El 108 no es solo un número y popularmente se generan estigmas y connotaciones discriminatorias al emplearlo en una conversación. Aparentemente, debido a ello, al senador Dionisio Amarilla le causó rechazó la numeración de su nueva oficina dentro del Congreso.
Recorriendo los pasillos del Senado esta mañana, se encuentra la oficina 107, ocupada ya por el senador José Oviedo, pero seguidamente está la puerta del senador Amarilla, que solo tiene la numeración “10″, puesto que le fue retirado el número 8, según constató un equipo de ABC Color.
Este hecho ya ocasionó numerosos comentarios en las redes sociales pero, hasta el momento, Amarilla no ha manifestado nada al respecto.
¿Cuál es el motivo del rechazo?
El 108, desde la dictadura, ha sido asociado con la homosexualidad en Paraguay. La historia detrás de ese número es terrible y guarda relación con un sector perseguido, torturado y asesinado durante el régimen de Alfredo Stroessner.
Todo se habría iniciado con el crimen de Bernardo Aranda, quien fue asesinado el 1 de setiembre de 1959 de una manera sumamente violenta. Las crónicas de la época mencionan que la Policía “sospechaba que Aranda era homosexual” y que fue asesinado por otro gay.
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Esa fue la excusa para la “cacería” de personas que, al igual que él, eran consideradas homosexuales o “sospechosas” de serlo, según se relata en el libro “108″, de Erwing Szokol.
Se recuerda popularmente que fueron “108″ los detenidos durante esa persecución, tras la muerte de Aranda, supuestamente en el marco de las investigaciones de su homicidio.
Hasta la fecha, ese número quedó en el imaginario popular como asociado a lo negativo o lo “amoral”, como lo señaló luego un lector que envió una carta publicada en el diario El País en 1959, conocida como la primera voz que defendía a “todos los 108″.
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