La cantautora Barbarita Palacios vuelve con “Criolla”, un disco nominado a Mejor Álbum Folklore Alternativo en los Premios Gardel y que contó con producción general de Gustavo Santaolalla, coproducción de Daniel Martin, mezcla de Aníbal Kerpel y dirección musical de Javier Casalla.
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En toda la obra se destacan también sendas colaboraciones como las de Lula Bertoldi (Eruca Sativa), Julieta Venegas, Micaela Chauque, Fernando Ruiz Díaz (Catupecu Machu), Meme del Real (Café Tacvba), entre muchos otros.
Este viernes Barbarita se presentará con una conformación que tiene en sus filas a Javier Casalla en violín, guitarras y programaciones, Juan Manuel Ramírez en batería y Lucero Carabajal en bombo legüero y percusión electrónica.
La raíz en las venas
Todo lo que pasa en la música de Barbarita es lo que pasó en su vida y sigue sucediendo dentro de ella, según contó en una entrevista exclusiva para ABC Color. Hija menor de la actriz y cantante Egle Martin, convivió con el arte desde que tiene uso de razón.
Ese contexto le hizo “tener acceso en momentos donde no era tan accesible a muchas músicas de diferentes países, todo siempre relacionado con la raíz de cada lugar”.
Recordó que su madre, recientemente fallecida y que también puso su voz a un tema en “Criolla” (“Mba’e pa ere cheve nde”) se encargó de investigar sobre las raíces afroargentinas, entonces en ella hay mucha información sobre eso y el folclore.
Pero como Barbarita se crió en Buenos Aires bebió del rock de su país como también del norteamericano y por ende del inglés. “Todo eso se hizo como un licuadito adentro mío y ya desde muy temprano empecé a componer. Siempre se vieron mucho las raíces. Sigue siendo así mi música, es una mezcla bastante rara, me define como artista y gracias al feminismo no me siento afuera de nada. Eso me hace feliz”, definió.
Trabajar en comunidad
Fernando Ruiz Díaz, Julieta Venegas, Micaela Chauque, Lula Bertoldi, Gustavo Santaolalla, Sonia Álvarez, Meme del Real, Javier Casalla y Egle Martin son los colaboradores en este disco, algo que ella decidió tener por trabajar con gente que admira.
“Ángel en guerra” era perfecta para Fernando Ruiz Díaz. Quedó increíble. Después “Piba cumbia” que es mi himno feminista, tiene a Julieta que es tan grosa y accedió, después está Micaela Chauque que es de Salta, radicada en Tilcara. Ella es una virtuosa multiinstrumentista de todo lo que sería sikus, quena, pero en nuestro país está prohibido que las mujeres toquen esos instrumentos. Y ella tuvo que pedir permiso para tocarlo. Hoy por hoy tiene una escuela y es una grosa. Semejante mina que nació allá, siendo la artista y música que es tuvo que pelear contra todo eso, imaginate”, comentó sobre algunas de las canciones.
Para ella ese trayecto andado de forma colectiva es “importante” en una actualidad donde “la industria te exige formar parte de una tribu”. “Trabajar de forma colectiva es la única manera de hacer las cosas bien. Mi meta más grande, artística en mi caso, siempre es mi propuesta colectiva. No existo sin las otras personas. A mí se me hace interesante cuando somos un grupo”, planteó.
El feminismo en Barbarita
“Criolla es un disco que está atravesado por el feminismo”, afirmó sin dudar la artista. No obstante, reconoció que para ella es natural estar en constante deconstrucción.
“Por ejemplo, hay una canción llamada “Sin llorar” que una parte dice: “Si te vas vuelvo a estar en paz y al dejarme sin vida vuelvo a estar...” y ahora digo “y al dejarme mi vida”, explicó.
En ese marco profundizó en que “la deconstrucción es un proceso vivo, estamos todo el tiempo deconstruyéndonos, especialmente yo que soy de una generación más grande digamos. Estoy en deconstrucción y además apunto a todes les que estamos en deconstrucción, porque es como que hay algunos que ya se salvaron y otros que no tienen salvación. Es muy importante que estas generaciones más grandes estemos en movimiento y en deconstrucción constante para poder igual seguir ayudando a las nuevas generaciones a que fluyan tranquilamente y sean lo que quieran ser. Que se autoperciban como se quieran autopercibir”, subrayó.
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En esta misma línea de pensamiento recordó también a su madre, “una artista completa, no tan reconocida así en Argentina, sino más bien reconocida como vedette intelectual, porque era muy hermosa, entonces ha sido muy víctima también de eso”, señaló.
Agradeció el haber tenido la oportunidad de contar con su voz en este último álbum, considerando que Egle tenía muchas creaciones que no pudo grabar. “La verdad de la milanesa es que ella no logró grabar sus canciones y tiene un montón de canciones increíbles, por eso la admiro tanto como compositora”, dijo.
Recordó que la vida de su madre se desarrolló en el campo, en las afueras de Santo Tomé, Corrientes, donde formó una comparsa con la que hacía “desastres por todos lados” en el buen sentido. “Me pone muy contenta poder cantar esta canción porque entiendo muy bien el sentimiento si bien yo no vivía cuando ella escribió esa canción. Pero ella vivió la vida más que nadie en el mundo, tuvo miles de vidas adentro de una sola terrenal, y yo estoy en la misma, re entregada, todo va fluyendo y siguen pasando cosas”, aseguró.
En cuanto a la lucha de las mujeres por ganarse espacios, Barbarita, quien es promotora de la Ley de Cupo Femenino en la Música en Argentina, confirmó que aún “falta un montón, por eso es importante seguir hablando todo el tiempo”.
“Viendo la escena en general pienso que hay que seguir avanzando con todo, como con la deconstrucción constante como humanidad. Hay que estar constantemente habitando ese espacio y no bajar los brazos ni un segundo. Hablar inclusivo todo lo que podamos. Nombrarnos a todes todo lo que podamos. Reconocernos también como parte de esa periferia, porque yo me siento parte de esa periferia. Soy mujer y porque mi arte no es el que exige el mandato, la norma, yo estoy por fuera de eso, siempre estuve. Yo quiero un mundo mejor con todos haciendo lo mejor que podemos cada uno de nosotres. No hay que bajar los brazos ni un minuto, ni un segundo, no hay que distraerse ni dejar que nos distraigan. Hay que seguir observando”, sentenció.
Celebrar y compartir
“Yo tengo muchos años en la industria y no soy tan conocida. Sigo remando en dulce de leche porque por sobre todo siempre está para mí el arte primero. No he hecho caso a muchas otras cosas que me hubieran posicionado mejor. Pero acá estoy y soy muy feliz igual”, dijo también.
En ese sentido, agregó que siente que no le falta nada. “No necesito más de lo que tengo. Con tener ese momento con la gente que me va a ver yo ya soy muy feliz y sé que les hago la vida más linda como me la hacen a mí, aunque sea por un ratito nomás, eso es lo que más me importa”, afirmó.
Finalmente, invitó a la gente a encontrarse con su propuesta este viernes. “Vengan a ver un show increíble, que va a estar buenísimo, la van a pasar muy bien. Es un proyecto artístico producido por estos monstruos. Está todo cuidado, cada detalle, porque hacemos lo que hacemos con el corazón, de verdad, desde hace muchos años. Les aseguro que va a ser un lindo momento de encuentro para todes”, cerró.