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El exhumilde seccionalero, exfiscal y hoy diputado de la Nación Hugo Velázquez Moreno, cuyos amigos recuerdan que vivía en la casa de una tía para tener mayor facilidad para estudiar, es otro de los que aplicaron la receta mágica de la fortuna desde un cargo público.
El legislador, antes de acceder a su silla en el Congreso, fue un cuestionado fiscal denunciado por varias irregularidades, pero supo zafar de todas.
Entre los cuestionamientos que se le hicieron como agente del Ministerio Público estuvo el papel poco preponderante en la investigación del “megaasalto” ocurrido en el aeropuerto Silvio Pettirossi, donde se robaron 11 millones de dólares. Después fue nombrado fiscal adjunto y lo asignaron a Ciudad del Este. En el tiempo en el que permaneció en la capital del Alto Paraná numerosas denuncias se registraron en su contra, entre ellas que, supuestamente, recibía coimas a través de un estudio jurídico, acusación que sistemáticamente negaba.
El político colorado figura vinculado al menos a media decena de inmuebles distribuidos entre Asunción y ciudades aledañas.
Entre los inmuebles del diputado aparecen por ejemplo una casa ubicada en la intersección de las calles Campo Vía y Capitán Aparicio Figari, en la zona límite entre Asunción y Lambaré.
Nuestros archivos registran que esa residencia fue construida sobre dos lotes que figuran a nombre de Hugo Adalberto Velázquez Moreno. La casa cuenta hasta con caseta de guardia de seguridad.
Cerca de allí, sobre la Avda. San Ignacio de Lambaré, se encuentra otra de las propiedades que figuran a nombre del titular de la Cámara Baja. La casa se encuentra a tres cuadras de la intersección de San Ignacio con Cacique Lambaré, cercana a un parque, y posee una superficie de poco más de 700 metros cuadrados.
Según documentos de nuestros archivos, en su colección también está una propiedad ubicada sobre la calle Herrera, entre República Francesa y Mayor Fleitas, zona del centro de Asunción. Además, llegó a ser dueño de otra propiedad de grandes dimensiones en Luque, en las inmediaciones de la nueva ruta que une esta ciudad con San Bernardino. El inmueble con un valor fiscal de más de G. 1.700 millones habría sido transferido.
A todo ello hay que sumar que la pareja del diputado, la fiscala adjunta Lourdes Samaniego, figura como propietaria de un bonito dúplex en la zona del barrio Carmelitas.
El diputado sostuvo que el dinero para este despliegue de millonarias inversiones proviene “de mi trabajo y del ejercicio de mi profesión de abogado. También de la compraventa de tres inmuebles importantes que he revendido y que todo está en mi Declaración Jurada en la Contraloría”; sin embargo, no precisó de dónde provino la plata para la adquisición de esas “importantes” propiedades que volvió a vender.
“Yo asesoro a varias empresas”, agregó el diputado para justificar las fuentes de ingresos de sus millonarias compras.