Yamil Esgaib, diputado cartista, lleva un año en el Congreso y en este tiempo sus intervenciones estuvieron marcadas por violencia, soberbia y en otros casos, demostró poco interés y pereza.
Su primer arranque de violencia fue contra el titular de la Fiscalía, sobre quien indicó: “el fiscal se va cuando nosotros queremos”. Esa declaración la hizo días después de que Emiliano Rolón anunciara que el Ministerio Público recibió de Estados Unidos información referente a la acusación de supuesta corrupción y vínculos con el terrorismo -emitida por el Departamento de Estado- contra el expresidente Horacio Cartes.
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Siguió el sendero de violencia contra su colega Rocío Vallejo (PPQ), a quien cortó de manera violenta el micrófono; también trató de “perra peligrosa” a la diputada Johanna Ortega (PPS) en plena sesión, pero el presidente del organismo, Raúl Latorre (ANR-HC), ni lo reprendió, tampoco fue sancionado por sus colegas.
Asimismo, en una reunión de la Comisión Bicameral Yamil Esgaib amenazó con “romperle la cara” a la senadora Celeste Amarilla (PLRA). El parlamentario incluso luego hizo alarde de su amenaza en varios medios de comunicación, indicando: “Me quiero convertir en mujer para cagarle a patadas cuando se merece”. Debido a sus constantes hechos de violencia finalmente fue suspendido por 30 días.
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Yamil Esgaib violentó a periodistas
Sin embargo, antes que recapacitar volvió más violento y sus víctimas fueron las periodistas Fiona Aquino (ABC) y Rocío Pereira (Telefuturo), a quienes agredió cuando las comunicadoras le consultaban sobre la contratación de su hija Magida en la Embajada paraguaya en Reino Unido.
El diputado no solo se caracteriza por su violencia, también por presentar polémicos proyectos de ley, por ejemplo para beneficiar a narcotraficantes y a los que roban al Estado con la reducción de sus condenas.
Y, si no está ofendiendo en sesión, es porque se durmió.