“Soy Jatar Fernández, soy un ciudadano común como vos y conozco las necesidades de la gente porque las he vivido en carne propia y por eso quiero ser tu diputado. De la mano de Payo Cubas el cambio es real”, decía en campaña, antes de ser electo el diputado Jatar “Oso” Fernández Safuan, quién aparentemente es el que realmente cambió radicalmente desde que tiene poder, y no para bien, a juzgar por las denuncias que llueven en su contra.
De hecho, tras ser electo diputado por Central, tardó muy poco en ser uno de los primeros tránsfugas del Partido Cruzada Nacional, pasando de hacer campaña junto a Paraguayo Cubas a repudiarlo y mudarse al Partido Colorado, a cuyos integrantes también en campaña, tildó de “escombros”.
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“Nos prometieron progreso y nos regalaron miseria y abandono. Nos prometieron honestidad y nos entregaron décadas de corrupción. El 30 de abril puede pasar a la historia con el día en que vos y yo decidimos tirar a la calle a estos escombros que nos robaron durante tanto tiempo y podemos ser inmortales en la historia del Paraguay, este puede ser el inicio de cambio real”, prometía el legislador.
Ya desde su banca, ese discurso cambió 180º, pasando de cuestionar a la clase política a exculparla de los problemas del país, y de acusar a al ciudadano de ser “haragán”.
“Acá hay que dejarse de joder con la responsabilidad de la clase política (sobre los problema del país), la responsabilidad es del pueblo. El pueblo no quiere trabajar presidente (dirigiéndose al titular de la Cámara, el cartista Raúl Latorre), el pueblo se conecta a la ANDE, el pueblo no paga sus impuestos”, había dicho en sesión ordinaria.
El cambio no fue solo de discurso, sino también de hechos, ya que ahora se abraza con los que antes llamaba “escombros”, empezando por el presidente del Partido Colorado, Horacio Cartes, a quién llevó su respaldo tras la ratificación de sanciones por parte de los Estados Unidos de América contra Tabacalera del Este S.A..
También, se evidenció nostálgico del nefasto dictador Alfredo Stroessner, al hacer loas directas al mismo a través de su quinta en Ayolas (en un predio en disputa) denominada “La Guarida del General”, y cuyo logo lleva incluida la firma del tirano.
En tanto, ha sabido acomodarse a todos los sectores, pero principalmente se mostró cercano con el vicepresidente primero de la Cámara Baja, el colorado oficialista Carlos Arrechea, con quien comparte frecuentes encuentros en Ayolas (Misiones).
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“Humildes” orígenes
Antes de asumir como diputado, Jatar Fernández se dedicaba a la venta de hamburguesas, panchos y “churrasquitos” en un carrito, Churrasco Panda, instalado en la sede del estadio del Club Olimpia, institución a la que lo une, además de la afición, su condición de miembro de la barra “La 79″.
En su video de campaña, en la que se describe como un “ciudadano común” también se lo ve recorriendo en su camioneta ZNA (Zhengzhou Nissan Automobile) del año 2013, que incluyó en su declaración jurada, y que ahora ya cambió por una Kia Sorento nueva.
La camioneta no es su único bien nuevo, ya que en febrero pasado -a las apuradas- edificó la “Guarida del General” en Ayolas, por la cual supuestamente pagó G. 20 millones por la construcción (según factura disponible), más G. 30 millones anuales en concepto de alquiler.
A todo esto, hay que sumarle otras disputa por un predio en Villeta de una dimensión de 7.000 metros cuadrados (que no aparece en su declaración jurada presentada al asumir el cargo), donde se encuentra instalada una aguatera con inversión de G. 1.200 millones.
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De los menos productivos
El diputado Jatar Fernández (ANR, bancada B- Oficialista) que trató de “haragán” al pueblo, no se destaca precisamente por su productividad legislativa, puesto que en su primer año de gestión lleva apenas 7 proyectos de ley presentados y solo uno de ellos como autor único. El resto, acompañando iniciativa de otros colegas.
Este proyecto es el que pretende regular el consumo medicinal y recreativo del cannabis y sus derivados, que tuvo el “asesoramiento” del agente de Senad (comisionado a Diputados), Mauro Ruiz Díaz, sospechado –según Fiscalía– de filtrar datos a presuntos narcotraficantes.