Un joven caminaba por el barrio disfrutando del día. Todo transcurría de manera normal, hasta que fue interceptado de manera repentina por “un extraño”.
El extraño, conocido popularmente como “el mejor amigo del hombre”, se acercó apresuradamente y empezó a ladrar. Posiblemente buscaba defender “su territorio”.
En shock, el joven permanece inmóvil pero pese a ello recibe una mordida del perro. Al notar que volvería a ser “atacado”, corre y trepa velozmente el portón de una casa.
Encontrarse en forma y un poco de susto, lo ayudaron a salvarse de recibir otra mordida del perrito.