Complejos físicos, ¿al cirujano o al psicólogo?

Una nariz llamativa, unos pechos diminutos, la poca o exagerada estatura, los brazos gordos, las piernas flacas, etc. Los complejos físicos se han convertido en verdaderas pesadillas para las personas que sienten no encajar en los actuales patrones de belleza. Sin embargo, es posible superar el descontento.

Los complejos físicos se han convertido en verdaderas pesadillas para las personas que sienten no encajar en los actuales patrones de belleza. Sin embargo, es posible superar el descontento.Shutterstock
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Con el auge de la belleza, apariencia o imagen, nuestras características personales están constantemente bajo una mirada lapidaria. Los modelos impuestos han multiplicado el rechazo a como uno es, “mis piernas son gordas/muy flacas”, “odio mi cabello”, “no soporto mi cara”, “quisiera tener otro cuerpo”, etc.

La psicóloga Anabeth Wentzensen explica: “El complejo es un patrón de pensamiento irracional o sesgado y sentimientos de desagrado, rechazo e incluso vergüenza que una persona siente hacia alguna parte o característica de su cuerpo.Los complejos pueden ser causados por el sistema de creencias y el valor que les dan en la familia a la belleza y el buen cuerpo, también por experiencias traumáticas o negativas como accidentes, lesiones graves, por burlas de la pareja u otras personas, cambios corporales durante la adolescencia, factores heredados, presiones sociales.

Las burlas forman parte del calvario de muchas personas con inseguridad corporal.

Las personas influenciadas por otros acaban relacionando todo lo que hacen en su vida a sus ‘defectos’: “porque soy gorda mi jefe no aprueba mis proyectos”, “porque soy horrible no consigo pareja”, etc.

-¿Qué síntomas presenta una persona acomplejada?

Algunos prestan excesiva atención a aquello de su cuerpo que les desagrada, volviéndose una obsesión, hablan sobre eso o lo critican constantemente; buscan formas de ocultar “el defecto”. Se comparan constantemente con otras personas llegando a sentirse inferiores, e incluso puede generarles envidia. Al centrarse en esa parte indeseada, anulan sus cualidades o características positivas.

-¿Este auto-rechazo qué trastornos puede generar?

Ansiedad, baja autoestima que puede llevar a la depresión. En el Manual de diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5) existe el Trastorno Dismórfico Corporal, que es la preocupación excesiva por el cuerpo o alguna característica que no son observables para otras personas.

-Entonces, el acomplejado se tortura mentalmente, cuando otros quizás ni se percatan del punto o si lo hacen, no le dan importancia.

Justamente, son patrones de pensamiento distorsionados. Para muchos “el cuerpo perfecto” que interpretan que otros tienen y ellos no, está relacionado con ser o no feliz.

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Los cánones de belleza corporal que hoy se imponen socialmente a través de los medios de comunicación, la publicidad y el marketing son muy fuertes. Y aún en la misma familia hay una crítica feroz hacia el sobrepeso y los cambios corporales que trae el paso del tiempo.

-Las mujeres siguen siendo las principales víctimas de la “imagen soñada”

Considero que afecta a ambos sexos, pero existe mayor exigencia para el género femenino; todavía en nuestra sociedad, bastante machista, a la mujer se le exige cuidados estéticos rigurosos. Son patrones culturales enraizados; las mismas mujeres, de generación en generación, se educan en un pensamiento de perfección para que el marido la siga deseando, por ejemplo.

La Dismorfia Corporal es un trastorno mental, la persona se obsesiona con partes de su cuerpo. Hoy las redes han fomentado mucho esta enfermedad.

El reto del verano

-¿Cómo mentalizarse para disfrutar un verano libre de complejos?

Evitando compararse, si me doy cuenta que lo estoy haciendo, parar y centrar mis pensamientos en otras cosas distractoras; se puede, es cuestión de habituar y educar nuestra mente. Limitar el tiempo en las redes sociales, porque ellas también refuerzan patrones de pensamiento negativo y autocrítica al mostrar cuerpos poco realistas.

Resaltando mis cualidades y agradecer todos los días; existen personas que desearían tener lo que yo tengo.

Aceptándome como soy y a la vez, si algo me disgusta, por ej. el sobrepeso, planificar hábitos más saludables, vestirme con ropa que me favorezca, fijarme metas a corto, mediano y largo plazo. Rodearme de personas con buenos pensamientos sobre la imagen corporal y alejarme de las que no los tienen. Buscar ayuda profesional psicológica, la mayoría de las veces estos complejos proceden de heridas internas pasadas y no fueron superadas.

-¿En consultorio cuánta gente va específicamente por complejos?

Mucha gente, la mayoría son mujeres, vienen de diferentes trastornos o problemas como depresión, ansiedad, trastornos alimentarios, dificultades de pareja, etc. y casi siempre sale a flote la baja autoestima y la autocrítica excesiva por su imagen física.

Tenía el caso de una adolescente que llegó con una depresión bastante marcada. Durante el proceso psicoterapéutico identificamos que no se valoraba a sí misma, veía defectos en su nariz, su rostro, sus piernas, sus pechos a pesar de ser una adolescente bastante agraciada, con un peso saludable y una personalidad cálida, agradable, empática y amable.

-¿Ella se comparaba con otras chicas?

Sí, con mujeres de las redes sociales, mujeres que ni seguía, pero le salían constantemente en publicidad de Instagram; y también sus amigas hacían culto a la belleza y competían por quién comía menos en el día.

Conversando con la madre entendí el origen de la inconformidad física. La madre dijo que era cierto lo que su hija pensaba, que sus pechos eran muy pequeños para la edad que tenía y que ella a esa edad los tenía más grandes. Que ya habían programado una cirugía por sus 15 años.

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-¿Qué hacer: acudir a un psicólogo o a un cirujano?

Acudir a terapia definitivamente es el primer paso. La cirugía podría ser una elección favorable dependiendo de la naturaleza del problema, por ej. cuando corrige defectos congénitos o deformidades por lesiones o accidentes, también en el caso de la mastectomía debido al cáncer de mama.

Pero siempre es importante que este proceso vaya acompañado de un tratamiento psicológico. Porque muchos recurren al cirujano plástico a raíz de una baja autoestima, pero después de la operación es muy posible que la paciente encuentre nuevos defectos e ingrese en un círculo vicioso.

La importancia de la familia

“Los padres y la familia cumplen un rol fundamental en el amor propio, comenzando por enseñar a los hijos a resaltar sus cualidades, elogiando sus fortalezas, comunicando en forma asertiva algún aspecto a mejorar, promoviendo el diálogo y los hábitos saludables de autocuidado, resaltando la importancia de la salud en lugar de la apariencia, desarrollando formas de pensamiento realista para contrarrestar los ideales poco realistas de la sociedad, promoviendo la autenticidad y enseñando a valorar la diversidad con comentarios positivos hacia otras personas.

"La infancia juega un papel fundamental en las personas, el ambiente donde uno fue criado, los padres y su relación con sus propios cuerpos, los comentarios, el valor que le dan a la belleza física influyen reforzando la idea de tener que ser perfecto" (Lic. Wentzensen)

Es primordial que el padre y/ o la madre sean conscientes y comiencen por sí mismos, trabajando sus pensamientos o heridas no sanadas; de otro modo, pueden ser transmitidos a los hijos a través de comentarios o conductas poco asertivas. Los padres son las figuras de referencia en la infancia y modelos a seguir sobre los cuales los chicos forman su personalidad adulta.

Ayuda para la aceptación

“Hay innumerables ejercicios que podemos realizar a la hora de fortalecer nuestra autoestima y hallar el camino de la valoración propia. Doy un par:

Buscar una persona que nos sirva como referencia de lo saludable, que se sienta libre, auténtica, que no tenga vergüenza de sí misma, que hable en forma positiva, especialmente en términos de apariencia, que reconozca sus valores internos; que aprecie la diversidad. De esa persona aprenderemos observando y replicando su comportamiento, será un modelo hasta tener pensamientos y conductas más sanos.

Preguntarnos para reflexionar: “¿qué estoy sintiendo?” “¿por qué me siento así?” “¿verdaderamente esto que no me gusta es tan desagradable como lo veo?”. Es mejor preguntarse esto dentro de un marco terapéutico porque muchas veces las personas por sí solas no pueden identificar bien, no pueden darse cuenta de qué pensamientos son realistas y cuáles no, ya que están obsesionadas.

Acudir a un profesional de la salud mental, ayudará en el proceso de la aceptación y el bienestar.

-¿Cómo se hacía en otras épocas para superar la vergüenza por temas corporales?

Antes no era bien visto expresar lo que uno sentía respecto a algún defecto o imperfección física, tampoco lo era acudir al psicólogo; forma parte de una época en la que así era la crianza. No obstante, todavía existe mucha gente que no se permite expresar a nadie lo que piensa, lo que siente, y también hay familias que dicen ‘no creer en la psicología’, como si fuera una cuestión de fe, aún no entienden que es una ciencia que estudia los procesos mentales.

Por otro lado, es bueno inducir a una persona a tocar el tema, siempre y cuando se haga con cautela para que ella se sienta cómoda; de igual manera estar disponibles por si prefiere hablar en otro momento. Otro punto que ayuda es admirar a esa persona acomplejada, decirle “qué valiente sos al hablar del tema”, darle ánimo, generar confianza, toda la ayuda siempre debe brindarse con paciencia y mucho respeto”

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En resumen, la belleza es la paz mental

“El reto que tenemos todos hoy en día es dejar de lado la superficialidad y cultivar nuestro interior, que es lo verdaderamente importante. Todos nacimos con habilidades y cualidades únicas y especiales que nos destacan.

Debemos dejar de reforzar el culto a la imagen, dejar de criticar el cuerpo, ropa o imagen de otras personas, también dejar de realzar a personas a quienes seguimos y damos like en las redes sociales de manera viciosa. Mejor empezar a seguir a personas que fomentan la reflexión, la autoconciencia y priorizan las relaciones auténticas con uno mismo y con los demás.

Aceptarnos y amarnos. Buscar la paz mental nos traerá la verdadera felicidad.

La verdadera felicidad se encuentra en la paz interior, suena cliché pero es así. Mucha gente con su cuerpo escultural no es feliz. Tiene casas, coches, viajes, dinero y pone todo su valor en esto.

Cuando cultivamos nuestra paz interior, podemos resaltar nuestras cualidades en lugar de nuestros defectos, ponemos límites a las personas de nuestro alrededor, encontramos pareja, amigos con formas de pensar similar; en síntesis, percibimos la vida desde la gratitud y el optimismo, y esto impide que nos sintamos presionados por cuestiones superfluas o tengamos complejos graves.

Priorizamos y reconocemos lo verdaderamente importante: la salud, la estabilidad, el amor a nuestros seres queridos y el amor propio. Al cambiar nosotros, todo a nuestro alrededor se transforma.

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