Colosos de la Tierra: así son los árboles más grandes del Chaco Paraguayo

Si bien nuestro país se ve amenazado por la tala indiscriminada de árboles, principalmente en el Chaco Paraguayo por la Ley que sigue permitiendo el cambio de uso de suelo; algunos ejemplares de samu´u y quebracho colorado se destacan por su impresionante altura y sus muchos años. Son verdaderos Colosos de la Tierra. Te contamos cuáles son y dónde se ubican.

El Chaco paraguayo está habitado por entrañables árboles gigantes que forman parte de la vida de quienes nacieron y crecieron a su sombra.
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1. Samu´u del Parque de la Memoria de Filadelfia

El “Parque de la Memoria” de Filadelfia, departamento de Boquerón, se destaca por sus muchos árboles de samu´u, todos con sus peculiares “panzas” de enorme tamaño, rodeando la zona y protegiendo los museos científicos que se encuentran a tan solo unos pocos metros de distancia.

Sin embargo, solo uno de estos tantos ejemplares sobresale como ningún otro y se autoproclama como un “Coloso de la Tierra”, con sus añosas ramas y con su frondosa copa que se impone pero que, al mismo tiempo, invita a cualquiera a sentarse a descansar, acompañado de un equipo de tereré y con algunas que otras frutas y jugos, como haciendo un auténtico picnic en el corazón del Chaco Paraguayo.

Este árbol que, casualmente, se asienta en el centro de este espacio tan icónico para la ciudad, es de un valor incalculable por lo que representa para todos los pobladores de las distintas colonias que hace décadas se establecieron en esta zona del país.

Según relató Corni Neufold, un historiador muy reconocido de Filadelfia, los samu´u eran utilizados anteriormente como ataúdes. Cada vez que alguien moría, los habitantes debían ir en busca de estos ejemplares autóctonos para enterrar a sus seres queridos.

Corni Neufold, historiador de Filadelfia.

Estos samu´u proporcionaron también excelente madera a los colonos para la fabricación de los primeros bancos y mesas para las escuelas, siendo parte desde el principio del centro de esta comunidad que, con el pasar de los años fue creciendo y fortaleciéndose, haciendo uso de las bondades de la naturaleza y permitiendo, a su vez, el desarrollo de toda la colonia, pero siempre de manera sustentable.

Hoy, los pobladores disfrutan del medio ambiente chaqueño, valoran este árbol y toda la fauna y flora que lo rodea. Para ellos, este árbol dice con todas las letras “esto es el Chaco Paraguayo”.

Samu´u del Parque de la Memoria, Filadelfia

2. Samu´u “El Abuelo” de Filadelfia

El segundo “Coloso” es también un samu’u que se encuentra en la ciudad de Filadelfia pero que, por sus muchos años, su imponente tamaño y los dos “bastones” que sostienen sus ramas más grandes, adquirió el nombre de “abuelo”.

Sieghard Schartner, propietario de la estancia en donde se encuentra este árbol impresionante fue el que lo bautizó y quien contó que, durante mucho tiempo, este ejemplar autóctono fue el hogar de toda una colonia de murciélagos que tuvo que ser posteriormente desalojada para salvar a este auténtico coloso.

“El abuelo” tiene toda una familia que lo acompaña a tan solo unos pocos metros de distancia, muchos otros samu’u se encuentran en los alrededores, ya en la zona del bosque nativo que posee unos pequeños caminitos que permiten que las personas puedan recorrer alrededor de los árboles.

Samu´u "El Abuelo"

3. Los trillizos de Neuland

En la Colonia Neuland, “Los trillizos” son una parada obligatoria. Los tres ejemplares de samu´u se encuentran sobre una de las calles principales del distrito y, según contó Heinz Epp, encargado de Cultura de la ciudad, los árboles fueron bautizados hace mucho tiempo, ya que están ubicados a tan solo unos centímetros de distancia.

Hace cuarenta años, cuando el desarrollo de la colonia apenas florecía, toda la zona era de pasturas. “Mi papá era farmacéutico y trabajó toda su vida en el hospital. El tenía un campo, sesenta hectáreas de monte. Ahí mandaba sus vacas lecheras. Toda esta zona se empezó a limpiar de a poco y se plantó pasto para los animales pero, años después, se empezó a poblar mucho más por el aumento de las fuentes de trabajo y tuvo que devolver nuevamente las tierras para la división de lotes”, señaló Epp.

De acuerdo al relato, en los años ochenta, los pobladores solo contaban con grandes extensiones de campo, hasta que vieron la necesidad de hacer los primeros caminos. “Cuando abrieron esta calle encontraron este grupo de árboles. En cualquier otra situación se hubiesen echado porque estaban en la mitad del camino, pero el dueño de este piquete, un doctor y antropólogo, se opuso a que los Samu´u sean talados”, continuó manifestando el director de Cultura de Neuland.

Con esa simple decisión, los colonos aprendieron a valorar la naturaleza, sobre todo a la chaqueña. “No son solamente espinas y ramas secas como todos creen, hay que valorar la belleza del monte chaqueño. La colonia tiene varios lugares en donde dejaron árboles en medio de la calle para darle más valor a la zona, estos colosos no tienen mas de cincuenta años pero les aseguro que, si vienen dentro de otros veinte años, van a tener totalmente otro tamaño, mucho más impresionante del que tienen ahora”, terminó diciendo Heinz Epp.

Los trillizos de Neuland

4. El quebracho colorado de Loma Plata

Pese a ser una de las especies más deforestadas y exportadas del Chaco Paraguayo, por sus enormes propiedades en tanino y por la magnifica densidad de la madera; un quebracho colorado sobrevive en la ciudad de Loma Plata hace más de sesenta años, aunque su edad real es muy díficil estimar. Sobresale por sus dimensiones de enorme tamaño, soprepasando por mucho el tamaño habitual de esta especie, de entre dieciocho y viente metros de altura, y superando, al mismo tiempo, la circunferencia normal de tan solo 150 centímetros.

Este Coloso se encuentra en la estancia de la familia Hiebert que, hace por lo menos cincuenta años, decidió mantener este árbol autóctono en pie justamente por su sorprendente magnitud, según cuenta Bernard Hiebert, uno de los miembros de la familia.

Los quebrachos colorados fueron parte de la historia del desarrollo de esta región. Los españoles, en su momento, le dieron el nombre de “quiebra hacha” por ser uno de los árboles más fuertes y duros.

El Quebracho Colorado de Loma Plata

5. El samu´u de Teniente Irala Fernández

En pie desde hace más de 47 años, uno de los colosos más grandes del Chaco Paraguayo se encuentra en el distrito de Teniente 1° Manuel Irala Fernández en la propiedad de la familia de Jacobson.

Según cuenta Don Jacobo Jacobson, el terreno en dónde está situado este añoso árbol era anteriormente de un antiguo poblador conocido como “Don Parra”, que después de unos años vendió la propiedad a los integrantes de su familia. “Siempre dijeron que era un palo borracho, pero no, es un samu´u. Mi hermano, su familia y yo tuvimos que hacer el camino hasta esta zona con un hacha. Veníamos a tomar tereré y a comer debajo de este árbol por su increíble sombra”, cuenta.

Si bien este es el árbol autóctono que más se destaca por su enorme tamaño dentro de la estancia, otros veintinueve ejemplares se reparten por las varias hectáreas de la familia Jacobson. “Son de diferentes tamaños, chicos y grandes, pero para nosotros este es el papá, porque supera en tamaño a todos los demás”.

El Samu´u de Teniente Irala Fernández.

6. El samu´u de Monte Lindo

El sexto coloso es un imponente samu’u ubicado en el establecimiento “La Paloma” del distrito de Monte Lindo en el departamento de Presidente Hayes. El propietario de la estancia, el ganadero y meliponicultor francés Benoit Ladreit , contó que encontró el árbol hace apenas dos años cuando las vacas buscaron refugiarse de la sequía del 2021 e ingresaron a la zona boscosa. “Fue un desafío sacar a los animales, el monte estaba totalmente cerrado y los muchachos encontraron en el camino este arbol monstruoso. Es realmente una belleza y para nosotros es hoy una parada obligatoria dentro de la estancia”.

Ladreit insistió en la necesidad de cuidar la fauna y flora del Chaco Paraguayo y en su intención de proteger todos los árboles, independientemente de su tamaño. “Ese es nuestro compromiso, desde el día número uno, tratar de producir de forma sostenible, sin tocar los bosques. Para nosotros cada árbol tiene su importancia, ya sea chico o grande”.

El Samu´u de Monte Lindo.

Colosos de la Tierra, 12º edición

Estos seis árboles gigantescos que se encuentran en el Chaco Paraguayo son finalistas del concurso de Colosos de la Tierra, impulsado por “A Todo Pulmón Paraguay Respira”. El objetivo de esta competencia, a lo largo de sus doce ediciones, siempre fue y sigue siendo la conservación de los bosques nativos y de los árboles autóctonos.

De acuerdo a lo que señala Osvaldo Turlan, director ejecutivo de la organización, los bosques ofrecen un montón de servicios ambientales, puesto que son vitales para el ciclo del agua, para los procesos de producción por los nutrientes que fijan y por el trabajo de conservación de los recursos genéticos que hacen y que son parte de nuestra identidad, de nuestra naturaleza y de nuestro patrimonio cultural.

Osvaldo Turlan, director ejecutivo de A Todo Pulmón

“Como la mayor parte de los bosques que tiene nuestro país está en propiedades privadas, creemos que el concurso de Colosos de la Tierra puede ser ese impulso, esa información que se necesita para que los dueños de estas propiedades puedan tomar la decisión de seguir produciendo, pero incluyendo esa arista de conservación de los bosques autóctonos bajo la figura de desarrollo sostenible”.

14 de septiembre: La premiación

Este 14 de septiembre, en la gala anual de A Todo Pulmón, se conocerá a los cuatro árboles ganadores que se destacaron por su enorme tamaño, tanto en la región Oriental como en la región Occidental del país.

En este evento de premiación, también se galardonará al árbol que se destacó por ser un símbolo dentro de su respectiva comunidad y a la mejor fotografía de la naturaleza captada por un teléfono celular.

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