Un manjar bajo tierra: la mandioca

Hoy 9 de noviembre, como desde hace 10 años, se conmemora el “Día Nacional de la Mandioca”. No solo en el campo se disfruta de su aroma y sabor: en las ciudades es inconcebible un asado dominguero sin el acompañamiento del humeante tubérculo. Alimento cotidiano, presente en las mesas de todos los hogares paraguayos, es el sustituto del pan por excelencia y con ella se preparan deliciosos platos tradicionales.

La mandioca el alimento cotidiano presente en las mesas de todos los hogares paraguayos, es el sustituto del pan por excelencia y con ella se preparan deliciosos platos tradicionales.GENTILEZA
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Chipa, pastel mandi’o, pajagua mascada, mbeju, croqueta, mandi’o chyryry con carne o sin carne, con huevo o sin huevo, torta de mandioca, tortilla de mandioca con verdeo, fariña, tapioca, hasta base de pizza: todo se puede aprovechar del almidón que contiene este producto, pues las combinaciones son infinitas y esto equivale a una bendición para las familias campesinas e indígenas, ya que al contar con una bandeja de mandioca en la mesa no pasarán hambre ni en las peores crisis.

Así lo señalan desde la Organización de Mujeres Campesinas e Indígenas Conamuri. Además, también es indispensable para sus animales. “Si tenés chancho, su dieta diaria se basa en la mandioca. La familia campesina, cuando planifica para un año cuánto va para la venta y cuánto para el autoconsumo, piensa en sus chanchos, en sus gallinas, y así calcula cuántos kilos va para cada cosa”, explica Alicia Amarilla, coordinadora nacional de esta organización.

“Tenemos muchas variedades de mandioca, siete clases de ‘rama’ llegamos a tener en Semilla Róga”, explica la lideresa, al mencionar el espacio donde la juventud vinculada a Conamuri realiza prácticas de agroecología, en el distrito de Repatriación, Caaguazú”, señala Alicia Amarilla.

“Si tenés chancho, su dieta diaria se basa en la mandioca. La familia campesina, cuando planifica para un año cuánto va para la venta y cuánto para el autoconsumo, piensa en sus chanchos, en sus gallinas, y así calcula cuántos kilos va para cada cosa”, explica Alicia Amarilla, coordinadora nacional de Conamuri.

Cambio climático

Su nombre científico es Manihot esculenta, también conocida como yuca, casabe, guacamote en otras regiones de nuestro continente. “No requiere de suelo muy nutrido, igual prende en suelo arenoso o ácido, pero no crece bien si el suelo no es el adecuado, produce, pero no es buena su calidad”, explica María Inés Dávalos, técnica agroecóloga de Conamuri. “La mandioca es la base de la alimentación paraguaya, produce almidón que da mucha energía para trabajar, la gente muchas veces pasa el día solo consumiendo mandioca”.

María Inés Dávalos, técnica agroecóloga de Conamuri.

La mandioca se cultiva en junio o julio al finalizar las heladas. Se planta en rama porque desde ahí es donde se produce. “Tiene semillas, pero escasean, además no es una planta que se siembre desde la semilla, sino desde la rama. Se considera un producto anual porque en medio año se cultiva y en el otro semestre se cosecha, aunque pueda conservarse más tiempo en la tierra, no es como el maíz”, explica María.

Ecología Humana

La estudiante de Ecología Humana de la UNA, María Inés Dávalos afirma que la producción local de mandioca se está viendo afectada seriamente por distintos factores ambientales y por la falta de visión política de las autoridades, lo cual genera un altísimo impacto negativo para los hogares que la consideran como rubro de autosustento. “Ahora es cuando la gente se considera en pobreza extrema porque ya no tiene ni mandioca para comer, en las casas campesinas e indígenas si el niño tiene hambre se le da mandioca hervida y se satisface, hoy día ya no hay ni eso”.

"Cuando la gente se considera en pobreza extrema porque ya no tiene ni mandioca para comer, en las casas campesinas e indígenas si el niño tiene hambre se le da mandioca hervida y se satisface, hoy día ya no hay ni eso” dice María Inés Dávalos, técnica agroecóloga de Conamuri.

¿Cuál es la razón de esta problemática?

Tanto Alicia como María coinciden en que se debe al cambio climático al producirse enfermedades nuevas que afectan las plantaciones. “Se produce poco, por eso no hay en el mercado mandioca buena como antes. Al perderse la capacidad del suelo, al no abonarse adecuadamente la tierra donde sembrar, al no hacerse asociación de cultivos, se trabaja a pérdida. El resultado son ejemplares del tamaño de una vela, son duros igual al hervir, como si no tuvieran suficiente almidón”, resalta María.

La joven técnica explica que un insecto que actualmente afecta a la producción es la mosca blanca. “No hay químico que pueda contra ella, solo algunos biopreparados que hay que aplicar empezando con las semillas y no abandonar en todo el proceso, solo así se llega a prender en algunas hectáreas”.

Por su parte, Alicia sostiene que los fenómenos climáticos extremos que se han sentido en los últimos meses también generan un perjuicio a la producción. “La helada, la sequía, los calores intensos, no solo afectan este rubro, sino que se siente su fuerza sobre toda la agricultura familiar”.

La crisis provocada por el cambio climático destruye la agricultura y toda la cadena de distribución. “El año pasado hubo muy poca venta, y si falta la mandioca habrá desempleo y también habrá hambre”, finaliza María Inés Dávalos.

Si falta la mandioca habrá desempleo y también habrá hambre, afirman.

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