Si la idea es llegar rápidamente a destino, es mejor no tomar el tren a Nanyuki, que demora unas 7,5 horas en recorrer los casi 180 kilómetros. En autobús son solo unas tres horas. Sin embargo, el viaje más largo merece la pena.
Un empleado vende los billetes directamente en la plataforma. “Kenya Railways espera que los pasajeros se presenten al menos una hora antes del horario de salida”, indica el sitio web de los Ferrocarriles de Kenia. Pero esto no parece ser necesario, ya que cuando el tren parte, los cinco vagones apenas están llenos.
Viaje en tren, entre zonas industriales y campo
El tren deja atrás los rascacielos de Nairobi y se desplaza lentamente por las afueras de la capital, pasando por zonas industriales, urbanizaciones y montañas de basura. El polvo y el hedor se filtran dentro de los vagones.
En algún momento, la industria deja paso a los campos verdes de maíz, judías y coles. Y el tren comienza a llenarse.
“Para mucha gente de los pueblos, el tren es más barato”, explica el conductor. El billete de segunda clase cuesta 200 chelines kenianos, el equivalente a 1,65 dólares.
Hombres, mujeres y niños se sientan muy juntos en dos filas de asientos enfrentados. A su alrededor hay bolsas, una gran planta y provisiones para el viaje.
A medida que el tren se va acercando a Nanyuki, el paisaje se torna cada vez más verde y montañoso. Mientras circula por la única trocha, la gente se acerca y celebra su paso como si fuese una gran una atracción. Algunas personas sacan fotos con sus teléfonos móviles y numerosos niños con uniformes escolares saludan a los pasajeros. Por lo tanto, el tren debe aminorar su marcha.
Nanyuki, una ciudad poco conocida por el turismo
El tren llega en hora a Nanyuki, que se encuentra en el condado de Laikipia. La ciudad keniana de 50.000 habitantes sigue siendo relativamente desconocida para los turistas. Parece sorprendentemente tranquila y relajada. El monte Kenia completa el paisaje en el horizonte.
El pico Batian está a 5.199 metros sobre el nivel del mar y suele desaparecer por la tarde entre densas nubes. El macizo del monte Kenia es el segundo más alto de África después del Kilimanjaro, en Tanzania.
Las ascensiones duran entre dos y seis días, dependiendo de la cumbre, la ruta y la experiencia. También vale la pena una excursión de un día. Por ejemplo, a través de la ruta Sirimon, que comienza a pocos kilómetros al noreste de Nanyuki.
La excursión se inicia en el campamento Moses, a 3.300 metros. El termómetro marca 13 grados, el viento sopla con fuerza, pero el sol brilla desde un cielo sin nubes e ilumina los picos de las montañas. Un tiempo perfecto para el senderismo.
“Aquí, en el parque nacional, hay elefantes, cebras, babuinos e incluso leopardos”, explica el guía Desmond. Sin embargo, parecen no moverse en esta altitud o se esconden bien. Solo se escucha a la distancia el grito de una marmota.
El sendero atraviesa un paisaje de montaña con hierbas, rocas y diferentes tipos de lobelias. Las plantas hacen que el paisaje se parezca a la estepa mexicana. Solo que se encuentran a más de 3.500 metros de altura.
El camino no es especialmente empinado ni especialmente exigente. El esfuerzo comienza a sentirse con la distancia recorrida y la altitud. El sendero circular recorre 21 kilómetros hasta los 4.100 metros, con los picos rocosos del Monte Kenia siempre a la vista.
En raras ocasiones se cruzan otros excursionistas en el camino. Estamos a principios de junio, en temporada baja.
“La mayoría de los grupos vienen en agosto y septiembre o en diciembre”, explica Desmond. No obstante, en el Monte Kenia puede haber mucha gente. “A veces hay aquí 350 personas por día, además de guías y porteadores. Parece un gran campamento”, agrega.
El hábitat de los últimos rinocerontes blancos
La región que rodea a Nanyuki tiene otras cosas que ofrecer a los turistas además del Monte Kenia. Entre otros, la reserva natural Ol Pejeta Conservancy, que alberga los dos últimos rinocerontes blancos del norte que quedan en el mundo y más de 140 rinocerontes negros, también en peligro de extinción.
Además, hay cebras, elefantes y jirafas y un santuario de chimpancés. El bosque de Ngare Ndare ofrece piscinas naturales para nadar, cascadas y un sendero en la copa de los árboles y, por supuesto, muchos otros animales.
Justo al norte de Nanyuki, hay también muchos otros santuarios privados de animales. Pero el placer tiene su precio, porque sin entrada, guía y coche, nada es posible en Kenia. El pase de un día para el Monte Kenia cuesta 52 dólares.
Para ver muchos animales por poco dinero y sin guía, se puede visitar el Orfanato de Animales del Monte Kenia. Aquí se alojan animales que probablemente no sobrevivirían en la naturaleza. La entrada para los turistas es de 2.000 chelines kenianos (16,5 dólares) cuya recaudación se destina a los animales.
De regreso a Nairobi, el tren sale todos los domingos a las 9 de la mañana. Los billetes de primera clase cuestan mil chelines kenianos y solo pueden reservarse directamente en el andén. También se puede volver a la capital de Kenia en cualquier otro momento en autobús o en taxi.