La ira, una emoción que se puede dominar

Lamentablemente, la ola de iracundos en la sociedad va creciendo cada vez más. Conflictos ocasionales con extraños en la calle, pueden generan reacciones inesperadas con finales trágicos. ¿Qué es la ira? ¿es posible no sentirla?

La ira existe en todos y no debe descontrolarnos, sino que debemos utilizar esta emoción para mejorar nuestra vida.
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“La ira es una emoción de enojo intenso, en su máxima expresión, que puede parecernos muy desagradable, pero, en realidad, es un estado emocional del ser humano básico, normal e incluso saludable”, inicia la psicóloga clínica Anabeth Wentzensen, psicoterapeuta familiar y máster en terapia cognitivo conductual.

Lic. Anabeth Wentzensen: "Ya en la adultez, una persona que tuvo una maduración emocional correcta, domina la ira y selecciona las batallas que merece la pena luchar"

“Digo que es saludable porque nos permite responder ante situaciones que nos generan malestar y actuar ante aquello que consideramos amenazante o injusto. Puede desencadenarse por circunstancias externas o internas”.

La Lic. explica que la dificultad de esta emoción no es lo que sentimos, sino la forma en que la manejamos y las palabras o acciones que elegimos para afrontarla y canalizarla.

-¿Cómo diferenciamos la ira de un fuerte enojo o molestia?

La molestia sería como el primer eslabón de un conflicto, lo primero que sentís, es una sensación de incomodidad, falta de tranquilidad, inquietud y malestar ante una situación.

El enojo es el segundo eslabón, cuando esa incomodidad y malestar se transforman e intensifican al punto de generar irritabilidad, furia o ira; se da frente a algo que nos parece incorrecto e insoportable. Además de esos cambios emocionales, se perciben modificaciones a nivel fisiológico como la elevación de la presión arterial y el aumento de la frecuencia cardíaca.

-La ira puede apoderarse por completo de una persona, en el tráfico se ve diariamente

Estoy en el tráfico y una persona me grita desagradablemente, eso puede generarme una molestia, pero si justo esa mañana tuve un conflicto con mi pareja, puede sumarle al enojo que ya tenía, causando ira y respondiendo de manera poco asertiva.

El tráfico es una prueba de fuego para los nervios, debemos prepararnos antes para salir relajados y poder enfrentar los embotellamientos o a los conductores imprudentes.

-Recientemente, la noticia de ese joven que atropelló y mató al motociclista por haber rozado su retrovisor, nos dejó atónitos.

Considero que en general, actualmente hay un agotamiento muy grande por dificultades económicas existentes en nuestro país que parece afectar a la mayoría de las familias, y también por el ritmo acelerado en el que vivimos, esto acarrea una serie de problemas a su vez, familiares, preocupaciones, dificultades para dormir, frustraciones personales, baja autoestima, problemas de salud física/mental, falta de tiempo para el ocio, entre otros.

Esto propicia este tipo de reacciones inapropiadas ante ciertos hechos desagradables, pero que no ameritan este tipo de respuestas.

Lea más: El autocontrol o dominio emocional

-¿Esta emoción sobrepasada se aprende, se hereda, viene con uno?

Como mencioné, es una emoción natural e incluso saludable que todas las personas tenemos; ahora bien, la forma de responder apropiadamente o no, va a depender de la dimensión social, es decir de lo que observamos y aprendimos en nuestros primeros años de vida en el hogar, la escuela y, sobre todo de nuestros adultos de referencia; padres, educadores y cuidadores.

Por otro lado, también tenemos una predisposición genética que influye en nuestra personalidad, el temperamento es una disposición heredada e innata, de allí provienen los estudios acerca de múltiples trastornos que afectan nuestra convivencia armónica con otros.

-¿Durante qué etapa de la vida se manifiesta con mayor intensidad?

Realmente a cualquier edad y a lo largo de nuestra vida. Pero podría ser más frecuente en la adolescencia por la rebeldía, los cambios de humor, la falta de capacidad de reflexión típica de esta etapa que nos lleva a estar en estado de estallido muy a menudo.

Ya en la adultez, una persona que tuvo una maduración emocional correcta percibe las situaciones desde otra perspectiva, identifica una forma apropiada de manejar el conflicto y muchas veces también selecciona las batallas que merece la pena luchar.

Por otra parte, la forma inadecuada de responder impulsivamente, con violencia y agresión está ligada a falta de límites en la niñez, haber sufrido violencia intrafamiliar, trastornos o patologías no diagnosticadas o tratadas, adicciones a sustancias o factores de estrés por circunstancias difíciles de la vida como problemas económicos, falta de trabajo, dificultades de pareja, frustraciones personales, etc.

Cómo protegernos de la ira y los iracundos

“Lo mejor que podemos hacer es cada uno trabajar nuestra propia gestión emocional, ir a terapia, recurrir a actividades que nos proporcionen paz y autocontrol como meditaciones, yoga, conexiones espirituales según la creencia de cada uno, realizar actividades que eleven nuestra autoestima, buen humor y nos proporciones bienestar como asistir a clases de baile, de arte, realizar caminatas, tomar tés relajantes, leer buenos libros, establecer vínculos sanos con la familia, con amigos.

Cualquier recurso que nos proporcione bienestar y nos ayude a encontrar nuestra mejor versión es válido.

Todo esto nos sirve para que el día que tengamos que hacer frente a alguna persona con características violentas, podamos manejar la situación y no engancharlos en la misma agresivamente, y así buscar alternativas sanas de solución”, dice la Lic. Wentzensen

-¿Cómo reconocerme y afrontar que soy una persona iracunda?

Ir a terapia es lo más efectivo, a fin de encontrar la raíz del problema, sanar heridas o experiencias del pasado, modificar la forma de percibir las situaciones, aprender técnicas/herramientas de control emocional, adquirir habilidades de comunicación asertiva, expresión correcta de las emociones, identificar trastornos existentes, participar en grupos con otras personas con las mismas dificultades e identificar necesidad de otros especialistas o uso de medicaciones.

Todo lo que hagamos para sentirnos bien, para controlar nuestros impulsos violentos es bienvenido, desde una taza de té relajante hasta yoga, lectura, buenas charlas, terapia.

-Empezar a sanar aflojará esos nudos durísimos, aquello que creemos imposible de resolver.

Así es, cuando uno se siente bien y tiene paz interior posee autocontrol de sus emociones, puede analizar las situaciones desde una perspectiva positiva, manejar el enojo y canalizarlo de forma efectiva, y a su vez ser ejemplo para los niños y otras personas de nuestro alrededor.

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-¿La ira se manifiesta siempre con violencia física o hay manifestaciones pasivas?

Existen personas que no lo exteriorizan, por el contrario, lo guardan internamente y se manifiesta por medio de síntomas físicos como dolores de cabeza, de cuerpo, tensiones musculares, enfermedades crónicas o síntomas psicológicos como pensamientos molestos que atormentan, ansiedad, estrés, frustración, depresión, etc.

De aquí proviene la importancia de manifestarla adecuadamente, a fin de no agredir a alguien ni a nosotros mismos con resentimientos internos.

-¿Cómo tratar a un iracundo que reincide una y otra vez y luego pide disculpas?

Una persona que proporciona un maltrato a otra puede no haber medido su forma de reacción por las múltiples causas que vimos anteriormente, esto desencadena sentimientos de culpa, por ende, su arrepentimiento es verdadero.

Pero eso no evita que la persona vuelva a cegarse de furia, ya que el hecho de no tener autocontrol, ser impulsivo y sobre todo no asistir a terapia o iniciar alguna actividad alternativa que modifique su obrar, hará que se repita nuevamente el mismo patrón conductual.

Por eso es importante que el iracundo realice alguna acción para generar un cambio y también es fundamental de parte de las víctimas saber hasta cuándo seguir conviviendo con una persona que no emprende estos cambios. Disculpar está bien, lo incorrecto es seguir en una relación ya sea laboral, de pareja o cualquier índole que nos perjudique.

-Si tomamos a Paraguay como “paciente”, ¿cuál es su diagnóstico? Venimos de antepasados que utilizaban la violencia, la humillación para “educar”, nuestra sociedad guarda un historial de maltrato.

Considero que además de las dificultades económicas y el ritmo acelerado de vida que mencioné más arriba, también hay una cuestión cultural.

Seguimos viviendo en una sociedad que incita a la violencia, vemos personas en redes sociales agrediendo a otras por desacuerdos y las apoyamos con comentarios y reacciones; aun escuchamos padres decir a sus hijos que la forma de defenderse de otro compañero es proporcionándoles un golpe.

Nuestra cultura aún arrastra una educación a través de la violencia; niños que fueron golpeados, al convertirse en padres, probablemente lo repiten con sus hijos.

La existencia aún de mucho machismo hacia las mujeres cuando las agreden o violentan como una forma de mostrar “respeto o límites” en el hogar; personas públicas o de referencia que incitan a luchar por los derechos por medio de actos violentos.

Y sobre todo la minimización de estas cuestiones contribuye a que tengan mayor poder y se perpetúe la violencia, normalizándola.

Otro punto importante es la ignorancia con respecto a la salud mental, aún en muchos ámbitos se cree que consultar con un profesional es para personas privilegiadas, con mucho dinero o para gente con trastornos mentales graves.

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Recomendaciones para controlar la ira

- Retirarnos del lugar a fin de calmarnos

- Realizar respiraciones profundas o utilizar métodos propios de relajación: escuchar música, hacer ejercicio, etc.

-Analizar reflexivamente la situación y ensayar una forma de expresar al otro asertivamente

- Buscar opiniones o tomar ejemplo de otras personas con reacciones apropiadas

Siempre hay personas que pueden ser nuestros modelos de superación.

- Dialogar y negociar con la otra persona el conflicto: a) en el caso de no poder entablar una conversación pacífica, retirarnos y encontrar el momento oportuno, b) en caso de relaciones tóxicas considerar la idea de poner fin al vínculo, y c) recurrir a terapia psicológica.

Es importante priorizarnos, autocuidarnos y tener un vínculo sano con nosotros mismos mediante la dedicación de tiempo a nuestra salud física y mental para tener una mejor autoestima y una mejor calidad de vida;

esta es la única manera de sentirnos dichosos, rendir y disfrutar todas las actividades de nuestra vida: el trabajo, la crianza de nuestros hijos, la relación con nuestra pareja, el vínculo con nuestros amigos.

El primer paso para estar bien con otros es estar bien con uno mismo.

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