Una ciudad diferente es Encarnación. Se aprecia desde el momento que el visitante se aproxima a la urbe. En el horizonte se observan sus edificios y a medida que se avanza, la Costanera lleva a enfrentarse al río Paraná, y a sus playas Pacucuá, San José y Mbói Ka’e, que en días estivales se llenan de turistas que se refrescan en sus aguas. Estas características la convierten en un destino ideal para el turismo interno.
El río Paraná se presenta aquí como un infinito mar, donde todos quieren tener un contacto con sus aguas cristalinas. Pero nadie se tira al agua sin antes realizar la recorrida por la Costanera, que ofrece puestos de comida rápida y espacios donde los visitantes, en compañías de la familia o amigos, pueden tomar un trago, mientras se disfruta de la pizza, la hamburguesa o una pasta. Todo, ordenado y limpio.
Ojo: no se pueden meter envases de vidrio a la playa y la venta ambulante también está controlada.
Encarnación es una ciudad dónde las fuerzas vivas piensan en los visitantes. Ofrece albergues, posadas económicas, hoteles para todos los niveles. Algunos cuentan hasta con casino para los amantes de los juegos de azar.
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Sus inigualables corsos desafían a los amantes de la diversión y la movida nocturna. Cada año, el carnaval congrega a miles de personas que copan la ciudad para disfrutar de la creatividad y de las bellezas que ofrecen los participantes.
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Gastronomía
En Encarnación la gastronomía es variada y es también un reflejo de la diversidad y la inmigración de la zona. Son famosos sus restaurantes de comida japonesa y también se puede acceder a platos de la cocina internacional, en hoteles y restaurante de primer nivel.
Algunos supermercados tienen patios de comidas, dónde decenas de personas acuden para almorzar y buscar un poco más de ventajas en los productos alimenticios a consumir.
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Ciudad ordenada
La capital de Itapúa es una ciudad ordenada. El centro normalmente se presenta limpio, con un tráfico calmado; las veredas invitan a caminar. El automovilista no tiene aquí el problema de los baches, ni las pérdidas de la Essap, y hasta es impensable observar aguas servidas.
Además de la Costanera, el centro histórico es otra invitación a la visita. Resalta la plaza de Armas y en sus alrededores se pueden encontrar decenas de negocios que ofrecen electrodomésticos, tiendas, café bar, farmacias y restaurantes.
Hasta en verano es apacible y agradable para caminar por la zona porque esta en medio de una vegetación que ofrece sombra al transeúnte.
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Encarnación no tiene problema de medio de transporte. De allí se puede llegar en lujosos colectivos a Ciudad del Este o a Asunción, con frecuencias diarias.
Visitar la capital de Itapúa es todo un placer. Su infraestructura comercial está adaptada para todos los gustos. Elegirla un fin de semana o para unas vacaciones es una decisión inteligente de la que una persona no se arrepentirá.