El presidente de la República, Santiago Peña, quien se encuentra en EE.UU. desde el pasado viernes para asistir hoy a la asunción del presidente Donald Trump, compartió una serie de reuniones de dudosa relevancia, en medio de un viaje que el propio Gobierno intentó instalar como “histórico”.
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El viernes pasado se reunió en diferentes momentos con los senadores por el Estado de Florida, Rick Scott y Marco Rubio (próximo secretario de Estado), tras lo cual Peña dijo haber hablado en buenos términos con ellos.
Entre los 70 votos en contra estaban Rubio y Scott. Apenas 25 defendieron a Paraguay.
“Seguimos construyendo relaciones que impulsen el desarrollo y el bienestar de nuestras naciones. ¡El diálogo y la cooperación son el camino hacia un futuro más próspero para todos!”, refirió Peña tras hablar con Scott.
Sin embargo, cuando tuvieron chance de cooperar realmente con nuestro país, tanto Scott como Rubio votaron en contra.
En marzo del año pasado, en el Senado de ese país, se votó una resolución por la cual se reprobaba la decisión del gobierno de Joe Biden de admitir la importación a los EE.UU. de carne fresca desde Paraguay.
Otra reunión cuestionable –no por el interlocutor en este caso– es la mantenida con el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Ilan Goldfajn, con quien Peña se reunió hace apenas dos meses.
De hecho Goldfajn, con quien Peña dijo que se encontró para “para hablar sobre el fortalecimiento de proyectos clave para el desarrollo sostenible de Paraguay”, se había reunido con el mandatario en la cumbre G20 realizada en noviembre del año pasado en Brasil y previamente visitó nuestro país en julio del 2024.
Peña también se reunió con el futuro subsecretario de Estado, Christopher Landau, de quien –atendiendo que su padre fue embajador en nuestro país– destacó que su “profundo conocimiento de América Latina y, en especial, de Paraguay, es una garantía de que nuestra región seguirá siendo una prioridad en la agenda internacional”.
Tanto el encuentro con el futuro secretario de Estado –Rubio– como con su número dos, Landau, se dieron en ambientes informales. En el caso del primero fue un encuentro en una recepción organizada en honor a Scott (quien fue el que invitó a Peña) en el hotel Jefferson. Con Landau coincidieron en el baile inaugural oficial hispano (Official Hispanic Inaugural Ball).
Peña también alardeo en el “reconocimiento” recibido en en el Hispanic Inaugural Ball por el supuesto compromiso en el combate a la pedofilia y la trata de personas, según las palabras del director de cine y encargado de una organización no gubernamental, Eduardo Verástegui. El supuesto compromiso tampoco es una novedad, ya que el propio Verástegui visitó nuestro país para firmar un documento con el presidente de la Cámara de Diputados, el cartista Raúl Latorre.
Aunque Peña dijo que no está en agenda, el cartismo tiene esperanzas de que estos puedan interceder para levantar las sanciones políticas contra el presidente del Partido Colorado, Horacio Cartes, lo cual es muy difícil. Más aun, porque también pesan sobre él sanciones económicas, que dependen del Departamento del Tesoro.
Con González Urrutia
Ayer, Peña se reunió con el reconocido por la gran parte de la comunidad internacional como presidente legítimo de Venezuela, Edmundo González Urrutia, a quien reafirmó su apoyo al igual que “al valiente pueblo venezolano”.
“Su coraje y esperanza son un ejemplo para toda la región. Estoy convencido de que, con unidad y compromiso, Venezuela logrará construir un futuro de paz, justicia y prosperidad”, dijo Peña.
En vilo sitio en Capitolio y otros “entretelones”
Atendiendo a que la ceremonia de asunción del nuevo presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump, debió trasladarse al interior del Capitolio a consecuencia de una ola de frío que azota la capital Washington, la disponibilidad de lugares se vio reducida.
Los únicos presidentes que tuvieron una consideración especial del propio Trump fueron el de la República Popular de China, Xi Jinping (que enviaría representante); el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán; el presidente de El Salvador, Nayib Bukele; la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, y el presidente de Argentina, Javier Milei.
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Peña recibió una invitación gestionada por el senador de Florida, Rick Scott, pero tras el traslado del evento al interior del Capitolio, sus cupos se vieron drásticamente limitados, poniendo en riesgo la presencia de Peña, según refirieron fuentes consultadas por ABC.
El cónsul Tomás Bittar había sido encargado de hacer lobby ante representantes de organismos internacionales con nexo con el Gobierno para lograr un sitio.
Otro hecho que llama la atención en torno a la comitiva es que oficialmente solo figuran el mandatario Santiago Peña; la primera dama, Leticia Ocampos; el canciller Rubén Ramírez Lezcano y otros. Sin embargo, también viajó el maquillador de la Primera Dama, Javier Álvarez.
Comparan y lamentan manoseo a investidura
Por su parte, referentes críticos al Gobierno aprovecharon para enrostrar las diferencias del trato al actual presidente Santiago Peña con el expresidente Mario Abdo Benítez, mientras que otros lamentaron el “manoseo” al que se expone a la investidura del Presidente de la República.
“Mario Abdo nunca necesitó de ningún lobista para llegar a Donald Trump porque en el gobierno de Abdo se tenía un señor embajador como Manuel María Cáceres, que cultivó con mucho profesionalismo muy buenas relaciones diplomáticas con el Gobierno de EE.UU.”, afirmó el seccionalero colorado expulsado de la Asociación Nacional Republicana (ANR), por criticar a Horacio Cartes, Gerardo Soria.
El mismo desempolvó la fotografías de la reunión bilateral que mantuvo Abdo con Trump en la Casa Blanca en diciembre de 2019, durante el primer mandato de este último.
Otro colorado expulsado de la ANR por disentir es el exsenador Hugo Estigarribia, que lamentó que Peña se exponga a un manoseo, al intentar figurar “a la fuerza” en los actos de asunción de Trump.
“Innecesario desgaste de la investidura presidencial del Paraguay ante el mundo es el que hace Peña, tratando de asistir a un acto al que no fue invitado formalmente por el presidente electo de EE.UU., como otros latinoamericanos”, criticó Estigarribia, que remató con un “Pésima Gestión”.