Este proyecto se encuentra en el antiguo IMAX del Port Vell de Barcelona, reabierto el año pasado como centro oficial de divulgación de la máxima competición náutica, y culmina el recorrido de la America's Cup Experience, la exposición oficial del evento, que divulga la historia de la vela.
Así, después de pasar por un área inmersiva que da a conocer las embarcaciones y los seis países que competirán en la Copa del América -Nueva Zelanda, Reino Unido, Suiza, Italia, Francia y Estados Unidos-, los visitantes podrán comprobar, por turnos de 20 personas, cómo se viven estas carreras desde dentro.
Y lo harán en un AC75, un velero monocasco de última generación equipados con unos hidroalas montados debajo del casco que se mueven mediante unos 'cyclors', pedales conectados a un sistema de engranajes y bombas hidráulicas que convierten el movimiento del pedaleo en presión hidráulica.
Estas embarcaciones han sido bautizadas como los "Fórmula Uno del mar" o incluso "monocascos voladores" porque apenas tocan el agua al ser sostenidas solamente por estos hidroalas, que elevan ligeramente el barco sobre la superficie del mar.
En el caso del simulador, la réplica pesa unas cuatro toneladas, aunque el modelo original que se usa en las competiciones, de 20,7 por 26,5 metros aproximadamente, supera las seis toneladas.
Sentir la competición en primera persona
"Tenemos una exposición llena de imágenes y la historia de la Copa del América que te permite conocer el contexto. Sin embargo, al final tienes que sentarte en el barco con las gafas de realidad virtual y sentir lo que es la competición de verdad", cuenta a EFE Cristiano Vaz, guía de America's Cup Experience.
Al llegar a la sala donde se encuentra la simulación, los visitantes deben sentarse en uno de los dos barcos instalados -cada uno con una capacidad de diez personas- y, al colocarse las gafas, empiezan a ver una cuenta atrás de diez segundos que, al finalizar, los sitúa en las aguas de la playa de Barcelona.
Allí, su AC75 tomará una velocidad vertiginosa que permitirá a los fanáticos de la navegación en 360 grados cómo compiten sus referentes de la vela, ser perseguidos por los barcos rivales, sentir en sus propias pieles el soplo del viento e identificar desde lejos emblemas de la costa barcelonesa, como el Hotel Vela.
Así lo han vivido Doug Lueder y Marlena Expósito, un matrimonio de Atlanta (Estados Unidos), que está visitando Barcelona por sus vacaciones, en las que también viajarán a otras ciudades europeas, y, sobre todo, por su pasión por la vela.
"Lo divertido es que, cuando llegamos a Barcelona, no tuvimos en cuenta se celebraba la Copa América", comparte a EFE Expósito, que también ha venido a la capital catalana con uno de sus tres hijos, al que le han regalado este viaje tras graduarse en el instituto y antes de que se vaya a estudiar a la universidad.
Días antes de comprobar en primera persona lo que viven los regatistas profesionales, esta familia estadounidense, que tiene un barco de vela en su país, navegó por la costa barcelonesa, viendo de cerca cómo practicaban algunos equipos que participarán en la máxima competición náutica entre agosto y octubre.
"Después de tener esa experiencia, teníamos que visitar el simulador. Te hace imaginar que estás en el barco con ellos y, además, es muy divertido", concluye Expósito.
Vivir la experiencia del simulador del AC75 tiene un coste de cuatro euros por persona, un precio que se paga aparte de la tarifa de entre 12 y 15 euros de la visita por la exposición de la America's Cup Experience, que, por el momento, permanecerá en Barcelona incluso una vez finalice la Copa América.