Esperanza Martínez quiere convertirse en la primera presidenta de Paraguay, una hazaña que de producirse sería apenas comparable con el triunfo en 2008 del progresista Fernando Lugo, de cuyo gabinete ella fue ministra de Salud (2008-2012), y quien con su triunfo electoral rompió con con 61 años de hegemonía del Partido Colorado en el poder.
En 2012 ya había intentado convertirse en candidata presidencial, aunque finalmente declinó esa opción, en aras de mantener la unidad en el seno de la alianza progresista Frente Guasu.
Para estos comicios, Martínez ha sido elegida presidenta de la Concertación Nacional, la coalición de partidos de oposición que incluye al Frente Guasu y ha postulado para la Presidencia a la dupla conformada por el liberal Efraín Alegre y la exministra Soledad Núñez.
Médica con visión social
De su padre, el farmacéutico Benito Martínez Silvero, y a quien recordó en uno de sus trinos como un “gran lector”, heredó su inclinación social. De “don Benito”, militante del Partido Revolucionario Febrerista y opositor a la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989), aprendió a ocuparse “de lo que sucede en la sociedad”, narró en un mensaje en Twitter.
Su madre -nacida en España y quien después de quedar huérfana de sus dos padres llegó a Paraguay con su abuela siendo una niña- fue Mercedes Lleida. Su familia estuvo conformada, además, por seis hijos.
Desde estudiante Martínez estuvo comprometida con la militancia que quedó patente al atender, junto a otros colegas médicos, a heridos del llamado Marzo Paraguayo, la crisis política ocurrida a finales de marzo de 1999, a causa del asesinato del entonces vicepresidente Luis María Argaña, presuntamente por un comando paramilitar.
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Egresada de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), cursó también estudios de posgrado en Bélgica y en Brasil.
En 1998, se convirtió en la primera mujer en presidir el Círculo Paraguayo de Médicos, a cincuenta años de la creación de este colegio profesional. También ocupó por primera vez, en nombre de Paraguay, la Vicepresidencia para las Américas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Madre de tres hijos y casada con el siquiatra Carlos Portillo, Martínez alcanzó notoriedad en su rol como titular del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social.
Ministra de las reformas
Durante la gestión de Martínez se eliminaron los aranceles en los hospitales y se implementó la gratuidad de todos los servicios.
Además, se creó la estrategia de Atención Primaria de la Salud para ampliar la cobertura de la población mediante centros conocidos como “Unidades de Salud de la Familia” que ofrecen consultas ambulatorias y domiciliarias.
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Junto al entonces ministro de Hacienda, Dionisio Borda, fue la única miembro del Gobierno que ejerció su cargo durante todo el mandato de Lugo, que culminó abruptamente en junio de 2012 debido a un polémico juicio político parlamentario al que fue sometido el exobispo.
Martínez tachó la destitución de Lugo, por la muerte de 17 personas en enfrentamientos entre la policía y campesinos sin tierra, como un "golpe de Estado".
"Con el golpe parlamentario me di cuenta de que ni siquiera son suficientes las reformas sectoriales; hay que pensar en transformar estructuralmente el país", declara a EFE.
De ahí su anhelo por ser presidenta. Mientras tanto, considera que si la Concertación Nacional llega al poder, se iniciará "un nuevo proceso de cambio", aunque anticipa que no será un camino de rosas.
“Va a requerir de mucha capacidad de articulación, de negociación, y sobre todo de tener claras las ideas de transformación progresiva. Lentas, pero progresivas y firmes”, vaticina.