Generalmente siendo bien adultos, cuando tenemos nuestro propio espacio, solemos intentar tener nuestro jardincito. Si crecimos entre plantas, este recuerdo será nuestro referente en la idea de un jardín.
La paisajista Paola Di Tore, experta en embellecer y crear jardines, cuenta: “Luego de trabajar 15 años como agente de viajes, me puse a buscar algo que me apasionara para dedicarme el resto de mi vida. Recordé qué cosas me hacían feliz de niña y me vi en la quinta de mi abuela, en contacto con las plantas. En ello encontré la respuesta que buscaba.
Estudié en Argentina en una escuela de diseño de jardines, eso me abrió un mundo diferente: viajé y visité jardines, conocí paisajistas, maestros, jardineras, personas increíbles y muy generosas con sus conocimientos. Aprendí a mirar diferente y me dediqué a la hermosa tarea de diseñar espacios verdes al servicio de las personas. Lo más grandioso en esta profesión es que uno nunca termina de aprender y maravillarse”
-En Paraguay aún no se aprende a valorar los jardines como una necesidad vital, ¿por qué?
Vivimos en un mundo cada vez más frenético, nos falta tiempo para todo, el trabajo nos consume, las actividades escolares y sociales se llevan toda nuestra energía. Vivimos en una ciudad llamada “verde”, pero son áreas verdes pobres y descuidadas, eso nos desconecta de la naturaleza.
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-Institucionalmente así es. Por suerte, también hay gente que nos regala vistas estupendas de sus patios y jardines.
En Asunción y alrededores, y ni qué decir en el interior del país, es un clásico ver jardines en todo tipo de recipientes: cubiertas, latas, vasitos de yogurt o tetra pak y eso me encanta, quien más, quien menos tiene sus plantitas medicinales para el tereré, para alguna dolencia, sus flores, la sombra de un gran árbol, incluso muchas familias se alimentan de su pequeña chacra y disfrutan de algún frutal.
-¿De dónde nace el amor por las plantas?
En un boletín publicado por la Sociedad Británica de América, los botánicos James Wandersee y Elisabeth Schussler hablan de la importancia de la existencia de un “mentor de plantas” para abrirnos los ojos al reino vegetal. Alguien que entienda a las plantas, las valore y nos lo transmita.
Estos mentores se presentan de diferentes formas, en mi caso fue mi abuela paterna. Yo pasaba las vacaciones en su quinta, rodeada de naturaleza, jugando a recolectar, construyendo casitas con ramas, explorando el arroyo, ordeñando vacas, yendo con ella a su huerta, donde planté mi primer esqueje.
Conexión cerebral
“El cerebro humano está predispuesto a establecer una relación íntima con la naturaleza, debido a nuestra herencia de cazador-recolector”, dice la escritora Sue Stuart Smith en el libro Una mente bien ajardinada. “Nuestros antepasados dependían de ese vínculo con las plantas para sobrevivir. La dopamina que impulsaba a los antepasados recolectores a salir de sus cuevas es la misma que segregamos cuando recolectamos un fruto o unas flores del jardín.
Desde la antigüedad hay escritos que aseguran que el acercamiento a la naturaleza hace bien. Los árboles filtran el ruido de la ciudad, las plantas purifican los ambientes, hay bacterias en la tierra que tocamos y que aumentan los niveles de serotonina en el cerebro, aromas que resultan sedantes y muchísimos beneficios mentales, sociales y físicos que la gente experimenta en un jardín, huerto, en la naturaleza”
Manos a la tierra: el otoño nos invita a poner en marcha un jardín
Paola dice: “Las plantas necesitan agua, luz y sustrato. Si en nuestra casa podemos acceder a estos tres elementos podemos tener un jardín”
-Comentan que la mejor manera de empezar un jardín “exitoso”, es plantar lo mismo que crece en los vecinos.
La observación es clave para diseñar un jardín y elegir plantas. Funciona mirar lo que tiene el vecino, ver en el vivero qué plantas están juntas, cuáles bajo sombra o al sol, el entorno siempre te da la respuesta. John Brooks, paisajista inglés decía que “el jardín ya existe, solo hay que redescubrirlo”
Realmente hay pistas ineludibles que uno obtiene al visitar el lugar donde se va a diseñar y plantar, por ejemplo, un gran árbol es un lugar ideal para armar debajo un sector de estar o colocar una hamaca además de plantar otras plantas de sombra por otro lado, mientras que el lugar más soleado es el indicado para armar la huerta.
Las plantas también te van dando pistas, las de follaje glauco (verdosas) requieren pleno sol, las que cierran sus hojas pueden estar protegiéndose del calor, las que se ponen amarillas pueden estar carentes de algún nutriente y así uno va aprendiendo mediante prueba y error.
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-¿Qué sugerís: un jardín salvaje o uno coqueto y ordenado?
Lo que me parece mejor es tener un jardín biodiverso y sustentable, con menos césped y más especies nativas que den alimento y refugio a la fauna local, y por lo general un jardín así se ve más salvaje y natural. Pero es posible lograr un look moderno y ordenado en un jardín biodiverso, con la ayuda del diseño y otros elementos del jardín: la forma de los canteros, senderos, el mobiliario, estanques, pérgolas, etc.
De hecho, en lo que concierne a los efectos restauradores de la naturaleza, la complejidad y la variedad son importantes y así lo demuestra un estudio dirigido por el ecólogo Richard Fuller en la ciudad inglesa de Sheffield, que descubrió que existe una clara relación entre los beneficios que la gente obtiene al visitar los parques y la biodiversidad de la vegetación.
-¿Cómo comenzamos?
En reglas generales las mejores épocas para plantar serían primavera y otoño, pero como tenemos mucho tiempo veraniego en Paraguay, recomendaría tomar algunos recaudos durante los meses muy cálidos, por ejemplo, evitar plantar cuando el sol está muy fuerte; al trasplantar, evitar que se rompa el pan de tierra que contiene a las raíces, proteger a las plantas con una media sombra, insistir en el riego, mantener el suelo cubierto con corteza o cubresuelos, podar un poco el follaje de las plantas para evitar la evapotranspiración, utilizar biofertilizantes para ayudar a las plantas a establecerse.
-Todo eso requiere saber o experimentar
Contar con la ayuda de un paisajista para comenzar un jardín sería la mejor manera de hacerlo, pero si no se puede, lo primero que recomendaría es relevar toda la información que te da el lugar: ubicar el Norte para identificar el recorrido del sol, marcar por dónde vamos a circular, dónde podemos armar sectores acogedores para estar, dónde van los macizos de plantación y qué forma les vamos a dar, tener en cuenta qué vistas hay que tapar o resaltar, anotar todo.
Después debemos identificar las plantas que queremos con su nombre común (así las encontrarán en el vivero) y luego identificar su nombre científico para poder investigarlas en internet o en los libros y así conocer sus requerimientos básicos de sol y agua. Es importante tener idea del tamaño que va a alcanzar una planta en su etapa adulta (altura y diámetro), saber si es un arbusto o una herbácea perenne o anual, o una trepadora que necesita un tutor o si serviría para cubrir el suelo.
Hay mucha información en internet, en los viveros, en mentores de plantas. De esta manera vamos a preparar una lista con la cantidad de plantas que necesitemos de acuerdo al espacio, sol y sombra que tengamos.
Luego se procede a plantar, una separada de la otra teniendo en cuenta su diámetro final de crecimiento. Importante cubrir el suelo con corteza para repasar la aparición de plantas oportunistas (yuyos)
-En Asunción muchos que viven en casas pequeñas o departamentos optarían por un microjardín.
Hay muchas alternativas para jardines en espacios reducidos, tenemos todo tipo de recipientes para contener plantas, incluso se pueden crear jardines en las paredes y hasta en los techos. Todos los jardines son hábitats potenciales para la fauna y la flora.
El paisajista, un experto en la belleza del entorno
-¿A qué apunta el trabajo del paisajista?
Integrar casa y jardín, engancharla al paisaje, darle una identidad. Con el diseño del jardín es posible restaurar el terreno que dejó la obra y traer naturaleza de vuelta a la par de planificar, ordenar, resolver necesidades que requiera el jardín, apoyados en la función y la estética.
-¿Cómo enfocan el tema del presupuesto, qué incluye?
Como paisajista trabajo con proyecto y eso tiene un costo, ya que conlleva bastante trabajo. Debo pensar, diseñar y proyectar todo el jardín en un papel para recién luego poder presupuestar su plantación.
Hay muchos puntos a considerar previamente en un anteproyecto: plantas, espacios, césped, senderos, etc. Además, puede ser necesario hacer planos con detalles constructivos si diseñamos escaleras o muros. El proyecto a su vez incluye láminas conceptuales, imágenes en 3D y un catálogo de plantas con fotos. Una vez que existe el jardín este debe ser mantenido y no se debe escatimar en ello, ya que es crucial para que el jardín desarrolle todo su potencial y se sostenga en el tiempo.
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-¿Qué corregirías en los jardines de nuestra ciudad?
Me gustaría que dejemos de pensar en un jardín como un gran vacío de césped con rincones, canteros y todo el patio relleno con la misma planta. Debemos agrandar los sectores de plantación, incorporar nativas, ofrecer alimento y refugio para la fauna local, enriquecer la biodiversidad por más pequeño que sea el espacio.
-Cerremos con una obra que te haya nutrido, encantado hacer.
Una muy sencilla, pero que me apasionó diseñar y construir: un jardincito para mariposas en el colegio de mi hijo. En un pequeño espacio de 45 metros cuadrados incorporamos un sendero y más de 15 especies nativas, hospederas y nutricias de mariposas. Además del potencial ornamental de estas plantas, ver a las mariposas volando y a los chicos observar en vivo a las orugas alimentándose fue muy gratificante.