“La idea es llegar a un diagnóstico precoz de manera adecuada, para a partir de eso podamos hacer las evaluaciones y las terapias necesarias si hubiese necesidad, dependiendo de cada caso”. Agregó que, aunque no existe una medicación específica para el autismo o el síndrome de Asperger, el tratamiento se centra en terapias psicológicas, ocupacionales y cognitivo-conductuales adaptadas a las necesidades individuales de cada paciente”, manifestó el Dr. Erick Dahlbeck, neurólogo pediátrico de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNA - Hospital de Clínicas.
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Según el Dr. Dahlbeck, se observa un aumento en las consultas relacionadas con el síndrome de Asperger y el autismo. Lamentó las derivaciones tardías debido a la falta de conciencia pública y a la estigmatización asociada con estos trastornos, así como a creencias populares como que el padre o el tío tardó en hablar, por eso el niño aún no lo hace.
Suelen presentar cierto retraso en el lenguaje por falta de estimulación, por exposición excesiva a pantallas, o por ciertos factores ambientales que no ayudan en su desarrollo en los primeros meses. Si se los deja a su libre evolución con malos hábitos, con malos factores ambientales, pueden clasificar como un autismo en sí, después de los dos años.