Los compradores primero deben decidirse por un modelo. Por el clásico modelo in-ear (intraural o de botón), que se coloca dentro del canal auditivo y mantiene alejado el ruido del entorno también sin supresión del ruido electrónico. O por los abiertos ear-buds, en los que los auriculares se colocan en el pabellón de la oreja más bien sueltos. También existen algunos modelos híbridos, que combinan elementos de ambos tipos.
El control de la música funciona en la mayoría de los auriculares inalámbricos a través de toques o deslizamientos en la parte exterior. Según la revista, eso funcionó muy bien en todos los modelos. En parte se puede configurar a través de una aplicación qué funciones estarán disponibles en la derecha y cuáles en la izquierda.
En el caso de auriculares con supresión de ruido generalmente basta con un toque del dedo para permitir el ingreso del sonido del entorno o volver a suprimirlo. Muchos modelos ofrecen también una práctica función "start-stop": detiene la música temporalmente si uno se quita el auricular.
Los que obtuvieron el mejor resultado en los tests fueron los Galaxy Buds Plus de Samsung, que valen 120 euros. Con una carga de batería resistieron casi 12 horas y convencieron también totalmente en su manejo. Según la revista, tienen un sonido rico en detalles al igual que los Google Pixelbuds 2, de 195 euros, que quedaron en segundo lugar. El tercer puesto fue compartido por los RZ-S300W de Panasonic (120 euros) y los Live 300 TWS de JBL (150 euros).