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Abdo Benítez será proclamado presidente de la República este viernes, pero desde su victoria el pasado 22 de abril ya ha empezado a dar algunos pasos como mandatario electo. Hasta el momento ha confirmado a cuatro miembros de su gabinete.
El primer futuro ministro confirmado fue Luis Castiglioni, al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores, quien deberá lidiar con una de las últimas decisiones del gobierno saliente de Cartes: el traslado de la embajada paraguaya en Israel de Tel Aviv a Jerusalén.
Esto podría traer consigo consecuencias políticas y de relacionamiento con otros países, ya que Cartes viró a Paraguay hacia el lado de Israel en el prolongado conflicto internacional que tiene con Palestina.
Juan Ernesto Villamayor, futuro ministro del Interior, heredará una de las deudas más grandes del gobierno de Horacio Cartes: la seguridad, sobre todo en el norte del país, donde dos compatriotas siguen secuestrados.
Edelio Morínigo, en manos del autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), sobre el cual el gobierno actual no ha podido confirmar o desmentir de modo certero su deceso. El otro es Félix Urbieta, quien estaría en poder del “Ejército de Mcal. López” y sobre el cual hace tiempo no se tiene una prueba de vida. El presidente electo, a diferencia de Cartes, sí se reunió con los familiares de los secuestrados.
La exfiscala Teresa Martínez ya fue confirmada para dirigir la Secretaría de la Niñez y Adolescencia, un área que entiende bastante por sus años al frente de la Unidad Especializada contra Trata de Personas y la explotación sexual de niños/as y adolescentes. Se planteó la elevación de esta secretaría al rango de ministerio para una acción más efectiva.
La más reciente confirmación en el futuro gabinete fue la de Julio Mazzoleni como ministro de Salud, quien actualmente es jefe del Servicio de Reumatología del IPS y deberá tratar de solucionar los varios déficits en salud, además de buscar finiquitar el problema de la deuda con los proveedores de medicamentos e insumos, para asegurar la provisión.
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El actual ministro de Salud, Carlos Morínigo, y la de Hacienda, Lea Giménez, ya lograron un acuerdo en base al pago de parte de la deuda; sin embargo, queda pendiente un remanente, así como lo que se pueda sumar en nuevas compras.
Otra de las cosas en las que inmediatamente deberá ocuparse de lleno el equipo de transición que estaría coordinado por Villamayor y el senador saliente Arnoldo Wiens es la elaboración del proyecto de Presupuesto de Gastos de la Nación del periodo 2019 y que el Ejecutivo debe presentar el proyecto a finales de junio.
Justamente, el de ministro de Hacienda es otro de los cargos vitales que faltan ser confirmados por Abdo Benítez.
Entre las principales deudas que deja en general el Gobierno de Cartes se encuentra la lucha contra la pobreza y la desigualdad social, algo que no han podido disminuir, pese al crecimiento económico. Salud y Educación son otras de las urgencias, no solo en cuanto a infraestructura, sino también la calidad de los profesionales.
El periodo de transición durará hasta el 15 de agosto, fecha del traspaso de mando y asunción del nuevo presidente.
El 30 de junio es fecha límite para las principales negociaciones a fin de permitir que Horacio Cartes asuma como senador activo en el nuevo Congreso y para ello las negociaciones ya son intensas entre los movimientos principales de la ANR.
En estos momentos la presidencia de la Cámara de Senadores y la de Diputados es el principal punto de negociación entre Honor Colorado, liderado por Cartes, y Colorado Añetete, encabezado por Abdo Benítez, para avalar el juramento ilegal del mandatario como senador.
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Definitivamente, los abdistas no descartan quedarse con la presidencia de ambas Cámaras, aunque el cartismo reclama la presidencia de Diputados para el titular de la ANR, Pedro Alliana. Por el momento, Silvio “Beto” Ovelar tendría el acuerdo de los cartistas para presidir el Senado y, por ende, el Congreso.