Las emociones son una parte intrínseca de nuestro día a día. Sin ella no podríamos experimentar la felicidad de un logro o el enojo y frustración de tu equipo favorito pierda.
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Ante situaciones desagradables, inesperadas o injustas es absolutamente normal que experimentemos emociones negativas como enojo, miedo o frustración.
El licenciado Jorge Escurra, psicólogo clínico, explica que la mayoría de las personas aprendemos a poder regular o controlar estas emociones. Nos “autotranquilizamos”. Este proceso de regulación emocional lo aprendemos en los primeros años de vida, refiere el profesional.
Para que nuestra capacidad de regulación emocional sea eficaz, será importante el estilo de crianza que experimentemos en nuestra infancia, la contención que recibimos por parte de nuestros padres, que nos desenvolvamos en un ambiente en donde se nos permita expresar nuestros sentimientos, vivirlos y poder lidiar con ellos.
¿Cómo son las personas con desregulación emocional?
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Las emociones negativas son reacciones esperables en ciertas circunstancias. El problema radica cuando estas emociones se vuelven especialmente intensas y no son congruentes con el evento que la ha provocado. Esto quiere decir, que una persona experimente un nivel de irritabilidad, enojo o enfado desmedido, en comparación con el promedio.
Escurra afirma que las personas con desregularización emocional son muy impulsivas, particularmente irritables e incapaces de lidiar con frustraciones. Sobre reaccionan ante los conflictos. Es muy probable, por ende, que estas personas cuenten con una incapacidad en poder regular sus emociones.
“Evidentemente, estas características comportamentales, acarrean graves problemas de convivencia con familiares, compañeros laborales e incluso con extraños. Tienden a aparecer conductas disruptivas, autolesiones como cutting en adolescentes, consumo problemático de alcohol u otras drogas y hasta mayor riesgo de suicida” asegura el psicólogo.
La desregulación emocional no es un trastorno en sí mismo, pero está fuertemente relacionada con trastornos específicos como el “Trastorno Límite de la Personalidad” (diagnosticado en la adultez), “Trastorno Negativista Desafiante” (en niños y adolescentes) y en un menor porcentaje en el “Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad” (TDAH).
¿Cómo actuar si presento estas características o conozco a alguien que pueda presentar desregulación emocional?
Lo primero es entender que las personas que conviven con esta situación son personas con un gran sufrimiento interno. Las conductas disruptivas o peligrosas como autolesiones o conductas suicidas, suelen ser intentos de apaciguar o desviar la atención del propio sufrimiento emocional. El sufrimiento es real, estas emociones no deben de ser minimizadas. Es importante validar las emociones de la persona, ser empáticos, sin ser reactivos ni responder de forma hostil.
El licenciado indica que es muy importante consultar con un profesional de la salud mental. La persona con desregulación emocional debe recibir entrenamiento en inteligencia emocional, se les debe de proveer de herramientas para reconocer sus propias emociones, trabajar en formas adecuadas y saludables de autorregulación, trabajar su impulsividad y la comunicación asertiva. Evidentemente supervisado de cerca por un profesional psicólogo.
En los últimos años la Terapia Dialéctica Conductual (DBT, por sus siglas en inglés), con base en la teoría cognitiva-conductual, es la terapia que posee una de las evidencias empíricas más sólidas para el tratamiento de personas con problemas de manejos de emociones extremas, incluyendo la autolesión e ideación suicida. Es un programa altamente estructurado que brinda habilidades concretas para manejo de emociones, dirigir mejor los pensamientos y la conducta.
En resumen
Las emociones son una parte importante en nuestras vidas, necesarias para disfrutar de actividades, del relacionamiento con nuestros seres queridos, advertirnos del peligro. Pero ser gobernado por ellas es un extremo que nos puede causar mucho conflicto interno y externo. La ayuda de un profesional psicólogo será necesaria para poder superar esta situación extrema de sentir y vivir las emociones.