Heredera de un linaje y tronco histórico

En sus 119 años de consagración y, como parte de sus celebraciones, el Templo histórico de la calle Palma estuvo abierto al público para que se conozca por dentro esta joya arquitectónica.

Este centenario edificio es considerado uno de los más bellos templos masónicos del continente. En esas butacas se sentaron ilustres masones, grandes personalidades nacionales y durante la Guerra del Chaco se habilitó allí un hospital de sangre.Diego Peralbo
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El templo histórico de la calle Palma es un ícono arquitectónico de Asunción y valioso patrimonio de la Masonería Universal.

En 1895, la masonería nacional se organizó bajo la denominación de Gran Oriente del Paraguay y el 13 de mayo de 1923 se instaló la Gran Logia Simbólica del Paraguay, que es la institución masónica de mayor antigüedad en nuestro país.

Actualmente su Gran Maestro es Eduardo Dedoff Salcedo. “Esa tradición de la que somos depositarios, se expresa no solamente en la historia celosamente guardada en nuestro Gran Archivo, sino en los más antiguos miembros que la integran, desde los Grandes Maestros con vida hasta los hermanos que, con una rica vida masónica, nos comparten sus vivencias que se remontan, en no pocos casos, a más de 50 años atrás, unidos a aquellos que ya pasaron a la eternidad”, destaca el Gran Maestro.

Eduardo Dedoff Salcedo, actual Gran Maestro de la Gran Logia Simbólica del Paraguay, iniciado en 1981. Él pertenece a una familia de masones. Su padre, Alejandro Dedoff, también fue Gran Maestro de la Gran Logia de 1980 a 1985.

La masonería se ha caracterizado históricamente por su discreción y reserva en cuanto a sus rituales y ceremonias, lo que no significa que la masonería tenga algo que ocultar. “Nuestra institución ha adoptado una forma específica de enseñanza basada en símbolos, alegorías y rituales, cuyo conocimiento se alcanza en base a etapas o ‘grados’”, explica Dedoff Salcedo.

“Estos elementos pueden ser percibidos como enigmáticos o herméticos por quienes no están familiarizados con ellos. Además, la discreción también tiene su origen en su historia y en el hecho de que, en algunos momentos y lugares, fue perseguida y reprimida. En este sentido, la reserva nació como una forma de proteger a sus miembros, preservando su independencia y autonomía, y se mantiene hasta hoy, más como una tradición que una realidad”, agrega.

Una entidad abierta

Para el Gran Maestro es importante señalar que la masonería no es una organización secreta. “De hecho, en nuestro país es una institución con personería jurídica, cuyos estatutos constan en registros que son públicos. Esto significa que la masonería no oculta su existencia ni sus actividades, sino que simplemente no hace públicos todos los detalles de sus rituales y ceremonias. La masonería es una organización civil y sus miembros son libres de hablar abiertamente sobre su pertenencia a la misma”, afirma.

Actualmente, la masonería es más visible y abierta debido a varios factores. “Nuestra institución ha experimentado un aumento en el número de miembros en muchas partes del mundo, lo que se traduce en mayor presencia, pero siendo tradicionalmente más visible en algunos países que en otros”, explica.

El histórico templo masónico de la calle Palma, ícono arquitectónico y patrimonio histórico y cultural de la ciudad de Asunción, fue inaugurado el 2 de mayo de 1904.

La promoción de valores, como la tolerancia, la libertad y la igualdad, tienen una relevancia muy importante y la primera forma de divulgarla es a través de sus propios miembros, la facilidad y variedad de conectividad permiten igualmente llegar de manera más directa a la sociedad.

“La Gran Logia Simbólica del Paraguay y muchas logias que la componen, así como otras organizaciones masónicas, tienen ahora presencia en redes sociales, lo que les permite llegar a un público más amplio y conectarse con otros grupos y organizaciones con objetivos similares. Igualmente, en muchos países, la masonería se ha convertido en una institución de referencia en la defensa de los derechos humanos, la justicia social y la democracia”, destaca.

Protagonistas de la historia nacional

La masonería está presente en Paraguay al menos desde la época de los López. “Documentalmente tenemos antecedentes desde la instalación de la primera logia que trabajó en nuestro territorio: la Logia Fe, que funcionó desde 1869, y cuyos libros de actas originales están exhibidos en el primer Museo Masónico que la Gran Logia Simbólica del Paraguay fundó en 2018. Es así que el Gran Archivo de nuestra institución conserva documentos de más de 150 años, que guardan la historia de la masonería en el Paraguay, que es parte de la historia de nuestro país”, asevera el Gran Maestro.

Su participación y protagonismo en la vida nacional se dio a través del quehacer de sus miembros: 12 presidentes de la República fueron iniciados, como Juan Bautista Gill, Cándido Bareiro, Bernardino Caballero, Juan G. González, Cecilio Báez, Manuel Gondra, Eduardo Schaerer, José Félix Estigarribia y otros. “Muchos de ellos fueron presidentes en momentos en que el Paraguay estaba viviendo la reconstrucción después del ‘70, otros preparando el desafío que se avecinaba para preservar el Chaco y finalmente Estigarribia, que cerró el Tratado de Paz con Bolivia luego de defender nuestros derechos como conductor victorioso del ejército nacional. Pero también ha tenido protagonismo directo, como cuando este templo histórico funcionó como hospital de sangre durante la Guerra del Chaco, o cuando se encargó de organizar la asistencia para los compatriotas desahuciados cuando finalizaba la Guerra contra la Triple Alianza”, describe.

Interior del Centro Cultural Masónico, sede del Museo Masónico, único en el país. Aquí se exhiben documentos de más 150 años de antigüedad, además de objetos masónicos de grandes personalidades nacionales que pertenecieron a la Gran Logia Simbólica del Paraguay.

Desde su fundación, la masonería ha sido una fuerza impulsora detrás de muchos movimientos sociales y políticos, como la lucha contra la esclavitud y la opresión, la defensa de los derechos civiles, igualdad ante la ley y la limitación del Estado frente al ciudadano. “Nuestra institución sigue enseñando y teniendo un papel activo en la promoción de estos valores a través de sus miembros, ayudando a construir una sociedad más justa, pacífica y humanista. La masonería mantiene vigente su relevancia en un mundo cada vez más diverso y complejo, y su futuro está ligado en mantener el interés de su método de enseñanza, con claridad de objetivos y mensajes, y evitar la contaminación interna, que puede ocurrir con quienes ingresan con fines que no comulgan con nuestros altos valores”, finaliza.

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