En Diputados el cartismo consiguió lealtades a base de favores y cupos

El “mercado de pases” estuvo muy activo en la Cámara de Diputados este primer año del período, pues 28 parlamentarios coquetean o directamente pasaron al cartismo a cambio de cupos laborales para sus parientes u otros beneficios.

En Diputados, el cartismo obtuvo lealtades a cambio de contratos para parientes y otros beneficios.Gustavo Machado
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La Cámara de Diputados está conformada actualmente por 48 parlamentarios colorados, 22 liberales, 4 del Partido Cruzada Nacional, 2 del movimiento Yo Creo, 2 de la Alianza Encuentro Nacional, una diputada del Partido Patria Querida (PPQ) y una del Partido País Solidario.

Los que estafaron a sus electores.

Sin embargo, el “mercado de pases” habilitado por el cartismo -que obtuvo 31 escaños en las elecciones-, rápidamente duplicó su poderío con el objetivo de “atropellar” todo a su paso, incluso limitando el debate en la Cámara Baja. En ese contexto, los diputados colorados electos por el movimiento Fuerza Republicana que rápidamente se aliaron al cartismo para conseguir beneficios a su parentela o quizás obtener impunidad son: Carmen Giménez de Ovando, Leonardo Saiz, Domingo “Mino” Adorno, Eulalio “Lalo” Gomes, Néstor Castellano, Jazmín Narváez y Arturo Urbieta.

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También cambiaron de carpa y pasaron al cartismo en este primer año los exabdistas Alejandro Aguilera, Germán Solinger, César Cerini, Benjamín Cantero y Bettina Aguilera. Estos diputados consiguieron ubicar a sus parientes en diferentes instituciones públicas.

Operan a favor del cartismo

Por otro lado, los diputados que siguen en sus partidos políticos pero directamente operan a favor del cartismo, son: Roya Torres (PLRA), quien gracias a su voto a favor de proyectos oficialistas ubicó a su retoño Elías Godoy Torres con un jugoso salario de la Cámara Baja, pero que no se sabe con seguridad sus funciones.

También están los liberales Pastor Vera Bejarano, Alejo Ríos y Cleto Giménez. Este último ubicó a sus hijas y a su pareja con salario estatal. Del Pilar Vázquez, Marcelino Salinas y Jorge Ávalos Mariño también votan a favor del cartismo de manera abierta.

Asimismo, los exabdistas que dicen ser colorados de la Bancada B pero que también votan constantemente a favor de cuestionados proyectos cartistas son; Juan Manuel Añazco, Carlos Arrechea, Rubén Rousillón, Francisco Petersen, Édgar Olmedo y Hugo Meza.

En tanto que los parlamentarios que abandonaron sus partidos ni bien llegaron a la Cámara Baja son: Jatar “Oso” Fernández, quien ingresó por Cruzada Nacional, dice ser de la bancada B del coloradismo, pero opera directamente a favor de Honor Colorado. También ubicó a su parentela en el Estado. Además, Miguel Martínez, quien ingresó por Cruzada Nacional, pero dejó ese partido al no lograr ser jefe de la bancada de esa agrupación en la Cámara de Diputados.

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Ese parlamentario se mantiene independiente y generalmente acompaña a sus colegas opositores, y por último está Rubén Rubin, quien ingresó por el Partido Hagamos, inicialmente coqueteó con el cartismo, incluso con su voto favoreció varios cuestionados proyectos legislativos oficialistas. Renunció recientemente a su partido cuando el senador Patrick Kemper, quien fungía de presidente del Partido Hagamos, renunció para volver a filas de la ANR. Rubén Rubin se mantiene independiente y actualmente su tendencia es más opositora.

Censuras y atropellos

Gracias a la aplastante mayoría que logró el bloque cartista en la Cámara de Diputados, ese grupo logra aprobar cuestionados planes de leyes sin un mínimo de debate, censurando incluso las voces disidentes. El cartismo y sus aliados no llegan a hora a las sesiones para evitar de esa manera el estamento de oradores y así acallar la crítica de los opositores.

Millonario gasto del contribuyente

Cada diputado tiene una dieta o sueldo de G. 32.774.840, lo que significa que en total estos parlamentarios representan un gasto de G. 2.622 millones por mes. Así, los 80 parlamentarios desangran a los contribuyentes G. 34.086 millones de manera anual. Sin embargo, sus gestiones legislativas dejan mucho que desear, pues antes que priorizar el bienestar de los paraguayos, la mayoría de sus proyectos responden a sus grupos políticos o empresariales.

Asimismo, las sesiones generalmente se desarrollan con el quorum justo, pues muchos de ellos pese a cobrar no asisten a su lugar de trabajo.

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