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El Tribunal de Sentencia estuvo integrado por los jueces Rolando Duarte (presidente), Javier Sapena y Leticia Frachi (miembros), fueron los encargados de juzgar a Osmar Darío González y lo condenaron a 22 años de cárcel, tal como lo había solicitado el fiscal del caso Julio Ortiz, de San Lorenzo.
El caso del expolicía no es una causa más de abuso sexual, teniendo en cuenta que se trata de una persona que tiene problemas con este tipo de hechos y que cometió varios hechos por lo que se lo considera como un violador serial y las condenas que recibió se basaron en su accionar violento.
Osmar Darío González, aparte de esta condena de 22 años, tiene ya una de nueve años de prisión y otra de 20 años de cárcel, más ocho año como medida de seguridad y una de 13 años, todos por violación y tiene otros procesos más abiertos que están siguiendo su curso normal en la justicia y que podrían seguir agregándole años de condena. Luego que salió a luz el primer caso comenzaron a acudir otras mujeres a la justicia a denunciar que fueron abusadas por el expolicía.
Varios casos
Osmar González, prestaba servicio en la comisaría 6 Metropolitana, cuando se dieron los primeros casos de abuso y que lo tuvieron a él como el principal sospecho.
El suboficial hacía rondas y guardias en una caseta policial que se encontraba sobre la avenida República Argentina y Miguel Torres, fue ahí que comenzó a tener un panorama del movimiento de la zona y su primer delito lo cometió en el 2012, cuando ingresó al hotel Boggiani, ubicado a cuadras del sitio para robar.
En esa ocasión redujo a Celia Carolina Cáceres, quien hacía de serena en el sitio. Por este caso fue sentenciado a nueve años de cárcel al ser encontrado culpable del delito de robo agravado.
Después de este caso vinieron otros hechos como ser el abuso sexual que sufrieron dos peluqueras y por esto fue condenado a 20 años de cárcel más ocho años como medida de seguridad y una sentencia más de 13 años de encierro por abuso de sexual de una menor.
En todos los casos el expolicía fue encontrado culpable mediante muestras de sangre y otros elementos que fueron dejados en sus víctimas y el lugar donde se cometieron los abusos.
Abuso frente a un bebé
En uno de los casos el exsuboficial de Policía abusó sexualmente de una mujer quien tenía un bebé en sus brazos y el ultraje se dio frente al pequeño. González, siempre armado reducía a sus víctimas y hacía uso de violencia extrema para llegar a materializar sus crímenes.
Todos estos puntos fueron tomados por los diferentes fiscales que lo acusaron para pedir elevadas condenas contra Osmar Darío González, a quien consideran un violador serial y que de no haber sido detenido iba a seguir cometiendo más hechos similares.
También se destacó mucho la labor que se realizó por el laboratorio forense de la Fiscalía que tuvo a su cargo la recolección de muestras de sangre, semen y otras más para probar científicamente que el expolicía fue el autor de los robos y violaciones por los que fue condenado.
Otros procesos
Pero la carrera delictiva de Osmar Darío González no acaba con cuatro fuertes condenas de cárcel, sino que aparte de todo esto tiene unos diez procesos más en los que también está sindicado como autor de hechos similares a los que los llevó a ser condenado que están todavía siendo ventilados en los tribunales y que están a la expectativa de fuertes sentencias.
Si bien en nuestra legislación no existe la suma de las condenas la reiteradas sentencias hacen suponer que el expolicía no va a salir de la cárcel en muchos años ya que la mayoría de sus penas sobrepasan los 20 años.
Fiscal quedó conforme con la sentencia
El fiscal Julio Ortiz, quien llevó adelante la acusación, quedó conforme con la condena que le aplicaron al imputado y dijo que las pruebas que aportaron fueron fundamentales.
“Me siento muy satisfecho con la condena ejemplificadora, teniendo en cuenta que este procesado es un uniformado. La mujer víctima, en un principio, fue inducida por efectivos policiales de la comisaría zonal a no denunciar al hombre. Y esa situación imposibilitó realizar los estudios laboratoriales de ADN (seminal) para identificar al autor. Sin embargo, con las pericias de la psicóloga Mirta Soledad Galla pudimos probar el abuso sexual al que fue sometida”, señaló el agente del Ministerio Público.
“El trabajo e intervención del Centro de Atención a Víctimas resultó fundamental y de vital importancia para la obtención de la condena”, apuntó el fiscal Ortiz, quien valoró el gran trabajo que se hizo en la etapa sumaria del proceso donde se colectaron la mayor cantidad de pruebas que ahora fueron presentados ante el tribunal de sentencia.
El caso fue muy difícil ya que de por medio estaba un agente de Policía y se podrían encontrar muchas trabas para llegar a la verdad, pero el fiscal Ortiz destacó que en su momento se lograron cerrar todas las aristas del caso, con pruebas y testimonios que hicieron que todo lo realizado lleve a una condena que quede como ejemplo para otros uniformados que crean que por ser parte de las fuerza públicas pueden cometer abusos y que no serán alcanzados por la justicia.
Se ocultaba en la comisaría
Osmar Darío González se aprovechaba de su condición de policía, ya que tras cometer sus fechorías iba a ocultarse en la comisaría donde prestaba servicio, era el único lugar donde no iban a buscar a un violador.
Sin embargo, el 18 de abril de 2012 una mujer fue asaltada y abusada sexualmente por un hombre quien entró armado hasta su vivienda en el barrio Bernardino Caballero. Los vecinos se unieron para ayudar a la mujer y buscaron al sospechoso por los alrededores sin éxito. Pero acompañaron a la víctima hasta la Comisaría 6ª Metropolitana, para radicar la denuncia de lo ocurrido.
Una vez en el lugar mientras que el oficial de guardia tomaba la denuncia de los hechos, un policía cruzó por la guardia y la mujer entró en crisis al verse cara a cara con el hombre que la había asaltado y violado pocos minutos antes.
En eso el uniformado al verse descubierto huyó, pero fue perseguido por los vecinos quienes lo capturaron y lo llevaron detenido a la dependencia policial.
Recién ahí el comisario Silvio Olavarrieta, titular de la Comisaría 6ª Metropolitana, confirmó que el sospechoso era el suboficial Osmar Darío González.
Los vecinos quedaron muy molestos porque cuando González huyó ningún agente salió a perseguirlo, por esa razón quedaron frente a la comisaría montando guardia para que el uniformado no huya.
Evidencias
El caso tomó estado público y la fiscalía intervino en eso se ordenó revisar el vehículo del suboficial donde se encontraron muchas evidencias que lo ligaban al hecho de asalto y abuso sexual del que lo estaban acusando.
También se allanó la caseta policial donde González hacía guardia y encontraron más pruebas incriminatorias.
Luego con el correr de las pesquisas se pudo saber que Osmar Darío González tenía como modus operando movilizarse en su automóvil Toyota, plateado, sin placa, para ir hasta el lugar donde iba a cometer sus crímenes y después de eso volvía a su unidad policial a resguardarse, para evitar ser detenido.
Pero aquel 18 de abril su suerte cambió y no se dio cuenta de que la víctima de su última violación estaba radicando la denuncia en el momento en que se cruzó frente a ella. De ahí en más al hacerse público el caso del suboficial comenzaron a presentarse más denuncias de robos y abusos sexuales que tenían como único sospechoso a Osmar Darío González.
Después el suboficial fue dado de baja y sobrevinieron las demás condenas y la última fue la de la semana pasada, pero hay otros procesos abiertos.
victor.franco@abc.com.py