Las amenazas que recibía Daniel Espínola Sanabria (37) eran de personas vinculadas al microtráfico que sospechaban que el obrero los denunciaba ante las autoridades. Los sospechosos distribuían pequeñas cantidades de drogas a los adictos que residen en el barrio, inclusive a menores de entre 7 y 10 años de edad y en una oportunidad lo habían escuchado comentar sobre el problema social que ocasionaban las actividades de ese tipo en el barrio.
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La representante del Ministerio Público dijo que recogió versiones que dan cuenta de que hace aproximadamente un año una persona se acercó al ahora fallecido y le dijo directamente que no se meta en sus negocios, ya que no era de su incumbencia. Esa circunstancia no fue denunciada por la víctima.
Meses atrás volvió a recibir amenazas e incluso uno de los supuestos proveedores de drogas le habría exhibido una pistola y le habría manifestado que con eso iban a solucionar el problema. La víctima al parecer no temía por su vida o no tenía adónde huir porque seguía con su rutina normal hasta que ayer fue sorprendido por un sicario que ingresó al patio de su casa y lo acribilló con una pistola calibre 9 mm.
La víctima había hablado con algunos allegados a quienes dio los nombres de las personas que lo habían amenazado. Estas personas confirmaron a la Fiscalía sobre las intimidaciones, por lo que esta mañana se hicieron al menos tres allanamientos en su búsqueda.
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Sin embargo, durante los operativos no fueron ubicados ninguno de ellos y, en cambio, en los lugares allanados se encontraban personas que contaban con órdenes de captura por distintos hechos y terminaron detenidos.
Posteriormente, en prosecución de las investigaciones se logró obtener datos sobre uno de los buscados, un menor de edad, quien terminó detenido en la vía pública cuando intentaba escapar de las autoridades.