La genética, depende mucho para su aparición, pueden ser congénitos (aparecen poco después del nacimiento) o adquiridos (van apareciendo con los años).
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El número y las características de los lunares vienen determinados genéticamente, del mismo modo que el fototipo de la piel, que es la capacidad de responder a estímulos solares mediante la formación de melanina y posterior adquisición del bronceado.
La especialista en dermatología doctora Lorena Pefaur señala que los lunares, cronológicamente suelen presentarse en la infancia como manchas. Durante el crecimiento estos lunares pueden aumentar en diámetro y altura, en relación proporcional al mayor volumen corporal. Este hecho también se observa en la pubertad y en el embarazo.
¿Cuál es el factor para la aparición de los lunares?
Un factor importante para el desarrollo de los lunares es el ambiental. Las radiaciones ultravioletas (del espectro solar o de fuentes artificiales como camas y duchas solares) estimulan los melanocitos, que pasan a producir más melanina, y eventualmente a dividirse y formar más lunares. Entre los 10 y 17 años se produce un notorio aumento en el número de lunares y la exposición al sol es un factor ambiental determinante en dicho incremento en número.
La mayoría de los lunares son lesiones benignas constituidas por melanocitos que se dividen de manera ordenada, pero si estas células degeneran y se dividen de manera incontrolada y aberrante podrían convertirse en lesiones cancerígenas.
Los factores hormonales también son importantes en la evolución de los lunares. Es bien conocido el incremento en tamaño, pigmentación y ocasionalmente número que se produce en muchas mujeres durante el embarazo, y que tiende a regresar a la normalidad tras el parto.
¿Podemos autocontrolar los lunares?
Para un autocontrol de los lunares es importante recordar la regla del ABCD, ya sea para lunares antiguos o que aparecen bruscamente, serían lunares “asimétricos” (A), con “bordes irregulares” (B), de “múltiples colores” (marrón, negro, rojo, azul) (C) y con más de 6 milímetros de “diámetro” (D). Cualquiera de estos factores tiene que ser consultado con el médico dermatólogo con vistas a la indicación de su exéresis quirúrgica y posterior análisis histopatológico.
Tratamiento
Los lunares sin los cambios comentados antes, son lesiones benignas, que no requieren en principio tratamiento médico ni quirúrgico alguno.
En todos los casos las recomendaciones más importantes son las siguientes:
- Evitar la exposición solar entre las 11:00 y 16:00 horas, junto con el uso de ropa adecuada, sombreros de ala ancha si es posible con protección UV.
- Protectores solares con índices de protección frente a rayos ultravioletas (UVA y UVB) 30 para arriba, colocar 30 min antes de la exposición y retocar cada 2 hs.
- Y lo más importante realizar un control anual con el médico especialista en piel que es el médico dermatólogo certificado por la sociedad Paraguaya de Dermatología.