En sus primeras horas como presidente de la República del Paraguay Santiago Peña dio dos muestras inequívocas de lealtad hacia Horacio Cartes, designado como “significativamente corrupto” por el Gobierno de Estados Unidos.
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La primera, cuando le agradeció públicamente, apenas comenzar su discurso oficial de asunción al mando. “A mis correligionarios y correligionarias de la Asociación Nacional Republicana, a las autoridades y al presidente de mi partido, don Horacio Cartes Jara, gracias por perseverar, sin desmayos, en la construcción de consensos y en la búsqueda de acuerdos por sobre las diferencias. Hoy nos toca llevar esa vocación política al servicio de todos los paraguayos. Deseamos ser un partido al servicio de la nación”, dijo.
Solo después dedicaría unas palabras a su esposa, Leticia Ocampos, y a sus propios hijos, Gonzalo y Constanza, así como a su compañero de fórmula, Pedro Alliana.
Santi y Cartes: Un abrazo y palabras al oído
Un poco más tarde, ya en la Catedral Metropolitana, el nuevo presidente del Paraguay Santiago Peña reafirmó con otra deferencia el lugar que ocupa Horacio Cartes en sus afectos y prioridades. Luego de ser recibido en el atrio por el cardenal Adalberto Martínez, Peña y su esposa Leticia Ocampos se dirigieron rumbo a la primera fila de asientos, caminando por el centro de la nave.
En la transmisión oficial se puede ver cómo Peña y Ocampos caminan saludando con gestos de cabeza a sus invitados: allegados, autoridades y miembros de delegaciones extranjeras.
Aunque el audio del streaming no recoge las palabras de Peña sino la música que interpretaba en ese momento la Schola Cantorum de la Arquidiócesis de Asunción, se puede ver claramente que el presidente va diciendo “gracias” y “muchas gracias” a quienes lo felicitan a su paso, apenas inclinando la cabeza y bajando los párpados.
Pero la solemnidad y parsimonia llegan a su fin cuando Peña se encuentra con su mentor, Horacio Cartes, quien estaba acompañado por Chiara Capdevila. Allí frena el paso y ambos se funden en un abrazo. Cachete con cachete, se ve a Peña decirle a Cartes unas palabras al oído.
Leticia Ocampos imita a su marido y también se detiene para abrazar y besar a Cartes.
Luego de esta interrupción, el tedeum comienza y el protocolo retoma su curso. Ya las señales han sido dadas.