La puntera no debe presionar, ni arriba ni en los costados. Además, los dedos de los pies nunca deben chocar con la parte delantera. Esto también se aplica si al caminar el pie golpea contra algo.
Según la publicación, el talón debe asentarse bien en la parte de atrás del calzado, evitando que el pie se resbale hacia los costados o hacia arriba, ya que de lo contrario puede afectar la seguridad en el paso.
Un consejo sencillo: el ajuste de los talones puede comprobarse fácilmente subiendo escaleras o también poniendo la punta del calzado en un peldaño de la escalera.
El empeine y la lengüeta del zapato deben ser suaves y no deben sentirse al caminar. Tampoco debe ser demasiado anchos, especialmente para los excursionistas con piernas delgadas.
Cuando el cordón está apretado, la lengüeta no debe presionar el empeine. De ninguna manera los cordones deben sentirse a través del acolchado de la lengüeta.
Para elegir correctamente el calzado hay que tomarse tiempo. Lo ideal es caminar entre cinco y diez minutos, en lo cuales se va cambiando el ritmo, a veces más despacio, otras más rápido, o correr y frenar bruscamente.
Al golpear con la puntera el suelo se puede comprobar que los dedos no chocan con la parte delantera del zapato.
El mejor momento del día para probarse un calzado es de tarde. “Es cuando los pies ya están un poco hinchados por el esfuerzo del día, como lo estarán también después de una caminata”, explica el experto en equipamiento de “Outdoor-Magazin”, Frank Wacker.
Según la publicación, también hay que tener en cuenta estos aspectos:
- ¿Los zapatos se ablandan después de su uso?
- ¿Hay modelos más estrechos o más anchos?
- ¿Se le puede cambiar la suela?
- ¿Existen plantillas para lograr una mejor sujeción?
Por otra parte, al comprar botas de montaña también hay que averiguar qué crampones se adaptan al calzado.