Pero, ¿qué puede hacerse para evitarle al interlocutor o interlocutora un apretón húmedo de manos? O sea, ¿cómo deshacerse del sudor en las manos, o al menos reducirlo?
Las causas: factores psíquicos y trastornos físicos
Resulta necesario saber que “en las manos hay unas 400 glándulas sudoríparas por centímetro cuadrado, lo cual es bastante”, como afirma la dermatóloga alemana Marion Moers-Carpi.
Dado que en la piel de las palmas no hay ni vello ni glándulas sebáceas, el sudor no se distribuye ni se frena. El resultado: las manos se humedecen rápidamente.
¿Y de dónde procede este sudor excesivo? “Las causas de esto suelen encontrarse, por ejemplo, en el área psico-vegetativa”, señala el dermatólogo germano Jan-Olaf Piontek. En otras palabras: los desencadenantes pueden ser el miedo, el estrés o la ira.
Al mismo tiempo, también existen enfermedades que provocan un aumento del sudor en las manos o los pies. Entre estas se cuentan la hipertensión arterial, enfermedades de la tiroides, diabetes o afecciones autoinmunes.
“En el 65 por ciento de los casos, la hiperhidrosis, es decir, el aumento de la sudoración en manos, pies o axilas, se encuentra genéticamente condicionada”, precisa Marion Moers-Carpi.
¿Evitar el apretón de manos o reconocer la hiperhidrosis?
Según especifica la dermatóloga, la manera en la cual los afectados se manejan en la vida cotidiana o en su trabajo es producto de una decisión individual.
Una solución puede ser justificar el no estrechar la mano con un potencial riesgo de infección, aún en tiempos postpandemia.
“Se lo puede hacer también a la manera asiática”, sugiere Moers-Carpi. Es decir uniendo, para saludar o despedirse, las palmas de las manos frente a la persona, inclinando la cabeza hacia abajo y formulando de forma amable: “Comprenda, no doy la mano por un posible riesgo de infección”.
Posibles alternativas son también, al igual que en las épocas de coronavirus, saludarse o despedirse con el codo o con el puño.
Pero otro camino es la franqueza, aunque cueste, pronunciando frases como: “Bueno, ahora mismo estoy sudando mucho, así que prefiero no darle la mano”.
Soluciones para los afectados con sudor excesivo de manos
Hay personas para las cuales resulta muy importante que los otros no se enteren de su problema con las manos húmedas, sobre todo en el trabajo. Estos consejos pueden ayudarles:
1. Limpiarse las manos discretamente
Si no queda más remedio que saludar dando la mano, puede ser útil lavarse o desinfectarse las manos antes del contacto y secárselas disimuladamente con un paño de algodón o un pañuelo (de papel).
2. Té de salvia
Para las manos sudorosas, rociar las palmas con té de salvia demostró ser un buen recurso. “Este método resulta algo complicado”, admite Moers-Carpi.
Se hace un té de salvia, se lo deja enfriar y se lo coloca en pequeñas ampollas con pulverizador. Con este líquido se rocían las manos varias veces al día. Los aceites esenciales de la salvia inhiben el trabajo de las glándulas sudoríparas.
3. Iontoforesis
En muchos casos puede ayudar someter las manos a un tratamiento con corriente continua.
“Suena peligroso, pero bajo supervisión médica es absolutamente inofensivo y frecuentemente eficaz contra el sudor de las manos”, afirma Piontek. En concreto, el procedimiento se denomina iontoforesis.
“Las palmas se humedecen en un baño de agua o con una esponja húmeda”, explica el dermatólogo. Con ayuda de un pequeño aparato, se hace pasar por el agua corriente continua de alta frecuencia o pulsada.
“Lo importante es mantener el tratamiento, idealmente durante diez minutos al día”, aconseja Piontek. A menudo, el médico también puede proporcionar a los pacientes un dispositivo para utilizar en su casa.
4. Terapia con toxina botulínica
También existe la opción de la terapia con toxina botulínica. En este caso, el médico inyecta bajo la piel, muy diluida, la neurotoxina botox.
“Las inyecciones en las manos son algo dolorosas”, admite Moers-Carpi. Pero es posible realizar el tratamiento con anestesia. Cabe mencionar, sin embargo, que esta terapia no implica un éxito a largo plazo. “Luego de seis meses es necesario repetir el tratamiento”, advierte.
5. Reducción de estrés
Como las manos sudadas suelen tener frecuentemente causas emocionales, entre ellas el estrés o el enojo, también pueden ser útiles en la solución del problema ejercicios para distenderse.
“Puede ayudar el yoga, pero también los ejercicios de respiración”, comenta Piontek. De esta manera, no solamente se tranquilizan los nervios, sino también las glándulas sudoríparas.
6. Medicamentos
Asimismo existen medicamentos, en forma de píldoras, que las personas afectadas pueden tomar para frenar la producción desmedida de sudor. Pero, según la opinión de Moers-Carpi, estos remedios no son la mejor terapia, “porque la efectividad no es tan elevada”.
En algunos casos, la transpiración en las manos puede impedirse de manera extremadamente sencilla: “En verano, no utilizar cremas para manos ricas en grasas, y en invierno, no usar guantes, sino mantener siempre las manos frescas y secas”, recomienda esta dermatóloga.