“Nosotros estamos confiados que los Estados Unidos, con un nuevo gobierno, con una nueva gente, pueda analizar las sanciones que sufrió don Horacio Cartes y puedan ser levantadas en su momento”, señaló Dávalos, negando que deban hacer lobby legislativo.
Dentro del cartismo, de hecho, hay posturas dispares al respecto, ya que el líder de bancada cartista en Senado, Natalicio Chase, había sugerido un trabajo de intermediación; sin embargo, días atrás, el presidente del Congreso, el senador cartista Basilio “Bachi” Núñez, lo negó.
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“Yo creo que cuando uno se cree perseguido, cuando uno sabe que no tienen ninguna falla, espera el momento y eso va a llegar. Yo fui denunciado cuando salí de la Gobernación (de Caazapá) ante la Fiscalía... Trabajé, salí sin ninguna mediación y sin ningún lobby y fue desestimada la causa”, sostuvo Dávalos.
Esta visión es un tanto limitada, puesto que Dávalos así como varios cartistas sostienen que el castigo contra HC fue solo político, cuando en realidad se impusieron sanciones económicas impulsadas por el Departamento del Tesoro, lo cual ya es una segunda instancia más compleja.
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De todos modos, dijo que desde el oficialismo “vemos con muy buenos ojos a Trump en los EE.UU. y ciframos muchas esperanzas de que vamos a tener buenas relaciones”, y que de hecho, el “único problema” lo tenían con el exembajador de los EE.UU. en Paraguay, Marc Ostfield, por “inmiscuirse” en las elecciones y buscar la “alternancia” con la caída de la ANR.