La sala fue creada en 1686 para el rey Luis XIV, que gustaba de jugar al “paume”, una versión previa al tenis actual.
Desconocida del gran público, a pocos metros de la entrada del palacio, la sala acogió el 20 de junio de 1789 a los representantes de la burguesía y las clases populares (el Tercer Estado) que juraron no abandonar el lugar hasta darle una Constitución escrita a la nación.
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Ese juramento solemne condujo a la creación de la Asamblea Nacional, que abolió el feudalismo y aprobó la Declaración de Derechos Humanos.
La sala ha sido restaurada totalmente entre julio de 2021 y febrero de este año. El público podrá ahora “abrir una puerta a una parte olvidada de la historia”, declaró Catherine Pégard, presidenta del organismo público que gestiona el palacio, el museo y los jardines.
El palacio de Versalles restaurado
Se han restaurado el tejado, la decoración de madera, las pinturas y el suelo de la sala, con colores sobrios y clásicos: el rojo bermellón, los grises y el color natural de la madera.
También ha sido restaurado el mural de Luc-Olivier Merson, que se basó en una gran pintura de David que recuerda el Juramento del Juego de la Pelota.
Paralelamente, el Palacio anunció la reapertura de los aposentos del heredero de Luis XV, Luis Fernando, y de sus hermanas.
Son una sucesión de habitaciones ricamente decoradas, cerradas al público desde hace casi diez años.