¿Se interesan los jóvenes por hacer buenas obras? ¿qué piensan de la transformación social y educativa que estamos viviendo?
Carmen Galeano encargada de la Pastoral del Colegio Santa Teresa de Jesús, apunta: “Nuestra comunidad educativa trabaja con las personas a través de encuentros interpersonales, relaciones humanizantes y liberadoras; siempre hemos puesto énfasis en la educación de ciudadanos enraizados en su propia cultura, democráticos, inclusivos y solidarios, capaces de vivir como cristianos coherentes y comprometidos con la transformación social”.
La Compañía de Santa Teresa de Jesús en Paraguay llegó a nuestra tierra en 1915 por expreso pedido de la Srta. Juanita Zavala, una joven paraguaya que se había educado en un colegio teresiano de Uruguay. Las clases se iniciaron en una casa que ella misma donó para abrir el colegio, quedaba sobre 25 de mayo y EE. UU. El colegio se caracteriza por educar a niños desde los 2 años hasta culminar el bachillerato.
Acompaña la entrevista, la docente Fátima Solaeche, también miembro del departamento de Pastoral del colegio. “Desde este departamento nos encargamos de animar y fortalecer la vida de fe de todos los estamentos de la institución. Es el departamento que da vida a la espiritualidad y carisma del colegio”, resume.
Fátima contesta las preguntas del inicio: “Sí, los jóvenes sienten entusiasmo por las buenas obras. Las necesidades que observan en los demás y en determinadas situaciones constituyen un motor que los impulsa a dar respuesta. Su nivel de compromiso y su entusiasmo depende en gran medida del modo de presentar y manejar las cosas, de quién esté al frente de las iniciativas”
-¿Cómo sintieron a los chicos este año, tras la pandemia y las clases virtuales?
FS: Muchas veces apáticos, desmotivados, renuentes a cumplir las reglas que nos impuso en su momento “el modo COVID de vivir”. Sin embargo, también encontramos en cada grupo jóvenes que supieron sobrellevar la pos pandemia y liderar positivamente a los demás.
-¿En qué los sienten más interesados a nivel de ciencias, historia, política, economía, filosofía…?
FS: Siempre hay un grupo más interesado en estos temas, aunque sea un grupo minoritario. Lo que observamos actualmente es que la mayoría se siente atraído por los referentes a la ecología y DD. HH.
-Cuáles son los valores que de una u otra manera ustedes perciben que a ellos les interesan?
CG: Defensa de la libertad, la amistad, la justicia, apertura a lo nuevo.
-Cómo educan, evangelizan a los adolescentes cuando los valores del hogar –hoy pasa mucho- no coinciden con los del colegio religioso? Incluso en un afán de apertura y rebeldía natural adolescente, muchos contradicen a sus padres.
CG: La base que utilizamos son los valores cristianos, que, por ser universales, tienen, en su mayoría, una gran aceptación, ya que apuntan al bien común y al de cada individuo.
La experiencia de ponerlos en práctica y conocer los resultados, aumenta el deseo de asumirlos como un estilo de vida que colabora con la construcción de un mundo más justo y más humano. Por otro lado, vivenciamos el respeto mutuo, sin convertir a la fe en una obligación y pidiendo tolerancia cuando deben participar de actividades de fe.
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-¿En qué se diferencia la conciencia social que puede manifestar una persona, incluso una empresa comercial, de la solidaridad y caridad cristianas?
FS: El motor que las impulsa es diferente. La solidaridad y la caridad cristianas son impulsadas por la conciencia de fraternidad, de reconocer en los demás y en nosotros mismos la dignidad de hijos de Dios y el deseo consecuente de reflejar ese amor que Dios tiene a cada uno.
-¿Qué anécdota de buenos valores recuerdan haber vivido en el colegio?
CG: A modo de colaborar con la Pastoral Social Arquidiocesana, cada año realizamos venta de comidas en el horario del recreo y les entregamos lo recaudado.
Este año tuvimos la grata sorpresa de que el interés hacia esa actividad creció notablemente; los alumnos buscaron maneras de innovar y, en muchos casos, en lugar de comprar lo que traerían para vender, se juntaron en algunas casas para preparar ellos mismos el producto que iban a ofrecer. Vimos el entusiasmo traducido en responsabilidad y disponibilidad alegre y afectuosa.
Jóvenes conscientes de su país
-¿Se muestran interesados en los casos de corrupción, qué perciben como maestras sobre sus parámetros de justicia?
FS: No es una cuestión que observan desde lejos. Es lo primero que manifiestan como inquietud cuando se conversa respecto al país y su situación actual, y no solo están al tanto, sino que dicen sentirse afectados.
Los jóvenes a menudo sacan estos temas en aula porque se sienten indignados y se comparan con otros países; sienten que hay mucho todavía por reformar en nuestro país.
Respecto al sentido de justicia, está un poco teñido por el relativismo que reina en su generación a consecuencia de la crisis de valores.
-¿Cómo utilizan las herramientas tecnológicas para educar, estando llenas las redes de contenidos vacíos y/o peligrosos?
FS: Formando a los chicos con profesionales internos y externos respecto al uso correcto, reflexivo y seguro de las redes sociales y la tecnología en general, y acompañando de cerca los momentos en que estas son utilizadas.
-¿Cuál es la frase del año?
FS: Después de lo vivido en la pandemia, asumimos con mayor fuerza las palabras de Santa Teresa: Nada te turbe, todo se pasa. Solo Dios basta.
CG: Los tiempos de incertidumbre que hemos vivido en la pandemia nos hemos sentido sostenidos por Dios.
-¿Creen que los jóvenes están hoy muy divididos socioeconómicamente, cómo afecta esa desigualdad, cómo abordan las diferencias?
FS: En nuestra realidad educativa no se nota de manera muy marcada estas diferencias socioeconómicas. Lamentablemente en nuestro país sí es un punto clave esta realidad socioeconómica para las oportunidades laborales.
-¿Cómo afrontan en la docencia las críticas hacia los sacerdotes acusados de abuso sexual? Cada sacerdote debe ser líder.
CG: Temas controversiales como este se trata entre pares docentes, son debates que nos forman, nos ayudan a reflexionar como educadores. Nuestra propuesta educativa tiene como base “educar desde la realidad”, por lo tanto, estos temas los tratamos desde el aula, reflexionando con los chicos en torno a la humanidad de las personas y las falencias que podemos encontrar en todas las instituciones y los líderes de las mismas.
Y como educadores buscamos siempre la justicia en las acciones personales y colectivas, y por ello esta situación, ya sea de sacerdotes, políticos o de quienes sean, son acciones que se deben sancionar como corresponda haciendo cumplir las leyes establecidas desde el Estado.
-¿Qué diferencia y qué une a los jóvenes hoy día?
FS: Se diferencian por el modo de enfrentar situaciones límites y posturas distintas a las propias; a veces desde la agresividad, otras desde el diálogo.
CG: Los une el deseo de pertenencia a un grupo y el deseo de validación, especialmente de sus pares.
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-¿Cómo se fomenta una mentalidad de servicio, de renuncia en tiempos de un individualismo cada día más marcado?
CG: Ofreciendo espacios de análisis de la realidad social en los que ellos mismos puedan identificar las necesidades y proponer soluciones que estén a su alcance.
En la propuesta educativa teresiana juega un papel muy importante la Acción Social Teresiana, que es un espacio que ofrecemos a los jóvenes para conocer la realidad, la idea es que los alumnos contacten con personas, lugares, realidades y desde esa experiencia puedan construir su pensamiento y así crecer su interés por el ámbito social.
La Fundación Teresiana nació de estas vivencias que tenían nuestros alumnos y ya tiene 23 años instalados en el barrio San Felipe. Estos frutos y muchos otros son consecuencia de estas experiencias con la realidad.