El equipo interno de Petróleos Paraguayos (Petropar) que debía “fiscalizar” el avance de la instalación de la nueva línea de molienda en la planta alcoholera, ubicada en Mauricio José Troche (Guairá), se reunió el 9 de enero de este año para analizar el pedido de Estructura Ingeniería SA (EISA), de Alberto Palumbo. La contratista mediante una nota remitida el 4 de enero último a la petrolera estatal pedía cambiar la marca del turbo generador establecido en el contrato firmado el 9 de diciembre de 2021 por un precio inicial de G. 195.299 millones, pero que ya trepó a G. 198.704 millones, uno 28 millones de dólares.
Según la conclusión del informe, EISA presenta razones de “fuerza mayor” que motivan la solicitud de cambio de marca del turbo generador, debido al plazo de entrega del equipo. Los funcionarios dicen que realizaron un análisis del fabricante TGM/WEG, propuesto por EISA como reemplazante de Turbimaq/WEG, y resaltan la experiencia, además las especificaciones técnicas cumplen y superan la maquinaria establecida en el contrato inicial.
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Asimismo, el precio de la maquinaria propuesta se encuentra en los valores de mercado, aunque mencionan que al superar algunos ítems de las especificaciones técnicas repercute en un precio mayor, o sea es más caro. Sin embargo, de acuerdo al documento firmado César Morínigo, gerente general de Petropar; Sixto Paredes, gerente de la planta alcoholera; Derlis Centurión, gerente de mantenimiento de la planta y Andrea Sánchez, coordinadora del proyecto, “esta variación de precio mayor la empresa EISA asume manteniendo el precio establecido en la oferta adjudicada” (sic).
Lo curioso es que algunos de los puntos utilizados por este equipo “fiscalizador” para realizar el análisis fueron desmentidos por el gerente comercial de Turbimaq, Silvio Silas, a través de un comunicado.
Más de 200 días
En el cuadro elaborado por los funcionarios de Petropar se detalla que Turbimaq/Brasil tenía un plazo inicial de 12 meses y aumentó 200 días para entregar el equipo, es decir, su plazo llegó a 560 días, aproximadamente 18 meses. Sin embargo, el representante de esa fabricante brasileña denunció días atrás que dicho plazo no era real, ya que ellos habían elaborado, en setiembre del año pasado, una carta en la cual solicitaban una prórroga de 200 días, pero por pedido de EISA.
Según la industria del vecino país, EISA le había dicho que al establecer este nuevo plazo en el documento iban a “renegociar” una prórroga con la petrolera estatal. Igualmente, luego de esto iban a proceder a la entrega del anticipo para continuar con la fabricación de la maquinaria establecida en el contrato, precisó.
“Ahora nos aparece que la carta fue utilizada indebidamente para respaldar la solicitud de Petropar de reemplazar al fabricante del turbo generador debido a nuestra demora”, decía el comunicado de la empresa brasileña.
Más barato y plazo menor
El directivo asimismo detalló que las turbinas del equipo para la nueva molienda iban a estar concluidos en un plazo de tres a cuatro meses, mientras que la maquinaria completa, con el generador WEG, estaría lista en 10 meses, unos 300 días, de acuerdo a la última propuesta enviada por Turbimaq a EISA el 17 de noviembre de 2022.
Curiosamente, ese dato no aparece en ninguna parte del cuadro elaborado por Petropar. Es más para el análisis, los funcionarios “fiscalizadores” utilizaron la propuesta con fecha 15 de junio de 2022, donde la fabricante brasileña figura con un precio de US$ 2.288.300, cifra también cuestionada en su momento por la propia EISA de ser elevada.
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Sin embargo, según Turbimaq/Brasil, el último precio acordado con EISA, en noviembre del año pasado, era de US$ 2.188.000. Lo llamativo es que EISA, de acuerdo al informe, pagará por ese mismo equipo a la otra fabricante (TGM/WEG-Brasil) US$ 2.382.717, un precio mayor, cuya diferencia supuestamente “absorberá” con respecto al precio del contrato inicial.
La nueva industria, según el informe oficial de Petropar, entregará el equipo en un plazo de 301 días. Es decir, 10 meses.
Retrasada y cuestionada
El contrato para la instalación de la nueva línea de molienda de Petropar desde un inicio tuvo varios cuestionamientos. Uno de ellos era la adjudicación a EISA, de Alberto Palumbo, por más de G. 195.299 millones. Este empresario aparece vinculado al vicepresidente de la República, el “significativamente corrupto” para EE.UU, Hugo Velázquez.
El acuerdo inicial fue firmado el 9 de diciembre de 2021 por el extitular de la petrolera estatal, Denis Lichi (colorado oficialista), actual gobernador electo de Cordillera. La orden oficial para el inicio de obras se emitió el 17 de marzo de 2022 y el plazo de culminación era de 11 meses, es decir, tuvo que estar concluida el 17 de febrero de 2023.
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EISA para comenzar los trabajos recibió el 25 de febrero de 2022 un anticipo de G. 39.059 millones (US$ 5 millones).
La contratista ya consiguió tres adendas a su contrato, pese al escaso avance de los trabajo y con plazo fenecido. La primera modificación fue la subcontratación de Ocho A SA (Juan Carlos Pettengill y Blanca Pettengill Vacca); la segunda fue un aumento de G. 3.405 millones en el acuerdo inicial, elevando así la obra a G. 198.704 millones.
La tercera variación, en tanto, es sobre la marca del turbo generador (ítem 16) y puente grúa (ítem 4). Estos cambios, según el respaldo del actual presidente de Petropar Pedro Román, fue por un “interés público”. Alberto Palumbo, de EISA, reconoció días que ya solicitó una prórroga a la obra y estaba esperando la respuesta.