Esta muestra alberga desde los ejemplos más tempranos de los dibujos de Perrier, fruto de su periodo de formación sevillano y sus primeros viajes por la geografía española como pintor al aire libre, hasta los últimos, en los que “consigue crear efectos pictóricos sobre el papel”.
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“Muchos de los dibujos expuestos parten de los cuadernos del artista, de los que arrancaron las hojas. Hubo una venta testamentaria y de ahí que aparezca un sello violeta en gran parte de ellos”, ha explicado la comisaria de la muestra, Gloria Solache.
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Junto a ellos se muestran las tres pinturas y el dibujo del artista que ya conservaba el Prado en su colección. La primera obra de Emilio Sánchez Perrier ingresó en el Museo del Prado en 1890, cuando el Estado, de acuerdo con su política de adquisición de las obras premiadas en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, compró directamente al pintor el lienzo ‘Febrero’, que aquel año obtuvo una medalla de segunda clase.
En 1908 Pedro Ruiz Prieto (1858-1945), médico sevillano y amigo del artista, donó al museo el dibujo ‘Vista del castillo de Alcalá de Guadaíra’ y las pinturas sobre tabla ‘Vista de Venecia’ y ‘Paisaje de Gisors’.
El paisajista Sánchez Perrier y su médico
El retrato del médico que hiciera Sánchez Perrier, procedente de la colección de dibujos donada en 2019 por la Fundación Tatiana, así como las dedicatorias que figuran en dos de esas obras, demuestran la cercanía existente entre ambos.
Es probable que Ruiz Prieto tratara la tuberculosis que desde 1896 padecía el artista, que terminó provocando su fallecimiento en 1907 en Alhama de Granada.
La importancia de los dibujos que configuran este conjunto, fechados en un amplio marco cronológico de la vida del pintor, y cuya obra gráfica estaba prácticamente ausente de las colecciones del Prado, permiten recorrer la trayectoria completa como dibujante de este artista.
Fue continuador de los postulados del paisajismo naturalista desarrollado por la Escuela de Barbizón y de la pintura luminosa y detallista de artistas como Martín Rico y Mariano Fortuny.
El paisajista Sánchez Perrier privilegió el paisaje
Emilio Sánchez Perrier (1855-1907) fue uno de los pintores españoles de paisaje más destacados de finales del siglo XIX y comienzos del XX. Desarrolló su actividad profesional entre su Sevilla natal y París y sus pinturas fueron apreciadas especialmente por su realismo, luminosidad y precisión técnica.
Los dibujos reunidos en esta exposición, comisariada por Solache -técnico del Gabinete de Dibujos y Estampas del Museo Nacional del Prado-, fueron realizados por el artista durante sus viajes por España, Francia, Italia y el norte de África y plasman escenarios naturales, rurales y urbanos.
En ellos se pueden distinguir rasgos del estilo de Perrier: la identificación de los elementos de la naturaleza, las arquitecturas, las figuras y los objetos representados; el empleo de esquemas compositivos con perspectivas profundas, o su habilidad para captar los efectos lumínicos de los diferentes momentos del día y estaciones del año.
Esta exposición se presentará en otoño -primavera para nuestro contienente- de 2023 en la sede cacereña de la Fundación Tatiana, en el Palacio de los Golfines de Abajo.