Nutrición: Qué es el trastorno de evitación o restricción de la ingesta de alimentos

La nutricionista Gianette Trotte dice que este trastorno no se conoce, no se habla mucho del mismo. “Muchos profesionales no lo detectan y toman a los niños de “caprichosos” o la respuesta es “dejale sin comer tantos días, vas a ver como come después”.

Algunos pacientes con TERIA pueden no comer porque pierden interés en la comida, por miedo al ahogo o vomito y otros evitan ciertos alimentos debido a sus características sensoriales (por ejemplo, color, consistencia, olor). De hecho muchos solo comen alimentos de un solo color o una sola textura, y su dieta se reduce a 3 o 4 alimentos.
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“El trastorno de evitación o restricción de la ingesta de alimentos (TERIA) puede darse en cualquier edad, pero es más frecuente en niños, y la diferencia con otros trastornos es que no hay una preocupación por adelgazar o distorsión de la imagen”, explica la nutricionista clínica Gianette Trotte.

Explica la nutricionista que algunos pacientes con TERIA pueden no comer porque pierden interés en la comida, por miedo al ahogo o vomito y otros evitan ciertos alimentos debido a sus características sensoriales (por ejemplo, color, consistencia, olor). De hecho muchos solo comen alimentos de un solo color o una sola textura, y su dieta se reduce a 3 o 4 alimentos.

“Es muy diferente a que “algo no le gusta” o que “no le gustan las verduras”. Son altamente selectivos y a veces va acompañado de fobias, ansiedad, ataques de pánico”, dice Gianette.

Esto puede llevar a una pérdida grande de peso, también al sobrepeso, puede ir acompañada de un déficit de crecimiento y problemas a futuro. Ya que se pierden grandes cantidades de nutrientes al ser una dieta tan reducida.

Tratamiento multidisciplinario

“Esto no es un capricho, sino que detrás hay cuestiones psicológicas, biológicas y hasta tiene que ver con el funcionamiento del cerebro, y es algo qué hay que tratar si o si con terapia, y ni hablar del tratamiento nutricional. Debe ser un tratamiento multidisciplinario”.

Es muy difícil que se haga el diagnóstico porque existe la creencia de que cuando a un niño no le gusta algo, son caprichosos, entonces no se diagnostica, no se trata y luego vienen las consecuencias graves”, recalca la nutricionista.

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