Este miércoles se cumple un año desde la operación “Veneratio”, una masiva incursión policial en la Penitenciaría Nacional de Tacumbú con la que el Gobierno “recuperó” la principal cárcel del país, que se hallaba bajo control del grupo criminal denominado “Clan Rotela”.
En un acto este miércoles, el presidente Santiago Peña y otras autoridades recordaron los acontecimientos de la madrugada del 18 de diciembre de 2023, cuando la incursión policial, que resultó en la extracción y reubicación de Armando Javier Rotela y la reubicación de cientos de otros internos, se saldó con un policía y 11 personas privadas de su libertad fallecidas.
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“El 18 de diciembre fue probablemente el día más duro de mi presidencia”, dijo Peña y agregó que mientras le explicaban los detalles del operativo que iba a ponerse en marcha en las últimas horas de la madrugada temió que pudiera haber estado viviendo el final de su presidencia.
“Esa madrugada dije que podía ser mi último día como presidente, si era un fracaso y había que lamentar cientos de muertos (...) Podía ser una tragedia, pero estaba dispuesto a luchar por cada uno de los paraguayos”, dijo.
“Un capítulo en una serie de Netflix”
Señaló que la situación en Tacumbú había convertido a Paraguay en “un capítulo en una serie de Netflix”, en referencia a un documental televisivo que calificó a la penitenciaría nacional como una de las prisiones más peligrosas del mundo.
“Parecía que nuestro Gobierno iba a tener que enfrentar los mismos problemas de siempre”, agregó.
Afirmó que el motín registrado en Tacumbú en octubre de 2023 llevó a la decisión de llevar adelante “Veneratio”.
“Dije: ‘Yo no voy a vivir en este Paraguay donde los que decidimos cumplir la ley vamos a tener miedo de los que decidieron no cumplirla’, y aceleramos el proceso”, relató.
Aún lejos de la solución
El presidente Peña celebró los resultados de “Veneratio” como una “reivindicación del monopolio del Estado en el ejercicio de la fuerza”, un monopolio que “teníamos miedo de usar”.
Sin embargo, admitió que “estamos lejos de sentir que esto está solucionado” y señaló que corregir los graves problemas del sistema penitenciario paraguayo requiere no solo reforzar la seguridad y la infraestructura de las cárceles, sino una “estrategia amplia” que involucre al Poder Judicial para garantizar que las personas privadas de su libertad sin condena firme sean sometidas a procesos más rápidos.
La gran cantidad de presos bajo prisión preventiva, sin condena firme, es señalada como una de las principales causas de la grave situación de hacinamiento en las penitenciarías de Paraguay.
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Según datos publicados por el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura, 10.116 personas privadas de su libertad en Paraguay –el 54 por ciento del total de la población penitenciaria del país- está en prisión sin condena.
El presidente Peña señaló que las personas privadas de su libertad “son compatriotas, son seres humanos” que “crecieron en entornos que no eran los ideales, hacinados en viviendas precarias, con padres que cayeron en alguna adicción” y a quienes “el sistema no les dio la oportunidad de realizarse como personas”.
Subrayó que las prisiones deben volverse verdaderos centros de “reinserción” de esas personas en la sociedad.