidos o no, si se siente en peligro o confundido, es mejor hablarlo. Más que nada para abrir un diálogo constructivo, no con el objetico de buscar culpables, sino para aclarar dudas, reafirmar el compromiso, hacer ajustes que afiancen la relación.
Siempre con respeto, dejar hablar, escuchar no para contestar sino para tratar de entender. Si decide hablar, tenga en cuenta que no siempre en todos los casos debería primar la sinceridad, a veces se convierte en sincericidio. Es conveniente evaluar el impacto que puede causar en la relación. Hay un mundo individual que no se debe perder en la pareja.
-¿Es más temible y dañina la traición mental o la física?
Dependerá de muchos factores, de la etapa en la que se encuentre, si genera incomodidad, vergüenza, culpa, se recomienda busquen ayuda profesional en terapia para parejas o bien individual de manera que beneficie el vínculo y no terminen por romperlo.
Tanto el concepto de amor como el de parejas ha cambiado en los últimos años, hay una gran diversidad de posibilidades, y este es uno de los puntos a tener en cuenta cuando conocen a una persona y estén interesados en ella: hablar sobre qué es el amor para cada uno, qué significa tener una pareja.
Cuando se va a comprar un auto o una casa, uno se toma el tiempo y averigua precios, calidad, color, ubicación, etc. pero para dar inicio a una relación de pareja que de por sí ya es compleja, se tira de cabeza.
Respecto al daño, la infidelidad podrá afectar en tanto y cuanto sea una constante la mentira, el engaño. Tener presente la lealtad es fundamental como sostén de la pareja. Es importante tener la certeza de que el otro no va a hacernos daño intencionalmente.
-¿Cuál es el peso de los valores de vida y la efectividad de mantener la mente y el cuerpo ocupados?
Los valores aseguran un amor sano, eternizan la relación de pareja, se recomienda que mínimo tengan 5 valores en común, el orden no es prioridad, pero sí la vivencia. Que ambos tengan actividades en común e individual también: la mente ocupada es un gran aliado, porque nos mantiene activos y, por supuesto, un buen descanso también, así como hacer ejercicios físicos.
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Pensar y cuidarnos en el amor
1. Aclarar las expectativas que espero de esta relación.
2. Tener objetivos, proyectos y metas claras, medibles en el tiempo.
3. Nadie viene a completar al otro, no hay “una pieza que falta”. Cada persona es única y completa.
4. Trabajar la autoestima: aprender mucho de la propia identidad. Si quiere un amor sano, antes tendrá que aprender a amarse.
5. El límite es la dignidad: si está en juego su integridad, es mejor dar por terminada la relación
6. Cuidar los patrones a repetir: si en la familia o entorno ha habido mucho conflicto de parejas, si se acostumbra a que el hombre tenga mujeres porque le da poder, siempre observar con curiosidad y hacer caso a la intuición. Esa infidelidad “heredada” puede cambiar si en la persona nace este cambio. Lo que no se puede es obligar a alguien y menos ser incondicional.
7. Vivimos en una sociedad actual narcisista, que cuida y retoca la imagen, generando una falsa ilusión con likes desde la virtualidad. Nada suple a la relación cara a cara, contacto de miradas, olores, colores, sensaciones que unen en el tiempo.