Sombrillas o quitasoles y toldos se extienden a lo largo de la playa San José donde se concentra la mayor parte de los veraneantes. Esta presencia masiva da un gran respiro económico a los hoteleros, comerciantes y vendedores ambulantes. Otras playas habilitadas en Encarnación son Pacucuá y Mboicaé, aunque son menos concurridas.
Para el fin de semana se prevé un lleno total en el sector hotelero. Encarnación ofrece varios atractivos; en sus noches se puede llevar a cabo relajantes caminatas, mientras los niños y adolescentes pueden realizar recorridas en bicicletas, triciclones y otros medios se alquilan para recorrer a lo largo de la avenida Costanera, tramo ideal para disfrutar de la frescura nocturna.
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El Paseo Gastronómico cada noche es un sitio ideal para disfrutar en familia de la más variada opción.
Lo negativo es la polución sonora en la playa. Algunos desubicados ponen a todo volumen sus speaker y atormentan a más de un turista que precisamente va en busca de la tranquilidad. Hay carteles que señalan la prohibición de la polución sonora, pero no faltan los inadaptados que no comprenden las disposiciones.
En la parte urbanística hay mucha dejadez. La Municipalidad, administrada por Luis Yd (Alianza), olvidó limpiar de arbustos las veredas. En los alrededores de la playa Pacucuá hay baldíos que proyectan una pésima imagen de la nueva capital del verano del Paraguay. Este balneario ya no tiene basureros y la gente arroja en cualquier parte sus desechos.
También, en ese sector turístico de la ciudad, los bordes de los paseos centrales necesitan nueva pintura.
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La ciudad debería amanecer limpia, ya que el movimiento de turistas es contante y algunos comienzan su recorrido en las playas y el microcentro cuando empieza a clarear. Pero, la comuna no se pone a tono y la recolección de desechos comienza muy tarde, otro punto negativo para la capital de Itapúa.