El nutricionista Marcelo Galeano advierte que la población más vulnerable ante la falta de yodo son los niños, niñas y embarazadas, quienes pueden padecer un grupo de enfermedades que son denominados “desórdenes por deficiencia de yodo”.
Se trata de bocio, alteración del lenguaje, retraso mental, crecimiento deficiente, alteraciones de audición y cretinismo.
“En las embarazadas, además existe mayor riesgo de abortos y muerte fetal. No obstante, el consumo excesivo de yodo también representa un peligro para la población, motivo por el cual es necesario consumirlo en cantidades seguras”, manifestó.
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Según Galeano, los desórdenes por deficiencia de yodo (DDY) constituyen un problema endémico en Paraguay, debido a que el suelo de nuestro país, al ser mediterráneo, carece de este mineral esencial y, por lo tanto, los productos frutihortícolas que son producidos, así como los animales y pescados de río, no contienen cantidades suficientes de yodo de manera natural.
Ante esto, la medida más efectiva, simple y de bajo costo para aportar este micronutriente al organismo es a partir de la sal yodada.
“Teniendo en cuenta que la sal es un ingrediente utilizado por la población en cantidades casi constantes, una de las intervenciones más efectivas para prevenir los desórdenes por deficiencia de yodo ha sido la yodación universal de la sal. Esto implica que toda la sal destinada al consumo humano y animal debe estar adecuadamente yodada según los niveles recomendados, que en el país se encuentran entre 20 a 40 mg/kg de sal”, señala el nutricionista del Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición (INAN).
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¿Qué es el yodo?
El yodo es un mineral indispensable para el buen funcionamiento de las glándulas tiroideas y para el desarrollo normal tanto físico como mental. Desde el año 1991, se crea el Programa nacional de Control y Prevención de los Desórdenes por Deficiencia de Yodo (DDY) y se implementa como estrategia la fortificación de la sal con yodo; la única fuente de yodo en nuestro país es la sal yodada.
El Programa Nacional de Control y Prevención de los Desórdenes por Deficiencia de Yodo (DDY) del Paraguay es llevado adelante por el Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición (INAN), dependiente del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPBS).
Uno de los objetivos de este programa es lograr la yodación universal adecuada de la sal de consumo humano, animal y de la industria alimenticia.
No superar los 5 gramos de consumo de sal por día
“Aunque la sal es un vehículo apropiado para la fortificación con yodo, la recomendación de consumo diario no debe superar los 5 gramos de sal por día para la prevención de las enfermedades crónicas no transmisibles. Además, el exceso de yodo también se ha asociado a efectos adversos, pudiendo resultar en hipertiroidismo inducido por yodo y enfermedad de Hashimoto”, comenta Marcelo Galeano.
Además, aconseja que la población tiene como tarea ser contralora del cumplimiento de dicho programa, por ello es necesario que siempre verifique que la sal adquirida de cualquier punto de venta cuente con la información obligatoria en la etiqueta como número de lote, marca del producto, datos del proveedor, origen, el número de Registro Sanitario de Producto Alimenticio (R.S.P.A) y el número de Registro de Establecimiento (R.E).
Ante cualquier irregularidad, las personas pueden realizar la denuncia correspondiente a la siguiente dirección de correo electrónico: denuncias@inan.gov.py.