Son muchas las frases que están quedando en la historia en medio del debate que se está generando dentro de la Cámara de Diputados desde hace más de una semana. Los cartistas y liberocartistas están dejando la muestra de sus verdaderas convicciones, defendiendo fervientemente a Horacio Cartes y -a veces, si se acuerdan- a Sandra Quiñónez.
Una de las parlamentarias que se mostraron fieles al expresidente y líder de Honor Colorado fue Del Pilar Medina. “Nos dicen perritos de Cartes. Sí, yo soy perrito de este señor, que está acá en mi curu (sic)”, manifestó en la sesión de ayer, mientras mostraba una foto de Cartes que tiene en su banca.
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“Muevo la colita cuando le veo a Horacio”
Pero las “perlitas” no solo son dejadas dentro del Congreso: también en las entrevistas ante los medios de prensa el cartismo está ganando cierto protagonismo, por decirlo de alguna manera. Ayer, la diputada cartista, Rocío Abed también básicamente dijo que “mueve la colita” por su líder.
“No le conozco (a Cartes), no tengo el gusto, me crucé en un actos políticos, sí... pero por qué le tengo cariño, sí... yo le muevo la colita ahí cuando le veo a don Horacio porque me compró, conquistó mi corazón con cariño y con liderazgo (sic)”, manifestó en el programa Polémica en el Bar.
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“Me lavo las manos como Judas”
Por otra parte, también se viralizaron los dichos del liberocartista Édgar Ortiz, quien dijo que se lava las manos “como Judas”, confundiéndose de personaje bíblico. El llanista fue corregido rápidamente por la oposición, pues Sebastián Villarejo no tardó en recordarle que Judas fue un traidor y Poncio Pilato fue quien se lavó las manos.
Biblioratos para reparar zapatos
Así también, Walter Harms indicó que los biblioratos del libelo acusatorio solo sirven básicamente como pisapapeles o para reparar zapatos.
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“Algunos trajeron algunos libracos que, si me permiten después, voy a leer de punta a punta y voy a ver que lo que encuentro ahí que amerite un juicio político. De cualquier manera, ya era inconstitucional. Y resulta ser que ahora los elementos nuevos que supuestamente aportaron cayeron como los castillos de arena que construían mis hijos en la playa hace muchos años (...) Ahora se toman el trabajo de traer grandes biblioratos que, como dije hace rato, para lo único que sirven en esta instancia es por si a alguno de nosotros se nos despega la punta del zapato, pegamos con cola de zapatero y antes me servía bien ese tipo de libros (sic)”, manifestó en la sesión.