Armando Javier Rotela Ayala, Milciades Giménez Prieto, alias Paku’i; César Ramón Ortiz, alias Gordito Lindo; Juan Valentín Insfrán Espínola, alias Bebé; Miguel Ángel Saravia Medina, Lucas Ramón, Duarte Rolandi, Óscar Ariel Cabello Azcona, Arsenio Erico Alvarenga Sosa y Alan Ricardo Caballero fueron acusados por la comisión de los hechos punibles de Motín de Internos, Transgresión a Ley N.°: 4.036/2010 “De Armas de Fuego, sus Piezas y Componentes, Municiones, Explosivos, Accesorios y Afines” y Asociación Criminal. Para todos se pide que la causa se eleve a juicio oral y público.
La causa tiene que ver con la retoma de la cárcel de Tacumbú por parte del gobierno de Santiago Peña, en un operativo combinado de policías y militares que reunió a 2.500 hombres, desarrollado el 18 de diciembre de 2023, hecho en el cual murió el suboficial Martín Mendoza y cuyo asesino aún no fue identificado.
La fiscalía señala que este grupo organizado se logró consolidar dentro del Penal de Tacumbú, e incluso en otras penitenciarías a nivel país con un número menor de adeptos, como una de las organizaciones criminales más peligrosas de Paraguay que controlaba no solo el tráfico de drogas, sino también otras actividades delictivas como la extorsión y el asesinato por encargo, sicariato y en general contra la integridad de las personas, “siendo estas actividades criminales el eje del financiamiento de sus operaciones para mantener el control sobre territorios claves, principalmente el Bañado Sur, Tacumbú, y Santa Ana”.
La acusación refiere que “Dicha organización fue tomando mayor fuerza una vez instalado en la Penitenciaría Nacional de Tacumbú, donde continuó captando adeptos quienes en su mayoría son personas privadas de libertad denominados “pasilleros” o “soldados”, generalmente con problemas de adicción a las drogas, situación por la cual se ven obligados a intercambiar lealtad a los miembros de la agrupación criminal, por dosis diarias de droga (crack) y seguridad”.
Lo que ocurrió durante el operativo Veneratio
En ese contexto los fiscales indican que durante el denominado Operativo Veneratio, se ha observado la capacidad de este primer anillo, integrado por los acusados, para resistir intervenciones policiales, utilizando armas blancas, armas de fuego y explosivos caseros tipo molotov y explosivos tipo dinamita en gel. “La resistencia y organización de estos miembros subraya su rol esencial en la protección y ejecución de las órdenes del líder, es sumamente imperioso en este punto que con respecto a los principales líderes de la agrupación criminal”.
Los fiscales resaltan el nivel de organización que tenían. “Este grupo no solo se caracteriza por su capacidad de combate, sino también por el uso de símbolos no verbales y tatuajes que refuerzan su identidad y lealtad. “El puño cerrado,” como señal de pertenencia, y el lema “Vencer o Morir”, son ejemplos de los códigos internos que manejan para comunicarse y reafirmar su compromiso con la organización. Esta estructura jerárquica y simbólica criminal, junto con las comodidades que obtenían dentro del penal (como armas blancas, alcohol y tecnología), demuestran el nivel de control y poder que ejercían en la Penitenciaría Nacional)”.
Luego indican la forma en que defendieron la posesión de la cárcel. ”Al momento del ataque utilizaron armas blancas, de fuego, muchas de ellas de producción casera, además de fusiles, pistolas, explosivos, dinamitas en gel, y otros objetos explosivos (bombas Molotov), que se encontraban distribuidos en los distintos pabellones que eran habitados por los miembros del Clan, encontrándose los agentes policiales inclusive con barricadas de fuego, y reacciones de los internos, quienes actuaban en cumplimiento de las órdenes dadas”.
Añade: “Desde el Pabellón D conocido como Getsemaní, el líder Javier Rotela impartió las primeras órdenes a su Clan y estos a los soldados P.P.L., produciéndose enfrentamientos para evitar el avance policial hasta la zona donde se encontraba el primer anillo y miembros principales del Clan”.
Rotela tomó como rehén a una mujer embarazada
Un aspecto relevante de la acusación da cuenta de que no se pudo identificar al que mató a uno de los agentes en el procedimiento. “Durante el enfrentamiento, el cual duró más de tres horas se produjo la muerte del personal policial Martín Mendoza, suboficial ayudante de la Unidad de Operaciones Táctica Motorizada (LINCE), quien falleció por una herida letal en la cabeza por uno de los autodenominados “Clan Rotela”, que no fue identificado hasta la fecha. Además, resultaron con heridas graves y leves, aproximadamente 41 (cuarenta y un) efectivos policiales durante el operativo”.
La acusación resalta que Rotela tomó de rehén a una mujer embarazada para evitar que lo aprehendan, pero finalmente se rindió ante la superioridad de hombres que tenía en su contra.
“Lograron avanzar hasta el “Pabellón D” donde estaba el líder Javier Rotela. Ahí fueron recibidos con cuchillos y armas de fuego que portaban los miembros del Clan, tomando Rotela de rehén a una mujer embarazada (su pareja) para evitar ser recapturado, pero esto no dio resultado, y fue en ese momento que se rindió él junto a los demás miembros de la banda criminal”.
El Clan Rotela manejaba toda la estructura
Los fiscales indican que los miembros del Clan Rotela, bajo amenazas obligaron a varios presos a formar parte del grupo como “soldados”, con lo que lograron el sometimiento del organismo de control penitenciario y la consolidación de su asociación criminal.
“Además, según se pudo constatar dentro del penal existía una amplia red de comunicación a través de la utilización de aparatos celulares, acceso a internet, radios tipo walkie talkie, cámaras de CCTV, y otros medios de comunicaciones clandestinas, a través de los cuales se mantenían contacto con personas externas al penal, siendo incautados dentro del penal más de 300 aparatos telefónicos, los cuales en su mayoría se encontraban bloqueados, o con nulo acceso a la información al momento de ser peritado”, indica el escrito.
En ese punto resalta: “Es indudable, que el Clan tenían acceso a medios de comunicación a través de los cuales coordinaban la logística, propia de su organización criminal: como ser la distribución de sustancias ilegales desde el penal, como así también la coordinación de asaltos, robos, homicidios por encargo, sicariato, al igual que la comisión de todo tipo de hechos punibles con lo cual lograba financiar su estadía y el crecimiento de la organización criminal en el interior del penal y sobre todo el área del departamento Central, bañados y el país en general”.
Guardiacárceles fueron usados de escudos
El guardiacárcel Félix Maciel, quien cumplía funciones de limpieza, relató que la orden era ser ejecutados si es que avanzaban los policías hacia los líderes del Clan Rotela. La directiva era dada por Javier Armando Rotela, según declaró ante el Ministerio Público...
“Quiero manifestar que fui víctima de la toma de rehenes por parte de los internos, específicamente el clan Rotela, liderado por el mismo Javier Rotela, quien era el que ordenaba a los demás miembros para que en caso de que la policía avanzara en la recuperación de la toma del penal, nos mataran, esta orden la impartía directamente a Javier Rotela a Milciades Prieto, Alias Pacu’i; Gordito Lindo, Juan Valentín Insfrán Espínola, alias Bebé; Arsenio Erico Alvarenga Sosa, Alan Ricardo Caballero entre muchos otros que no recuerdo”, declaró ante la fiscalía.
Luego detalló: “La orden directa manifestada por Javier Rotela era que seamos escudo de ellos sobre las acciones de la Policía Nacional y que estos no avancen y si eso ocurriera que nos mataran directamente. Otra de las órdenes dadas por Javier Rotela, líder de la agrupación criminal eran de matarlos a cualquier interno que incumpla una orden directa suya o que haga algo en contra de los intereses del Clan, ese modo de operar era para todos los internos, guardiacárceles, directores, ministros, y cualquier persona que este fuera del penal”.
<i>La cárcel estaba sin control desde el año 2021</i>
El guardiacárcel Maciel describió que desde el 2021 los guardiacárceles perdieron el control de la cárcel. Al punto tal que se sentían rehenes de los presos. Indicó que eran los miembros del Clan Rotela los que daban las directivas para el cambio de guardia y responsabilizó de toda esa irregularidad a la “administración anterior”, sin dar nombres.
“Con respecto a la toma de rehenes y al día del Operativo Veneratio todos los camaradas, fuimos rehenes constantes desde el 2021, momento en que perdimos el control del penal por acciones llevadas a cabo por la administración anterior, por culpa de ello vivíamos en zozobra, nosotros y nuestras familias inclusive ya que el grupo Rotela, tenía la dirección de todos los camaradas y las actividades de todos los familiares. El clan de Javier Rotela desde el 2021 vivían en constante alerta sobre la eventualidad de que la policía intentara ingresar al penal, estaban preparados con armas largas, revolver, pistolas, ametralladora, hasta bombas molotov, lanzas, escudos inclusive Dinamita, las condiciones para que los guardias cárceles ingresen al penal era que un grupo de 10 o 12 agentes penitenciarios debían ser relevados por otro grupo de igual cantidad es decir por 10 o 12 agentes penitenciarios, por eso la expresión de que vivíamos de Rehenes; quiero decir también que una vez que inicio el operativo y posteriormente la muerte del personal policial a nosotros nos comenzaron a mover y maltratarnos físicamente, finalmente querían matarnos nos movían todo el tiempo hasta que llegamos al “Pabellón D” donde estaba Javier Rotela, ahí pasamos muy mal, con cuchillos por el cuello y armas de fuego por la cabeza. Cuando la policía recuperó el penal a eso de las 11:00 horas, Javier Rotela se rindió para evitar más bajas y para no morir, a nosotros finalmente no nos mató porque no quería cargar con una causa judicial nueva que tenga una expectativa de sanción más elevada”, concluyó.
<i>Las declaraciones de Barchini y el motín</i>
Luis Esquivel Ugarte, entonces director de la cárcel, recordó en su declaración ante la fiscalía que el 10 de octubre de 2023 los presos se revelaron luego de que el ministro de Justicia Ángel Ramón Barchini ante el presidente Santiago Peña refirió que el clan Rotela era el responsable de que la muerte de un policía que estaba preso. Aunque el director carcelario no lo mencionó, Barchini había adelantado en aquella ocasión que había un plan para retomar la cárcel.
Los presos exigieron al director que el ministro se retracte y que se abra los portones a la prensa, lo cual fu rechazado por Barchini. Indicó que nada menos que el jefe de seguridad Isabelino Godoy le presionó para que ceda a la apertura de los portones, a lo cual respondió que si se incumplía la orden de los superiores todos los funcionarios serían sumariados.
Señaló que eso no terminó allí. “Irrumpe en mi oficina mi oficial de guardia y me trae una caja con todas las pistolas que estaban en la oficina de guardia informando que él se retiraba del penal, abandonando su puesto y segundo después ingresa a mi oficina el jefe de seguridad Godoy acompañado de cuatro internos miembros del Clan Rotela y del anillo de seguridad del propio Javier Rotela, exigiendo la apertura de los portones o que en caso contrario ellos mismo abrirían, ante esta situación le dije que cuatro PPL eran demasiado y que queden solamente dos para continuar conversando solicitando una hora más de tiempo a para que llegue el Director General, posteriormente se retiraron con dirección al puesto seis del penal”, refirió.
Luego vendría lo peor: “Unos quince minutos después desde el pasillo de mi oficina un funcionario me grita que los PPL que se habían retirado recientemente querían volver a conversar conmigo en el puesto seis y pregunte si estaban del otro lado del puesto o del lado de la oficina de guardia con los candados puestos; a lo que el funcionario responde que los P.P.L. se encontraban de lado de seguridad y que los portones estaban candadeados, todo ello en absoluta oscuridad por lo que no pude identificar quienes eran los responsables”.
<i>Toman de rehén al director y lo llevan ante Rotela</i>
“A raíz de dicha información me dirigí en compañía de varios agentes penitenciarios con escopetas con balines de goma hacia el patio con dirección al portón seis, cuando al cruzar la puerta de revisión masculina para ingresar al patio, me percato que todos los portones se encontraban abierto con internos ocupando las áreas de patio, al darme cuenta intente volver, pero la puerta de revisión ya se encontraba cerrada”, advertía”
Luego empezaron las escaramuzas. “Momento en que el PPL Alvarenga, alias Gordito Lindo, en compañía de Milcíades Prieto, alias Paku e Insfrán, alias Bebé; me interceptan y tras breve cruce de palabras Alvarenga me toma del brazo como para detenerme y los demás me rodean ante lo cual yo forcejeo momento en que observo todos se encontraba con arma blanca en mano y también se podría suponer que con arma de fuego trataron de sacar mi pistola reglamentaria, lo cual no permití desenfundando la pistola el cual se trabó al percutir, por lo que tuve que utilizar la pistola como garrote generándose una escaramuza con los internos el cual fui tacleado y caí tomando mi brazo tratando de quitarme la pistola la cual bajo ningún sentido entregue por lo que me propiciaron dos estocadas en el costado inferior lado derecho intimando a que suelte el arma y ante dicha situación me despojaron del arma después de las estocadas con arma blanca.
Contó que una vez que lo tomaron lo llevaron ante el líder. “Inmediatamente me llevan al pabellón denominado privada a cargo de Insfrán, alias Bebé; y luego con indicaciones telefónicas que recibió el P.P.L. Insfrán, me trasladan hasta el Pabellón D, donde me recibe el propio Javier Rotela; en el trayecto por los distintos pabellones pude observar una gran número de armas de fuego, largas; cortas e incluso nuestras propias armas las cuales fueron tomadas por los internos. Una vez en el pabellón D me encontraba como rehén mientras se negociaba nuestra liberación, donde pude notar que todos los miembros del Primer Anillo del Clan Rótela estaban munidos con arma de fuego”.
<i>Guardias daban protección al Clan y no al ministro</i>
El exministro de Justicia Ángel Ramón Barchini declaró que los presos recibían la protección de los guardiacárceles, a quienes bajo amenaza los controlaban. Reveló que cuando asumió el cargo, el 15 de agosto de 2023, tras la asunción de Santiago Peña a la presidencia, fue alertado de que ninguna las autoridades del Ministerio de Justicia podían pasar siquiera, el segundo portón de la cárcel que se encontraba desgobernada.
“Quiero manifestar que teníamos conocimiento que antes de asumir el cargo de Ministro de Justicia, en el gobierno de Santiago Peña que las penitenciarías estaban gobernadas por distintas organizaciones criminales en cada uno de los centros penitenciarios, con respecto a la Penitenciaria Nacional de Tacumbú era el más preocupante ya que no existía ninguna autoridad del Estado paraguayo que pueda tomar control imponiendo orden y disciplina y trabajar en procesos readaptación con las PPL por el manejo absoluto del líder de la Banda criminal Javier Rotela, quien inclusive bajo amenaza y actos de corrupción con los funcionarios penitenciarios que tenían la obligación de mantenerlo bajo un régimen de estricto lealtad se convirtieron ellos en cómplices de todo lo que ocurría en la cárcel de Tacumbú, todo ello bajo el efecto de corrupción con mucho dinero y/o amenaza de ir contra los funcionarios penitenciarios o contras sus familiares como ocurrió en más de una oportunidad”, denunció.
“Todo esto que hago referencia está en los medios de prensa y medios digitales ya que hacia este delincuente público su control penitenciario y su guerra contra el PCC. Este era el panorama cuando llegamos al Ministerio de Justicia como máxima autoridad de este y con el compromiso con el Paraguay y con el Gobierno de Santiago Peña de enfrentar y vencer a las bandas criminales que manejaban todos los centros penitenciarios del Paraguay. Javier Rotela siempre busco un acercamiento con mi persona a través de diferentes medios nunca lo pudo conseguir soy del criterio de que no se negocia con los criminales y cuando llegué al Ministerio de Justicia, ni el Ministerio podía cruzar el segundo portón de acceso al establecimiento penitenciario”, enfatizó.
Concluyó dejando constancia: “Quiero manifestar que luego del operativo me reuní con la Dra. Alicia Sapriza (agente fiscal) donde le acercamos información de que los que le dieron el sustento a Javier Rotela para el control total de la cárcel de Tacumbú que obviamente eran funcionarios penitenciarios quienes daban protección al Clan y no al ministro”.