Avión que trajo turbulencia política y evidenció supuestos nexos terroristas

En mayo de 2022 aterrizó en el Aeropuerto Guaraní de Minga Guazú (Alto Paraná) un avión iraní-venezolano, que trajo turbulencia sin precedentes. La aeronave, con orden de decomiso por parte de la Justicia de EE.UU. por supuestos nexos terroristas, vino para llevar cigarrillos de Tabesa, ligada a Horacio Cartes.

Momento en que el avión iraní-venezolano aterrizó en el Aeropuerto Guaraní de Minga Guazú.SEBASTIAN BORSERO
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Un avión Boeing 747, con matrícula YV3531, propiedad de la aerolínea Emtrasur SA, subsidiaria de la aerolínea estatal venezolana, también sancionada por los Estados Unidos, aterrizó en nuestro país el 13 de mayo de 2022. Vino para llevar cigarrillos de Tabacalera del Este SA (Tabesa), que tenía entonces como principal accionista al expresidente de la República y actual titular de la ANR, Horacio Cartes.

La aeronave aterrizó con 18 tripulantes, sobre quienes no existen registros de sus movimientos durante sus tres días de estadía en nuestro territorio. Solo se sabe que los mismos estuvieron hospedados en el hotel Dazzler de Ciudad del Este.

El avión partió el 16 de mayo de 2022 sin problemas desde Paraguay rumbo a la pequeña isla caribeña de Aruba con un cargamento de cigarrillos valorado en unos US$ 799.000, según los registros.

La alarma

Lo cierto es que después de estar por Paraguay, el avión volvió a países de Sudamérica. Uno de ellos fue Argentina, donde saltó la alarma sobre su situación.

En ese país vecino se procedió a abrir una investigación donde se encontró las supuestas conexiones terroristas de la aeronave y su tripulación. Uno de ellos, incluso, era considerado por las fuerzas de seguridad de los Estados Unidos como una pieza fuerte dentro de la organización terrorista Hezbolá.

En octubre de 2022, el medio argentino Infobae, publicó que uno de los pilotos del avión, identificado como Gholamreza Ghasemi, recibió en su celular mensajes de otros pilotos iraníes, y que uno de ellos le había manifestado que “podían ir y hacer un genocidio” si era necesario, para liberarlos.

Los mensajes se realizaron entre junio y julio de 2022, tiempo en el cual los pilotos estaban en carácter de “retenidos” en un hotel de Buenos Aires, debido a que la justicia argentina había dado trámite a investigar el avión –en un principio– y posteriormente procedió a incautar la aeronave, a pedido del Departamento de Estado de los Estados Unidos.

El pedido de las autoridades estadounidenses, obedeció a que este avión fue identificado como un medio de transporte del grupo terrorista Hezbolá.

Revelaciones en Paraguay

Mientras Argentina emprendía una investigación seria y recibía informes sobre los vínculos terroristas del avión iraní, en Paraguay la situación era totalmente diferente. Esto, pese a que la SNI remitió al Ministerio Público informes sobre el aterrizaje del dichoso avión.

A esto se suma que la Secretaría Nacional de Anticorrupción (Senac) presentó igualmente una denuncia por supuesta asociación terrorista y financiamiento del terrorismo. Logró conectar a personas sospechadas con varios hechos, pero, no tuvo el seguimiento de los fiscales Osmar Legal, Alicia Sapriza, Liliana Alcaraz y Manuel Doldán, asignados para la investigación.

Las sanciones

Lo llamativo es que mientras la Fiscalía de nuestro país hacía oídos sordos a los informes desde Estados Unidos, llegaban sanciones.

El 22 de julio de 2022 el expresidente Cartes era declarado “significativamente corrupto por ese país. Se mencionó que la decisión era por obstruir una importante investigación sobre crimen transnacional durante su Gobierno y su participación recientemente documentada con organizaciones terroristas extranjeras.

El 12 de agosto de 2022 la sanción de Estados Unidos alcanzó al vicepresidente Hugo Velázquez. La declaración de “significativamente corrupto” por ese país norteamericano dice que es debido a su participación en actos de corrupción significativos, incluido el ofrecimiento de soborno a un funcionario público paraguayo y la injerencia en procesos públicos”.

Los desafíos

El gobierno de Santiago Peña tiene como desafío aumentar los controles del tránsito aéreo, además de brindar independencia y tranquilidad a las instituciones encargadas de alertar sobre operaciones sospechosas y conectadas a crímenes considerados transnacionales. El buen trabajo debe ser gratificado, mientras que la gestión y corrupción debe ser sancionada.

El aterrizaje del avión ligado al terrorismo y la falta de seguimiento contínuo de su tripulación evidenció también la debilidad de los controles fronterizos. Esto debe ser fortalecido antes que restringido o cercenado.

Otra prioridad es de realizar las denuncias formales y exigir la celeridad en todos los casos, sin importar quien o quienes estén involucradas. A todos los reclamos igualmente debe darle la importancia necesaria.

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