La ceremonia tuvo lugar en la Riverside Funeral Chapel. Unas 300 personas asistieron al funeral, entre ellas la estrella del pop Michael Jackson, fugazmente mostrado por las televisiones locales y vestido con chaqueta azul.
La prensa, mantenida al margen del funeral, pudo constatar además la presencia de Robin Gibb, hermano de Maurice, uno de los tres integrantes de los Bee Gees.
También asistió al acto Stephen Gibb, sobrino de Maurice e hijo de Barry Gibb, el tercer miembro del grupo.

Solo algunos curiosos y viandantes se congregaron cerca de la capilla.

Los resultados de la autopsia de Maurice Gibb podrán ser conocidos el viernes, según el Canal 7 de televisión de Miami.
Gibb, de 53 años, murió en la madrugada del domingo en el hospital Mount Sinai de Miami Beach, donde había sido hospitalizado y operado debido a una oclusión intestinal. Según fuentes hospitalarias, Gibb había sufrido un paro cardíaco antes de ser intervenido quirúrgicamente.

Barry y Robin Gibb cuestionaron el lunes el tratamiento médico que se dio al músico en el hospital de Miami Beach.

‘‘Se cometieron errores, se perdió tiempo’’, declaró Barry Gibb, en una entrevista dada el lunes a la BBC. ‘‘Tiene que haber un responsable’’ y este ‘‘tendrá que rendir cuentas’’ por la muerte de Maurice, agregó.

Fuentes del hospital Mount Sinai se negaron a hacer comentarios sobre esas acusaciones.

Los tres hermanos Gibb formaron el grupo The Bee Gees -B por brothers (hermanos) y G por Gibb- en 1958 en Brisbane (Australia), donde la familia había emigrado.
En 1967, de regreso a Gran Bretaña, destacaron con ‘‘Spicks and Specks’’, canción a la que siguieron éxitos internacionales como ‘‘Holiday’’, ‘‘To love somebody’’, ‘‘Massachusetts’’, ‘‘I started a joke’’.

En 1977 alcanzaron el cenit de su triunfo con la música del filme ‘‘Fiebre del sábado por la noche’’ (Saturday Night Fever). Sus voces agudas e inconfundibles marcaron su imagen y el paso del tiempo no mermó su popularidad.