Cargando...
La pretendida “enmienda mau” de la Constitución y la quema del Congreso ocurrieron el 31 de marzo y el asesinato de Rodrigo Quintana, en la sede del PLRA, el 1 de abril del 2017. Pero tres semanas antes, el 13 de marzo de 2017, el entonces presidente Horacio Cartes ya operaba fuertemente para conseguir su objetivo.
Al mismo, tiempo buscaba desviar la atención ciudadana con un “golpe” hecho al gobernador de Guairá Rodolfo Friedmann, -quien hoy se abraza con los cartistas- y con tarifazos de la ANDE contra la ciudadanía.
Hoy día también sabemos, mediante denuncias de EE.UU., que el otrora mandatario prometía en estas fechas US$ 1 millón para comprar votos de legisladores que apoyen la enmienda ilegal que pretendía hacer a la fuerza en la Carta Magna, para que esta establezca la posibilidad de reelección presidencial.
Un día como hoy, de hace 6 años, descubríamos además que las denuncias penales contra el Firmatón -campaña para recolectar firmas proenmienda pero con miles de falsificaciones y “muertos”-, pasaba de estar cajoneado a totalmente congelado.
Al día siguiente, en nuestra edición del 14 de marzo, advertíamos que aquello era una orden de la entonces ministra de la Corte Alicia Pucheta, quien solicitó el expediente para retrasar el avance. Desde luego, un año después ella renunciaría para ser “vice” de Cartes hasta que le truncaron la intención de ser “presidenta interina”.
Lea más: Pucheta podría ser la primera Presidenta
Uno de los principales operadores del cartismo fue Fernando Lugo, quien jugaba a dos puntas. Por un lado se expresaba en contra del rekutu, pero toda la bancada del Frente Guasu prometía presentar el proyecto en pocos días.
Para entonces, el exintedente Mario Ferreiro rechazaba la enmienda repudiando a Blas Llano y Lugo. Esto -hoy sabemos- lo terminaría pagando con un complot para echarlo del cargo. En caso de que el plan fracasara, se hablaba de que Enrique Riera sería “el plan b” del cartismo, pero finalmente fue designado Santiago Peña.