El rechazo de la imputación del senador cartista Hernán Rivas por la Cámara de Apelaciones es una señal clarísima del sometimiento de la justicia a los poderes fácticos, al poder político del cartismo, según afirmó la exsenadora Kattya González en el encuentro con mujeres que realizan en la plaza frente al Congreso Nacional.
“La pregunta específica: ¿qué nos queda? Y bueno, nos queda la justicia, y cuando venía hacia este lugar, porque siempre uno tiene esperanza, es el cimiento que hace que nos levantemos todos los días para seguir luchando, pero me entero a través de las radios que acaban, en un insólito precedente, declarar la nulidad de la imputación de Hernán Rivas, el cartista. Entonces uno dice ‘guau’, dentro de poco van a decir que él es doctor y que le tenemos que pedir disculpas”, ironizó.
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Agregó que para echarla, como los cartistas no podían eludir básicamente la resolución 429, lo que hicieron fue fingir demencia y trataron de justificar porque pasaban por una resolución y finalmente llegaron a la votación con 23 votos, ya que no lograron los 30 requeridos según el reglamento que ellos elaboraron y aprobaron.
Cartistas utilizan a los trabajadores como carne de cañón
Kattya González se refirió a la acción de inconstitucionalidad que presentaron ante la Corte Suprema de Justicia por su irregular destitución de la Cámara del Senado, en el que atacan la cuestión de forma y no de fondo, para no sobrecargar ni estresar al sistema judicial.
“El fondo de la cuestión es grotesco, porque utilizaron al eslabón más débil de la cadena, como son los trabajadores para montar este juicio de perdida de investidura, y en ese sentido está presente Sole Blanco, una de las víctimas también del cartismo, una chica joven que quiere servir a su país y que sirvió como carne de cañón para que el cartismo argumente supuestamente irregularidades cometidas por mi persona y lleve adelante este linchamiento político”, sentenció.