La investigación de expertos de la Universidad de Sídney (Australia) demuestra mejoras en la salud en general, y en particular la del cerebro, así como en el aprendizaje y la memoria de ratones que fueron alimentados con una dieta de ese tipo.
“ Actualmente no hay tratamientos farmacéuticos efectivos para la demencia -podemos ralentizar estas enfermedades pero no podemos detenerlas- por lo que es fascinante que estemos empezando a identificar dietas que impactan en cómo el cerebro envejece ” , apuntó el científico Devin Wahl, que dirigió el estudio.
Esa clase de dieta tiene beneficios parecidos en el cerebro a los de una con limitación de calorías, cuyas ventajas son conocidas pero que no es sostenible en el caso de los seres humanos. Wahl reconoció las ventajas de esta última en los roedores, pero recordó que “ la mayor parte de la gente tiene problemas para restringir las calorías, especialmente en las sociedades occidentales, donde la comida está disponible sin reservas ” .
Los investigadores recuerdan que una dieta baja en proteínas y alta en carbohidratos no es una nueva moda. En ese sentido, otro de los autores del análisis, David Le Couteur, apuntó que muchas culturas como la de Okinawa en Japón y en muchas partes del Mediterráneo la observan.
Para esta investigación, los científicos alimentaron ratones con un complejo de carbohidratos derivados del almidón, y con proteína caseína, que se encuentra en la leche y el queso.
Evaluaron los beneficios para el cerebro centrándose en el hipocampo, la región cerebral responsable del aprendizaje y la memoria. “ El hipocampo es normalmente la primera parte del cerebro en deteriorarse con enfermedades degenerativas como el alzhéimer.
Sin embargo, parece que la dieta baja en proteínas y alta en carbohidratos promovió la salud y la biología del hipocampo en ratones, en algunas mediciones hasta incluso un nivel mayor que en las dietas con bajas calorías ” , dijo Couteur.