Si bien la decisión de dejar sin quorum fue una medida política de la oposición, en protesta por la negativa del cartismo de crear una Comisión Bicameral para controlar el programa “Hambre Cero”, fueron de vuelta en mayoría opositores los que estuvieron en la convocatoria extraordinaria de la Cámara de Diputados de las 12:30 (más media hora de tolerancia), que ya no tuvo quorum.
De los 21 presentes en el último conteo de las 13:04, solo estuvieron dos colorados (Hugo Meza y Daniel Centurión) y entre los 22 puntos que quedaron sin tratamiento del orden del día, cinco tendrán sanción ficta en los próximos días.
La falta de quorum, lejos de ser la excepción, se convirtió en la regla en la Cámara Baja, que en sus últimas seis sesiones ordinarias no agotó el orden del día.
Además de ayer, en la sesión pasada (20 de agosto) tampoco trataron ni un punto. En la del 14 de agosto, solo trataron 8 de 17 puntos y al inicio del mes (7 de agosto), solo resolvieron 5 de 15 puntos.
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Sin embargo, es una “costumbre” que ya venían acarreando desde hace meses. En la sesión del 31 de julio, solo trataron 12 de 25 puntos del orden del día y el 24 de ese mes, fue cuando más cerca estuvieron de terminar con los puntos agendados, cuando dejaron solo 2 pendientes.
“Tirón de orejas” en Diputados por rabonas
Las constantes rabonas han motivado apenas un tirón de oreja, que consistió en una advertencia de la Presidencia de la Cámara, que anunció que se verían obligados a revisar el reglamento y modificar el mecanismo para imponer descuentos salariales si seguían las ausencias.
Actualmente, el reglamento de Diputados no solo es benigno, sino hasta cómplice para eludir las sanciones por ausencias injustificadas.
Puntualmente el artículo 20 establece que “en los casos en que estas ausencias fuesen injustificadas y reiteradas, el Presidente llamará al orden al Diputado; si éste persistiere en tales ausencias, le sancionará con el descuento de su dieta por las sesiones a que hubiere faltado”.
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Sin embargo, existe una “trampa” para evadir el castigo, ya que las sanciones son pasibles de ser aplicadas al acumularse 3 ausencias “injustificadas” consecutivas o 5 alternadas. Finalmente nunca llegan a esos números, puesto que cada legislador puede “justificar” posteriormente hasta de manera verbal su ausencia.