Ropero consciente

Comprar y tirar ya no está de moda. Las corrientes amigables con el planeta no paran de crecer y, coincidentemente con la crisis económica global acentuada por la pandemia de coronavirus, algunas salidas como las de la reutilización son más que bienvenidas. En nuestro país, cada vez más gente se anima a comprar ropa de segunda mano, acción que ayuda a paliar los efectos negativos de una de las industrias más contaminantes del mundo.

La venta de ropas de segunda mano es una opción amigable para la economía personal y también ayuda al planeta.shutterstock.com
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Se trata de una segunda oportunidad para las ropas y para el medioambiente. Y no solo la ropa usada tiene sus adeptos, también en los últimos años ha ido creciendo la demanda del alquiler de prendas para fiesta –no en este momento de pandemia-, la acción de arreglar antes que tirar, customizar para dar nueva vida a algo que ya aburrió o bien transformar completamente las ropas. El ingenio no tiene límites y ya son varias las personas que se dedican a estos rubros y de alguna manera aportan su grano de arena en la mitigación del impacto devastador que con el tiempo se ha ido visibilizando que genera la industria de la moda rápida no solo en cuanto a la emisión de carbono sino también en cuanto a la explotación laboral en fábricas textiles –principalmente del tercer mundo-.

Tesoros vintage

Reutilizar prendas icónicas y transformarlas en piezas unisex es parte de la filosofía de Belpia, una tienda que busca seguir principios eco friendly, tratando de reducir la huella a través de la nueva puesta en circulación de prendas usadas y la utilización de empaques de material reciclable y no plástico.

Belén Piris, fundadora de Belpia.

Se trata de un emprendimiento de Belén Piris Ayala, quien se desempeña como vendedora, fotógrafa, influencer y encargada de la selección y curación de las prendas que ofrece. Ella cuenta que desde su adolescencia sintió una gran fascinación por las mujeres poderosas del cine, y gustaba de recrear sus outfits. “Así fui juntando piezas vintage, ya que los precios eran muy bajos y encontraba prendas únicas con detalles especiales como botones antiguos o estampados que están fuera de temporada”, agrega.

En los últimos años empezó a proliferar el negocio de las ferias de segunda mano en nuestro país y, tanto quien vende como quien compra lo hace muchas veces motivado por una necesidad económica, explica Belén, quien recorre la ciudad buscando ferias. Relata que su objetivo principal no es vender masivamente prendas de segunda mano, sino que los clientes disfruten la experiencia de encontrar tesoros en un lugar como su tienda, que actualmente se mantiene online.

Sepa más en @belpiapy

Una línea que renueva estilos

Guadalupe Halley es diseñadora de indumentaria y fundadora y directora creativa de Menta Siruela, una marca de ropas que a su vez tiene una línea de prendas vintage bajo el nombre de Menta Siruela Recycla. Esta línea tiene como fin ofrecer prendas vintage en buen estado con influencias de los años 80 y 90 principalmente, y son prendas que, por su diseño y calidad, se vuelven atemporales.

Las prendas de Menta Siruela Recycla tienen, en su mayoría, aires vintage de las décadas de los 80 y 90.

Como amante de la ropa vintage, también Guadalupe gusta de recorrer mercados de ropa usada en Asunción y cuenta que cuando viaja lo primero que hace es buscar un mercado de pulgas. “Me llaman la atención los tejidos, los diseños y la calidad de las prendas que tuvieron uno o varios dueños anteriores y siguen intactas y me gusta combinarlas con prendas nuevas y crear así un estilo”, dice.

La emprendedora considera que está creciendo el consumo de ropa usada, principalmente entre los jóvenes, quienes ya no buscan seguir una moda impuesta sino se decantan por un estilo más personal y atemporal. Cuenta que ella misma selecciona las prendas que ofrece, teniendo en cuenta la calidad y el diseño de las mismas, labor que viene realizando desde hace aproximadamente 10 años.

Sepa más en @menta siruela recycla

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Ahora es mío

Bajo ese nombre opera una tienda online de moda sustentable que busca alargar la vida de la ropa, fomentando así una cultura de consumo colaborativo. Es una plataforma que ofrece el servicio de gestionar la venta de prendas de segunda mano, generando así un “extra” para quien busca ahorrar dinero y contribuir al reciclaje textil y a la sostenibilidad social, explica la arquitecta Patricia Adriana Ramírez Díaz Bensien, directora de Ahora Es Mío.

Patricia Ramírez, directora de Ahora es mío.

“Gracias a nuestra red de recicladores (personas como vos) que ponen su granito de arena formando parte de este proyecto podemos ayudar a convencer a mucha más gente de que esta es la forma lógica de consumir moda”, expone Patricia, quien viene de una familia de cinco hermanos. Cuenta que compartían todo y reutilizaban lo más que se podía. “Mis padres son hasta ahora mis mayores maestros del reciclaje, para mí siempre fue muy habitual heredarnos la ropa entre hermanos y a esto se sumó que me casé con Niko (quien es alemán) y tuvimos la experiencia de vivir en Berlín en el 2010 antes de tener hijos, y fue ahí donde experimenté el mundo de la conciencia ambiental de forma muy positiva y fue lo que me cautivó para pensar que mi vuelta al Paraguay definitivamente tendría que ser diferente”.

Desde junio de 2013 se dedica a esta empresa que selecciona y garantiza ropa en perfecto estado y ya hace un tiempo que como tienda decidieron dar un enfoque más educativo -a nivel de consciencia medioambiental- a sus publicaciones en redes sociales, blogs, entre otros, informando sobre la contaminación que provoca la industria textil, sobre todo en la fase de tintado, acabado de las telas y fabricación de los tejidos. “En el ámbito social, esta industria es también responsable de gran parte de la esclavitud moderna existente”, explica y agrega que a partir de que empezaron a compartir estos datos la gente empezó a confiar más en su trabajo y a consumir más de segunda mano, tanto así que en los últimos tres años pasaron de un 30 a un 60 % de vendedoras que han repetido ya la experiencia. “Además, toda la ropa que no aceptamos la donamos y nosotros coordinamos la entrega a entidades que la destinan a distintos proyectos sociales, consiguiendo así un impacto positivo en las vidas de miles de familias. Hemos logrado evitar la fabricación de más de 55.000 prendas a través de la venta online (y vamos por más). Más de 1.250 clientes compran y venden desde junio del 2013, logrando tener un ahorro ambiental equivalente a 45 vueltas en coche al Paraguay. Además, un ahorro de 287.000.000 millones de litros de agua equivalente a que 276 personas se bañen toda su vida”.

Concluye diciendo que si se sigue actuando de forma ecológica y teniendo en cuenta el impacto de las "pequeñas acciones", se conseguirá frenar el cambio climático entre todos.

Sepa más en www.ahoraesmio.com

Instagram: @ahoraesmiopy

Facebook: quieroahoraesmio

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Reutilización creativa para estos tiempos

Una opción diferente es la de La P3rcha. María José Angulo es arquitecta pero se dedica al arte y la moda; es creadora, productora, directora, bordadora de La P3ercha, marca en la que creen que la prenda más sustentable es la que ya existe. “Nada se pierde, todo se transforma”, es uno de los lemas que siguen y, con esto en mente “ponen a la moda prendas que ya no lo estaban”. Transforman ropas para esta época, hacen un upcycling –conocido también como suprareciclaje o reutilización creativa- y corrigen cualquier problema que la ropa pueda tener –alguna rotura, por citar un ejemplo-.

Siempre estuvo en ella lucir diferente a los demás, lo que transmite hoy a su marca. Cuenta que gustaba de vestir con prendas vintage que eran de su madre, ya desde su adolescencia en los 90.

“Si una prenda no es de esta temporada, ella tiene vida útil, no se pudre, no se desintegra enseguida”, dice. Desde 2012 se dedica a este rubro y comenta que, cuando empezó, el rechazo del público fue grande; cuando corrían esos días “el paraguayo no estaba preparado para algo así”, comenta. Hoy, sin embargo, esto evolucionó y ya no es un tabú, y como sociedad estamos empezando a elegir nuestras cosas con mayor conciencia.

Una de las aristas que más disfruta de su trabajo es hacer a las prendas únicas, exclusivas, irrepetibles. Se trata siempre de piezas sumamente especiales, con historia. Majo transforma y une muchas veces varias prendas para formar una, las pinta, borda, las parcha, corta, tiñe o destiñe; son varias las herramientas con las que cuenta a la hora de dar una vida nueva a lo que pasa por sus manos.

Como marca buscan sobre todo crear en las mentes de las nuevas generaciones un aprendizaje sobre el consumo consciente.

Sepa más en Instagram: @la_p3rcha

Va siendo momento de dejar atrás el concepto de que lo usado es de mal gusto o algo imprudente, ya que no se sabe en qué manos estuvo antes. Las tiendas que se dedican a vender este tipo de productos lo hacen, por lo general, con el mayor de los cuidados. Los productos a la venta están en buenas condiciones y totalmente limpios. Según la ONU “se requieren 7.500 litros de agua para producir unos jeans, y el sector del vestido usa 93.000 millones de metros cúbicos de agua cada año, una cantidad suficiente para que sobrevivan 5 millones de personas”, entre otros datos alarmantes.

Ya sea visitando ferias, ventas de garaje, a través de trueques o compras en tiendas de segunda mano o bien arreglando y renovando uno mismo lo suyo, se estará contribuyendo de a poco no solo a disminuir el gasto personal en indumentaria, sino también se estará ayudando a debilitar la huella nociva de la industria de la moda. Parte de no comprar en exceso se logra adquiriendo productos de calidad que duren más tiempo. Se invita también a comprar prendas básicas que se puedan combinar fácilmente con otras; todo ello como parte de un aprendizaje integral que llevará al usuario a tener un “ropero consciente”.

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