El Departamento de Estado de los EE.UU. anunció sanciones para el expresidente Horacio Cartes y el vicepresidente Hugo Velázquez. Ambos no pueden utilizar el sistema financiero estadounidense de forma “permanente” y ciudadanos de este país tienen prohibido hacer negocios con ambos y con varias empresas propiedad de HC.
Las sanciones aplicadas derivan de graves acusaciones, entre ellas que Cartes y Velázquez tienen vínculos con el grupo Hezbolá, declarado por el Departamento de Justicia de EE.UU. como “terrorista”. Al respecto, dice lo siguiente:
- Cartes y Hugo Velázquez tienen vínculos con miembros de Hezbolá, una entidad designada por el Departamento de Estado de los EE.UU. como Organización Terrorista Extranjera.
- El Hezbolá ha realizado regularmente eventos privados en Paraguay donde los políticos hacían acuerdos por favores, vendían contratos estatales y discutían los esfuerzos de aplicación de la ley a cambio de sobornos.
- Representantes de Cartes y de Velázquez han cobrado sobornos en estas reuniones.
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Hezbolá: origen, atentados y la Triple Frontera
El Hezbolá, en árabe significa “Partido de Dios”, es una organización, de origen chiíta, creada en el Líbano a mediados de los años 80, durante la guerra civil libanesa (1975-1990), con el objetivo de armar milicias de combate contra Israel, aunque actualmente se definen como un grupo político-social que busca instalar la religión del Islam. Hassan Nasrallah es su actual secretario general y su principal soporte es el régimen fundamentalista de Irán.
En el Líbano, Hezbolá es un partido oficialmente constituido con amplia representación en el Parlamento, pero también cuenta con un brazo paramilitar para sus misiones presuntamente extremistas.
En el 2019 el Gobierno de Mario Abdo Benítez declaró a este grupo como “organización terrorista internacional” junto con las milicias armadas de Hamás (facción radical palestina).
Las investigaciones realizadas con relación al grupo mencionan que la organización libanesa está inmiscuida en el tráfico de drogas hasta lavado de dinero, ocultando estas actividades con las religiosas, políticas y sociales. Incluso, se cree que recibe apoyo económico, en armas y capacitación de Irán.
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“Es una organización global multifacética, involucrada en una amplia gama de actividades, incluidas actividades sociales y políticas manifiestas en el Líbano, actividades militares en el Líbano, Siria y en todo el Medio Oriente, y actividades encubiertas militantes, criminales y terroristas en otros lugares el mundo”, así lo definió Matthew Levitt, investigador del Instituto de Washington para Políticas del Cercano Oriente, quien creó un mapa interactivo sobre los atentados cometidos por Hezbolá.
Al Hezbolá también –investigadores– lo responsabilizan de los atentados con coches bomba a la Embajada de Israel en Buenos Aires (17 de marzo de 1992) y a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) (18 de julio de 1994), que dejaron en total unos 116 muertos y 540 heridos en total.
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Con la inmigración libanesa a América del Sur, ocurrida en el siglo XIX –durante la guerra civil en el Líbano–, ciudadanos de este país del Medio Oriente se instalaron en nuestra región, principalmente en Brasil, donde se cree que más 10 millones se encuentran residiendo.
La instalación de los libaneses se extendió a la zona de la Triple Frontera que comparten Paraguay, Brasil y Argentina, donde el Hezbolá estaría operando con el tráfico de todo tipo de ilícitos.
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Informaciones de Inteligencia de nuestra región señalan que el grupo criminal de Brasil Primer Comando da Capital (PCC) opera en las ciudades fronterizas, especialmente en la Triple Frontera –Alto Paraná, en Paraguay–, y lava dinero para narcotraficantes y para el grupo terrorista Hezbolá. Tampoco se descarta que este grupo terrorista esté operando en Pedro Juan Caballero, con el PCC.
Paraguay, así como Estados Unidos, considera al Hezbolá como una organización terrorista global, conforme al Decreto N° 2307/19.