“Recordamos y honramos a las víctimas de la masacre de Curuguaty, ocurrida el 15 de junio de 2012. Honremos la patria trabajando por la justicia social y la paz libre de trágicos enfrentamientos. Nuestras oraciones y solidaridad con las familias afectadas”, publicó el cardenal, Adalberto Martínez, en su cuenta en la red social Twitter.
“Se cumple un aniversario más de la masacre de Curuguaty. Familiares y toda una comunidad siguen luchando por conocer la verdad y tener acceso a la tierra. El dolor y la sangre de compatriotas, usados para justificar la destitución del primer presidente no colorado en 70 años”, escribió Martínez.
El predio de Marina Kue, en el departamento de Canindeyú, donde sucedió la matanza, fue escenario hoy de un acto religioso al que acudieron familiares, activistas, lugareños y autoridades locales para honrar a los fallecidos.
Marina Paredes, presidenta de la comisión de familiares de las víctimas de la matanza, dijo que el “logro más importante” en los 11 años de lucha ha sido el tratamiento del proyecto de ley que busca legalizar las tierras de la masacre.
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Por su parte, la senadora Esperanza Martínez, que en ese entonces era ministra de Salud Pública y Bienestar Social del gobierno de Fernando Lugo, aseveró que en la comunidad piden que se esclarezca “la verdad” de lo que sucedió.
Lugo fue el primer presidente en romper con el dominio en el poder del Partido Colorado, que había gobernado ininterrumpidamente Paraguay durante casi seis décadas.
Días después, el Congreso inició un juicio político al entonces presidente, Fernando Lugo (2008-2012), de la formación de izquierda Frente Guasú, que terminó en su destitución.
Una condena y una anulación
A raíz de la que se conoce como la masacre de Curuguaty, once campesinos fueron condenados sin que se determinaran responsabilidades penales de los policías que participaron en el desalojo.
En julio de 2018, la Corte Suprema de Justicia anuló la sentencia y dejó en libertad a los labriegos presos, que cumplían penas de entre 4 y 30 años de prisión.